La cantante, que ha estado representando “Las Ranas” en el Festival de Teatro Clásico de Mérida, se encuentra inmersa en su propia firma de complementos para bebés, “LittleLia” -en honor a su hija dos años y medio-, mientras continúa desarrollando una carrera artística que se ha centrado en Cataluña
La cantante posa con la firma ha creado pensando en los más pequeños de la familia
Aunque representó a nuestro país en Eurovisión en el año 2003 y su primer disco vendió más de doscientas mil copias, la que se diera a conocer a través de “Operación Triunfo” decidió posteriormente refugiarse en su tierra, donde no ha parado de trabajar en teatro y televisión, lanzando además dos últimos discos en catalán. Quizás por eso aún se sorprende de que el productor de la obra del Festival de Mérida (en la que ha ejercido de narradora) se acordara de ella, siendo solo una llamada suficiente para que aceptara el papel. Una experiencia que le ha servido para volver a la palestra en el resto de España y que la está llevando a plantearse un próximo álbum en castellano al tiempo que lo compagina con su papel de madre de Lia (a partir de la cual se animó a desarrollar su faceta de empresaria con unos complementos para bebés que, bajo el nombre de “LittleLia”, están permitiéndole desarrollar su faceta creativa en otros ámbitos).
-¿Cree que tenemos la misma crisis de valores que en la obra que acaba de representar?
-La solución también es igual. Tienes que luchar por lo que quieres, aunque te cueste la vida, lo pases mal o tengas miedo. La diferencia es que ahora nadie hace nada. Ni políticos ni grandes empresarios bajarían al infierno por nosotros, si acaso mandarían a alguien a hacer el trabajo sucio. Nos han educado en el “¿para qué? Si son cuatro los que lo manejan todo…”.
-También usted luchó por estar como quería… ¿Puede parecer que ha ido contracorriente?
-Tras el éxito inicial lo fácil habría sido seguir en lo comercial, cantar en español o hacer una tele que no iba para nada conmigo. Escogí lo que más me satisfacía aunque fuera para menos personas. Si solo en Cataluña me va muy bien ya es mejor a que te vaya regular en toda España. Me cuesta elegir pensando en la repercusión. Es un momento en mi tierra en que la música en catalán está muy de moda. Con lo primero que hice en ese idioma tuve una gira de cincuenta conciertos. Admiramos a artistas que cantan en inglés sin saber lo que están diciendo y te gustan igual… ¿por qué en catalán no podría ocurrir lo mismo?
-¿Qué más cosas puso en la balanza a la hora de tomar esas decisiones?
-Poder ir a dormir a casa y cuidar a mi niña de dos años y medio… Es poco ambicioso por mi parte porque ya la gente no me reconoce fuera, como hace once años que era una locura. Ni lo quiero, ni lo cambio pero tampoco quiero descuidar a todos los que en su día sintieron algo conmigo. Yo desde pequeña quería hacer lo que fuera pero encima del escenario. A los 16 empecé en una orquesta, y a los veinte me llegó “Operación Triunfo”. Pasé el “casting” de ochenta mil personas y cambió mi vida radicalmente. Fue un gran trampolín pero, sin querer quitarme méritos, seguir no era gratis.
-¿En Cataluña hay que implicarse en la política a la fuerza?
-Que un artista me diga que es independentista vasco o que es del PP debería de darme igual, pero cuesta porque lo personal interesa. Yo soy muy de allí, por mi familia, la historia del país… Querría que el nueve de noviembre se celebrase una consulta, cuanto menos para saber. A lo mejor nos llevamos una sorpresa y gana en el “no”.
-¿También evitó yéndose ser objetivo de las revistas del corazón?
-Siempre me ha dado como un “repelús” este tipo de prensa, pero no es bueno tenerle tanto… En su momento nos aconsejaban que nos la tuviéramos de malas porque interesa cuando hay que promocionar. Viví lo que son “paparazzis” en la puerta de casa, salir a la calle y que te hagan fotos y ahora, mucho después, al tener a mi niña, me la jugaron. Me llamaron por teléfono y se hicieron pasar por una empresa de transportes y yo misma les dije donde vivía. Vinieron a sacarme fotos. La prensa del “corazón” me ha engañado.
-¿Qué tipo de madre es?
-Intento ser la mejor del mundo. Lia es muy independiente. Pienso que si se cae… ya se levantará, creo que debe ser así. Si miras mi instagram verás que estoy loca con ella pero intento cuidar la parte de Beth persona porque a veces la de madre se superpone. Hay amigas que tienen críos y su vida termina. Eso no es bueno para ninguna de las dos.
