El que fuera presentador de “Sé lo que hicisteis…” ofrece, junto a Ricardo Castella, “Love pain love”, una función cuyo hilo conductor es el amor y, sobre todo, el desamor
¿A quién no le han roto alguna vez el corazón? Con esta pregunta parte la obra que Ángel Martín representa este fin de semana en el teatro Quintero acompañado por Ricardo Castella. Juntos, después del éxito de “Nunca es tarde” –que vieron más de 150 mil espectadores-, afrontan ahora un argumento con el que todos, da igual la edad, la clase social y la condición sexual, podemos sentirnos reconocidos.
-¿Cómo es un amor perfecto?
-Aburrido, supongo. Todos buscamos que la pareja no solo sea nuestro amor sino nuestro mejor amigo. Eso sería lo ideal. Una relación supersencilla te aburriría con lo que las tormentas sirven para valorar lo que tienes.
-Pero hoy día parece que la mayoría de las uniones fallan… ¿Por qué?
-No lo sé. Tal vez se tiende a perder mucho tiempo en las cosas malas del otro en lugar de prestar atención a lo que está en calma o es divertido. Una bronca la recuerdas mucho y muchas no son ni siquiera por las relaciones en sí. Tienes problemas en el “curro” o con otros y terminas pagándolo con quien te acompaña. Lo que está bien te parece que es lo que tendría que ser y no lo valoras tanto. Todos tenemos manías y mierdas que sacan de quicio al otro.
-Claro, por eso, al romper, a veces nos arrepentimos…
-Claro. Cuando alguien se va, se lleva lo malo… y lo bueno. Si notas un alivio, enhorabuena pero si pones todo en la balanza lo mismo ves que no pusiste lo que perdías.
-¿Y el sexo? También es generador de conflictos…
-Somos putos animales y sentir atracción por otros es normal. Es muy absurdo pensar que cuando estableces un compromiso con alguien, no vas a sentir más atracción sexual por otras personas. Eso no significa que vayas a ser infiel. El problema es la gestión del sexo, los problemas de ego… No tiene nada que ver con querer o no. Eso sí, si estás con alguien y no follas en un año (y éste sí que lo hace por ahí), evidentemente hay un gran problema. A veces se mete el sexo en el mismo saco del amor pero no son lo mismo ni tienen por qué ir de la mano.
-¿Qué le enamora a Ángel Martín de una persona?
-Muchas cosas. Soy muy enamoradizo. Supongo que el talento y la admiración me vuelven muy loco. Ver a alguien que tiene pasión con lo que hace, que trata de mejorar, me hipnotiza… ¡Cuánto me gusta! Ésa es la señal de alarma para que se me encienda el amor…
-Cambiando de tema, ¿qué le da el teatro que no le dé la televisión?
-Libertad absoluta. Y más en la comedia. Nosotros producimos, escribimos, interpretamos… Tenemos toda la libertad del mundo. Si hay una broma que a la gente no le guste, la quitamos. La “tele” es una pelea diaria cuando no te identificas con lo que haces. En el teatro está la inmediatez, la respuesta del público.
-Porque, ¿usted se considera cómico?
-Ni idea. Mi padre dice que acabaré tocando el bombo. Te mentiría si te dijera que me siento cómico. Me gusta la música y componer y tampoco estoy consagrado a la comedia. Ojalá lo descubra antes de morir. Sobre todo por lo que me vayan a poner en la lápida…
-Lo que parece que no le interesa nada es la fama…
-Hombre, tienes más repercusión que alguien que no está cara a la gente pero a ratos puede ser un rollo. Hay quien es bastante maleducado, pero no es lo normal. Algunos camareros de pueblo, si invitan a sus clientes, son más famosos que nosotros.
-¿No echa de menos “Sé lo que hicísteis…”?
-No. Lo echaría en falta si no estuviera en contacto con mis compañeros pero seguimos viéndonos. No ha habido ningún momento para la añoranza. Claro que influye el que seas tú el que te vayas por tu cuenta…
-¿Cómo valora la carrera que ha hecho Patricia Conde y, en especial, su transformación en personaje con tintes “rosas”?
-Estoy desconectado del “corazón”. Sé de eso por lo que me cuentan mis amigos pero no me creo ni una “puta” palabra de las revistas. Son cosas ilegales que se cogen a escondidas… ¿Qué valor tiene eso? Mienten y tratan de manipular con lo que a ese mundo no le dedico ni un instante. Y profesionalmente, Patricia ha ido haciendo lo que le ha ido apeteciendo.
-Entonces se alegrará de que, por ejemplo “Sálvame Deluxe”, esté perdiendo en audiencias frente a “Tu cara me suena”…
-Sí. De hecho, me encantaría que todo eso terminara. También es verdad que en televisión la agresividad de lo del “corazón” se ha modificado y se ha reducido. Es un circo donde ellos hablan de ellos mismos y a mí me la “pela” si destripan su vida. Es más, me parece bien. El problema es que te persigan sin tú querer.
