El mexicano, que fue protagonista del musical en España “El Rey León” durante dos años, llega hoy a Sevilla para presentar en la Sala Custom su disco “El hubiera no existe” con el que está, poco a poco, logrando hacerse un hueco en el panorama artístico nacional
Más de 600 funciones en Madrid, todas con el cartel de “No hay billetes”, atestiguaron el éxito de una producción, “El Rey León”, por la que hace casi tres años decidió venir a España dejando la que ya era una exitosa carrera en México. Allí, Carlos Augusto Rivera Guerra, su auténtico nombre, había compaginado su carrera de intérprete –desarrollada desde pequeño a través de diferentes concursos de radio y televisión como “La academia”, donde obtuvo la victoria en la tercera edición- con la de comunicador y actor (tanto en obras de teatro como telenovelas). Musicales como “La bella y la Bestia” o “Mamma Mía!” favorecieron el ascenso popular de este atractivo joven de 28 años que cuenta con una legión de admiradoras dispuestas a seguirle vaya donde vaya y haga lo que haga…
-¿Qué tal está resultando su experiencia en España?
-Fantástica. Todo están siendo cosas buenas. Mejor de lo esperado. Fíjate el éxito que tuvo el musical, gracias al que se me abrieron muchas puertas, y cómo también me ha respondido Sony, la discográfica que tenía en México y que sigue siéndolo aquí. España me ha acogido como propio.
-¿Por qué eligió ese título para su disco? “El hubiera no existe”…
-Es parte del mensaje que transmito y quería compartirlo. Habla del tiempo y de lo que queremos hacer y cómo debemos hacerlo ahora para no arrepentirnos en el futuro de no haber dicho “te quiero” o de no habernos atrevido con algo. También trato en otros temas del momento actual. Quería historias verdaderas, de alguien común con el que cualquiera pudiera identificarse.
-Ésta es una carta de presentación más personal porque en “El Rey León” interpretaba un personaje…
-Así es. Uno de los grandes aprendizajes del musical es cómo, cuando las palabras no son suficientes, está la música. El director del montaje de Broadway me decía que más que cantar, había que contar la historia. Dejas de preocuparte de cómo suena y te preocupas en decir. Estuve con la función hasta el 30 de junio de 2013. Volví a México y, a partir de aquel instante, mi intención es estar entre los dos países.
-¿Tiene pareja? ¿Habla de amor a alguien concreto?
-No. Soy un soltero empedernido pero nunca estoy solo (risas). No me gustan los compromisos. Así mis “fans” no se me enfadan (risas). Para mí es un tema muy personal. Por eso no lo comento tanto. Sea como sea el amor es lo más grande que uno puede tener. Quien quiera conocerme, estoy en mis canciones. Ahí está lo que todo el mundo quiera saber. Me resulta más fácil expresar mis sentimientos con la música.
-¿Nota diferencias entre la mujer española y la mexicana?
-(Risas) Bueno, son distintas pero, a la vez, únicas en todo el mundo. Siempre habrá una forma de enamorarlas. Está claro que en España, con aquello del flamenco y la pasión, existe mucha sensualidad…
-Da igual del sitio, con ese físico, tiene a todas rendidas a sus pies… ¿Mucho gimnasio? ¿Se cuida sobremanera?
-No tanto como el que pueda parecer aunque me gusta y me desestresa. Aparte, con el papel de Simba, por ejemplo, lo necesitaba. Si no, no me hubiera cerrado el corsé (risas). Lo que pasa es que lo mismo voy un día que no voy nunca. No soy muy constante para eso.
-Pero la imagen es fundamental, ¿no?
-Sí. De hecho Adolfo Domínguez me ha elegido como embajador de su línea “U” y, aparte, he participado en muchos eventos de moda. Si puedo estar bien vestido y verme bien, ¿por qué no? A pesar de eso, mi arma es la voz. Lo tengo claro y es lo que quiero potenciar.
-¿Y más allá de los escenarios? ¿Qué hay?
-Escribo canciones (risas). Tampoco tengo tiempo para mucho más. Disfruto de mi familia, eso sí. Somos cuatro hermanos y yo soy el único artista.
-¿Le apoyaron en casa? ¿Fueron empáticos hacia esto a lo que quería dedicarse?
-Sí. Ellos han sido mi principal fuerza y empuje. Mi papá fue el primero en ayudarme aunque los dos me decían que estaba loco. Mi madre era más escéptica pero, poco a poco, se dio cuenta de que había futuro en esto.
La imagen es fundamental para el cantante mexicano.
