El mexicano cerrará mañana jueves en la Sala Custom su gira de presentación en España
Nació hace 28 años en un pueblecito de la localidad mexicana de Tlaxcala llamado Huamantla. Un rincón que ni siquiera en su país es conocido pero con el que él conserva sus vínculos a pesar de que, con el tiempo, se haya convertido en un ídolo latinoamericano de la música que, poco a poco, también está encontrando su sitio en España. “El hubiera no existe” es el título del disco que en la actualidad presenta en gira y con el que repetirá visita a Sevilla, mañana jueves, cuando comparecerá en la Sala Custom para interpretar unas canciones que él mismo compone y que, unidas a un físico privilegiado, son su mejor carta de presentación. Atrás quedó su papel protagonista en “El Rey León” y, por delante, un futuro prometedor donde tiene todo por ganar.
-¿Cómo ha sido esto de cerrar gira en Sevilla?
-Pues iba a ser en Madrid pero por la demanda en Andalucía cerramos esa fecha. He cantado la “Malagueña” toda mi vida. De hecho, cuando llegué aquí aproveché un día libre que tuve para ir a Málaga para conocer el lugar que inspiró ese tema.
-Porque, las españolas, ¿son distintas a otras mujeres que haya conocido?
-Hay algo especial, sin duda. Las andaluzas son únicas y hechiceras. Siempre me fijo en los ojos y ellas tienen magia, misticismo y algo que me apasiona enormemente.
-¿Y si le preguntara por usted? ¿Qué piensa que le diferencia de otros intérpretes?
-Tengo un sonido de raíz porque el folclore de México no es solo el mariachi. Creo que, partiendo del pop, ése es mi ingrediente “secreto”. Luego uso mucho el falsete y, aparte, soy autor, con lo que pongo un trozo de mi alma en mi música.
-Indudablemente es muy atractivo… ¿No le preocupa que el público se quede solo con eso?
-Nunca me he fijado en eso y no es lo que trato de vender. Intento que toda la atención vaya a la voz. Por eso hago tanto acústico, para mostrarme desnudo y que se conozca por lo que sé hacer.
-Entonces, cuando se mira al espejo, ¿no piensa: “¡qué guapo soy!”?
-No, no, no (risas). No sé si lo soy pero estoy muy feliz con mis defectos y virtudes. Me gusta mi mezcla mexicana con alguna ascendencia española que debe haber por ahí.
-En la última entrevista que le hice se confesó un soltero empedernido…
-Sigo siéndolo. Más allá de la broma, es que tengo un tiempo muy limitado para todo. Se me complica conocer gente a fondo. En 2014 he ido a veinte países (algunos en repetidas ocasiones) y he cruzado 16 veces el “charco” con lo que… ¡imagínate! No hay nadie, fuera de mí mismo y de mi entorno, que pueda soportar esto. Lo que sí, en un futuro, espero enamorarme…
-¿Prefiere conquistar o que le conquisten?
-Conquistar pero si me dan pie… Si no, no me entero (risas). Que me lancen el “anzuelo”, que me abran la puerta. Por ahí puedo empezar a enamorar…
-Pero, ¿qué le llama la atención de otra persona?
-Te he hablado mucho de la mirada. Es lo primero en lo que me fijo porque ahí se refleja todo. Una sonrisa, que sea natural, sin pose, sin pretensiones.
-¿Cuál es la contraoferta por su parte?
-(Risas) Lo mismo. Muchas miradas de amor, sonrisas, muchos cantes al oído, ir al cine, a cenar…
-Cambiando de tema… Estamos en Navidad… ¿La celebrará con los suyos?
-Claro. Iré a México, con mi madre y mis hermanos. Visitaré también a mi padre, celebraremos el Año Nuevo, haremos el pavo, vendrán los Reyes Magos, prepararé el Nacimiento…
-Sus orígenes son humildes… ¿Los conserva?
-Conservo la mayoría de mi esencia. Valoro la bondad de las personas e intento que eso sea lo que prevalezca en mi entorno. Mis padres me han dado muy buenos consejos y yo recuerdo cómo empezó todo y cuánto me ha costado. La mía es una familia normal. Mi madre era maestra de párvulos y mi papá trabajaba en una ganadería de toros de lidia. Por eso tengo tanta conexión con España y el flamenco.
-¿No tiene “manías” de divo?
-Soy bastante sencillo. Llego a pedir cosas como una manzana roja antes de cantar porque suaviza la garganta o jamón serrano, porque tiene una grasa que lubrica las cuerdas vocales. Agua, hielo… y nada más. Es lo único “raro”…
-¿Nunca le ha esperado una admiradora en el armario o bajo la cama de su habitación?
-La verdad es que no. Lo único que en una obra de teatro se metió una chica en el “backstage” y me “sacó de onda”. Soy muy respetado por mis seguidoras y les entrego ese mismo respeto.
