La cantaora presenta hoy en el Lope de Vega “Un viaje por el flamenco y la copla”, espectáculo con el que, por vez primera, se atreverá con varias piezas de canción española
Ricardo Castillejo
Tiene claro que lo suyo es el flamenco pero también que quiere crecer profesionalmente hacia nuevos territorios como el de la copla donde, esta noche en el Lope de Vega, se estrenará no sin poca emoción ante la aventura de interpretar un género del que ha seleccionado un repertorio muy especial. Así, entre el cante jondo y la canción española transcurrirá un espectáculo donde la cantaora tiene muchas ilusiones invertidas tal y como nos cuenta en una entrevista en la que, además, muestra la cara más personal de esta joven de 28 años con las ideas muy claras.
-¿Cómo hará la copla Argentina? ¿De qué forma tiene intención de presentarse?
-La voy a llevar a mi terreno. Parte a guitarra y parte a piano. Además será la primera vez que me mueva en el escenario. Iré intercalando los dos géneros. El sentimiento es el mismo aunque, a la hora de expresarlo, sea diferente. Estoy muy nervioso por el sitio, los temas… aunque, ver a mis compañeros, me anima y me relaja mucho.
-Porque, sus referentes, ¿cuáles son?
-En el flamenco, todos porque, desde que empecé, me aconsejaban que aprendiera de todos. Manolo Caracol, La niña de los peines… Cojo de cada uno lo mejor y, en la copla, igual. Marifé, por ejemplo, ponía mucha pasión y mucha interpretación. Yo también me he estado preparando para actuar. Es más, cantando suelo hacer muchos gestos y llego hasta a clavarme las uñas.
-¿Qué temas ha elegido para su repertorio?
-“Torre de arena”, “Cuchillito de agonía”, “En una esquina cualquiera”… La idea nace de un espectáculo para Málaga, “Un viaje por el cante”, al que en Sevilla le hemos añadido la parte de la copla.
-¿Y en cuanto al vestuario?
-Había pensado una bata de cola pero, al llevar flamenco, voy a ponerme más moderna. Su toque llevará pero actual. Lo hace una persona que cose para mí porque prefiero así. Me hace estar más cómoda.
-¿Por qué piensa que ha hecho un hueco en el mundo del espectáculo? ¿Es más afortunada? ¿Tiene más talento?
-Aparte de ser buena, aficionada y amar lo que te gusta influye la suerte, claro. He estado bien rodeada de gente que te aporta y tengo detrás a Luismi, mi mánager y mi compañero sentimental. Me asesora de verdad y de corazón y eso me hace sentirme muy arropada. Argentina la componemos los dos al 50 por ciento. Me influye mucho a la hora de decidir mi trayectoria.
-¿Se lleva bien compaginar trabajo y amor?
-Sí, como cualquier pareja. Cuando es trabajo, es trabajo, y cuando es amor, es amor.
-Los suyos seguro que muy orgullosos de usted, ¿no?
-Están muy contentos. Me apoyaron desde el principio, con el fandango de Huelva (al que le debo bastante). Vienen siempre que pueden desde que comenzaba yendo a todos los concursos que salían. Con seis años y medio empecé a bailar en una academia y, con doce, a cantar a pesar de que te confieso que yo, lo que quería ser, era modelo (risas).
-¿El flamenco es una forma de vida?
-Sí. Tenemos una manera de ser muy concreta y, aunque yo sea una mujer de hoy y liberal, intento adaptarme. A veces tienen una mente demasiado cerrada pero yo creo que puedo y debo opinar. El flamenco aún es un poco machista. Antes predominaban los cantaoras pero ahora las mujeres estamos dándole un “repaso” a los hombres (risas).