Muy popular por papeles en series como “Al salir de clase” o “La que se avecina”, Cristina Castaño protagoniza el musical “Cabaret” en la madrileña Gran Vía
Persiguió su sueño… hasta que lo logró. Conocida por sus apariciones en la “pequeña pantalla”, Cristina Castaño acaba de estrenar en Madrid el musical “Cabaret”, donde da vida nada más y nada menos que a Sally Bowles, el mítico personaje que popularizara en el cine Liza Minelly. Así, sobre las tablas del teatro Rialto, nuestra protagonista interpreta, baila y canta cada noche acompañada de un amplio elenco en el que también destaca, como maestro de ceremonias, Edu Soto. Un género al que está acostumbrada tras haber superado, en 2006, las 600 representaciones de “Fama” que entonces compaginó con la serie “Herederos”. Ahora, a sus 36 años, la gallega puede sentirse muy orgullosa de contar con un cartel con su fotografía en la Gran Vía invitando a los espectadores a disfrutar de un espectáculo grandioso e inolvidable.
-¿Qué le parece esto de dar vida a Sally? ¿Contenta?
-Imagínate… Me siento muy afortunada. Es un lujo y un honor. Ella es un papel mítico que forma parte de los clásicos. Si “Hamlet” es un referente en el teatro de texto, Sally lo es en el musical. Son años de mucho esfuerzo. Lo he logrado y queda mostrar eso al público.
-¿No teme a las comparaciones con la película?
-Bueno, sin duda es un gran referente. Igual que lo fue, en la anterior versión, Natalia Millán. Yo he intentado hacer mi propia Sally según el libro y mezclada con lo que me aportan mis compañeros y este montaje. En la primera parte reflejo su coquetería y su desparpajo y en la segunda se verá más lo que está viviendo de veras, sus propios demonios y las decisiones que toma. Es una seductora nata de todo el que tiene alrededor. Ingenua, infantil, nada viperina… Posee cosas mías, como todos los personajes. Al fin y al cabo, el ser humano tiene luz y tinieblas. Eso es lo interesante y lo atractivo y el reto para cualquiera que se dedique a esto.
-¿Y la crítica? ¿La lleva bien?
-Yo estoy orgullosa de lo que hago. Confío en el director, en el equipo… Mi entrega es honesta y me dejo la piel. Luego, que cada uno opine lo que quiera. Estoy preparada para quien no le guste mi Sally o para quien le fascine aunque, de momento, todas las respuestas que hemos tenido son positivas.
-¿Muy nerviosa antes de cada representación?
-Excitada. Necesito mi ratito en el camerino, pensar, colocarme energéticamente… Y si te acecha la inseguridad debes recordar que a esto era a lo que querías dedicarte.
-¿Podrá compaginarlo bien con la serie?
-Por ahora, aquí estoy (risas). Amo y me obsesiona mi profesión y tengo mucha energía, con lo que no me asusta la cantidad de proyectos. Este año sabía que venía de esta manera y que tendría que concentrarme en cuerpo y mente. El 85 por ciento de mi espacio lo he ocupado con la parcela laboral. Cuando aparecen oportunidades como éstas, no puedes desaprovecharlas.
-¿Es cierto que la popularidad de la televisión llegó a superarle?
-Es que en “Al salir de clase” hacía de mala y la gente se lo creía y me insultaba. No era agradable. Tenía 21 años. Ahora, con “La que se avecina”, es distinto.
-¿Ha dejado algo en el camino?
-La ingenuidad de pensar que todo era fácil. Si tienes un sueño muy claro se cumplirá pero, claro, nadie habla de lo que hay que dejar en el camino para ello. Hay que enfrentarse a tus miedos y a tus límites.
-Es curioso pero es muy popular pero de su vida se sabe poco…
-Es que lo que quiero es que me conozcan por mis personajes. No lo había pensado así… Comparto momentos míos en las redes sociales pero Cristina Castaño se reserva un poco. Todo lo entrego sobre el escenario.
-¿Enamorada?
-Creo en el amor y todo viene cuando uno está preparado…
-Estudió periodismo…
-Fue una excusa. Mi madre quería para mí una carrera decente (risas). La comunicación me gustaba mucho pero yo lo que deseaba era ser actriz y, en cuanto pude, dejé lo otro.
-¿Cuáles son sus impresiones ahora que ven a su hija en el lugar en el que está?
-Mis padres están felices. ¡Imagínate lo que supone para ella encontrarme en el cartel en la puerta!
-¿Es difícil mantener los pies sobre la tierra?
-Hay que tener la cabeza en tu sitio. El aplauso es lo que más necesita un artista pero es al artista al que aclaman, no a ti (a quien, en realidad, no conocen). Por eso lo mejor es tener muy buenos amigos, que te suban o que te bajen, según necesites.
-¿Se llega a entablar amistad verdadera con otras intérpretes?
-Sí, algunas se tienen pero son más conocidas. Como en cualquier otro lado.
