“Los secretos de la copla” es el tercer disco en la trayectoria de este joven malagueño nacido en Bucarest pero con una aflamencada garganta dotada de una gran personalidad

Ricardo Castillejo

Tiene 25 años y, a pesar de su juventud, las ideas muy claras. Antonio Cortés tenía en su destino llegar a Andalucía para, entre nosotros, convertirse en el gran artista que, poco a poco, está llegando a ser. Con una poderosa voz, el cantante ha optado en su nuevo álbum por una proyección mucho más intimista a través de éxitos de antaño y versiones más recientes como la de “Señora”, que dedica a su admirada Rocío Jurado. Un valiente “single” con el que presenta “Los secretos de la copla” y donde relata una historia de amor muy alejada de cómo vive él los sentimientos del corazón.

-¿Por qué ese tema para dar el “pistoletazo” de salida a esta etapa?

-Por ser el más conocido y el que más iba a enganchar al público. Yo no lo veía porque, más allá de ser para una mujer o un hombre, es una canción de Rocío muy conocida y de la que se han hecho muchas versiones que han intentado parecerse a la original. Nosotros le hemos dado un rollo “Coldplay” que me llamaba la atención y yo no la llevo a mi parcela íntima. No es una letra sobre mi vida.

-Un argumento de una infidelidad… ¿Se ha visto en alguna ocasión en una de ésas?

-Me han sido infiel, sí. Y no tuvieron la valentía de venir a contármelo… Yo, la infidelidad, no la perdono. Con la persona con la que estoy es mía y al revés. Doy la fidelidad que pido.

-Pues en el disco vuelve a tocar la cuestión con “Mi amigo”, por ejemplo…

-(Risas) Parece que va de infidelidad… (risas).

-Lo que sí que volvemos a la copla… ¿No se está abusando un poco del género?

-Sí. Muchísimo. Pero es que a mí me lo ha dado todo. No entiendo a los que se salen de ahí para grabar otras cosas. Estamos en un momento buenísimo para este estilo y, si no lo hacemos las nuevas generaciones como Pasión o Pastora…

-Pues Pastora precisamente es de las que más alejadas están…

-Ella ha encontrado una línea muy personal y que la refleja. ¡Tampoco la vamos a obligar a que cante copla! Lo suyo es ser Pastora Soler y su voz suena grande. Lo que me refería es que el sello debe permanecer y, desde ahí, beber de otras fuentes.

-Entonces, su intención con este trabajo, ¿cuál es?

-Hacer algo distinto, original, arriesgado… Grabar de lo mismo, con los mismos arreglos no tiene sentido para mí. He usado un tono, gracias a la orientación de Javier Limón, el productor, mucho más medido. La gente está dándome su apoyo. Es un trabajo íntimo y minimalista con el que hemos logrado la “copla acústica”. Que, con solo un piano y poca percusión hayamos obtenido un resultado con la misma grandeza que las piezas originales de Juan Solano es una gran satisfacción.

-¿Cómo ve su voz?

-Hombre, eso no me corresponde a mí decirlo porque no me gusta alardear de nada pero creo que es particular. Cálida, dulce y salvaje a la vez… Me encantaría ser el Raphael del siglo XXI. El típico baladista irrepetible. Sé que hay a quien se lo recuerdo pero yo no voy a echarme esas flores. Lo que sí trato de aprender de él y de otros ídolos como él.

-¿Qué le provoca escucharse?

-La verdad es que me cuesta reconocerme. ¡Hablo tan diferente a como canto! Sea como sea, me gusta ser distinto y arriesgar.

-¿Queda algo del chico de 18 años al que conocimos en “Se llama copla”?

-Sí, claro. Queda mucho de él… La inocencia, la sencillez, la bondad… No tengo por qué renegar de aquello.

-¿Sigue creyendo en el amor?

-Bueno, sí pero no es fácil encontrarlo. O quizás me he vuelto más exigente… También lo mismo no se siente el amor como antes y ya no pasa eso de “me muero por ti” o “me corto las venas si no me miras”. Me dejo querer más que querer yo. Soy demasiado “pasota” (risas).

-A ver, cuéntenos los “secretos” para llegar a su corazón…

-Una mezcla de todo. Me conquista el ser humano, aunque eso parece que se comenta para quedar bien. Yo no soy exigente con el físico, con lo que me dejo llevar por la bondad y la magia.

-Más “secretos”… ¿De belleza?

-Soy coqueto pero lo normal. Sobre todo, limpieza de cara y algunos tratamientos. Mi madre me ha recomendado siempre aguacate en la cara y yo me lo pongo (risas).

-¿”Secretos” en el vestir?

-Me encanta el negro pero aún no tengo un estilo definido. Si a alguien no le gusta, que no mire (risas).

-¿Se atrevería con desvelarnos “secretos” en el sexo?

-Depende lo que me apetezca. Desde el romántico al brutal (risas).

-Porque usted tiene más carácter del que aparenta, ¿verdad?

-(Risas) Escondo un carácter fuerte, sí. No soy “mala gente” pero, por una decepción o una mentira, puedo enfadarme. Odio el “ocultismo”. Ahí no perdono. Soy radical.