Las canciones de “Clímax”, el último disco de la cantante, serán las que suenen mañana en el Auditorio Fibes antes de que se abra el telón para disfrutar del segundo concierto que Mónica Naranjo ofrece en nuestra ciudad este año, y que cuenta con Edurne como artista invitada
La presentadora del espacio de Cuatro, “Todo irá bien”, será la artista invitada en el espectáculo “4.0” que vuelve a traer a Mónica Naranjo a Sevilla. Una gran oportunidad para que la última ganadora del programa “Tu cara me suena” muestre casi una hora de su música a un público nuevo para ella.
-¿Qué supone cantar con la “Diva”?
-Una experiencia única, porque la admiro desde niña. Siendo muy pequeña ya cantaba sus canciones y tuve la suerte de poder interpretar juntas “Pantera en libertad” en su concierto de Madrid. Es uno de mis temas favoritos -incluso lo incluí en mi gira de verano- pero hacerlo a dúo era uno de mis sueños.
-¿No impone cantar al lado de ella?
-Claro que da miedo (risas). Cuando pongo mi voz en éxitos de otros artistas intento hacerlos míos. No podría hacerlo como ella, tiene un “vozarron” inimitable y yo lo llevo por un lado más pop o rock, que es lo que estoy haciendo últimamente. Ella lo escuchó y le encantó. Tampoco me afecta que nos comparen porque no intento parecerme. Cada una tiene su estilo y sé que nunca voy a ser como Mónica Naranjo ni tampoco lo pretendo. No es una lucha de quién canta más alto sino un momento mágico, de compartir.
-¿Cómo es “la Pantera” en las distancias cortas?
-Yo la quiero muchísimo. Es fantástica, maravillosa, muy buena gente, cercana, cariñosa y, para mí, un apoyo fundamental. Estoy encantada de conocerla más íntimamente y disfrutar de su faceta más personal porque es un placer tenerla de amiga. Lo que se ve en el escenario es un papel y ella diferencia muy bien su lado profesional del otro. Es un cielo.
-¿Usted también se transforma ante el público?
-Cuando cojo el micrófono soy más “cañera” y agresiva. Es una manera de sacar lo que llevo dentro y que no soy capaz de mostrar en el día a día (o no es apropiado que lo haga). Luego soy mucho más normal. Me dicen que tengo cara de dulce y a lo mejor engaño pero es que no se puede sacar el lado maligno en cualquier momento…
-Lo que pasa es que desde que trabaja en la “tele” se le conoce bastante mejor…
-“Todo va bien” está siendo una experiencia fantástica. Al principio me agobié porque nunca había presentado, pero es un programa dinámico, divertido, con bromas… Así se descubre mi lado más divertido porque en el escenario eres un personaje y en los concursos estás concursando. Además, estoy aprendiendo muchísimo, cada vez soy menos tímida y he descubierto que soy bastante atrevida cuando me proponen un desafío. Soy valiente si me pruebo y considero que puedo.
-¿Le gusta verse a sí misma?
-Antes menos pero ahora puedo decir que lo hago bien. Me pongo todos los programas en mi casa y miro cómo mejorar. Soy perfeccionista. Además, hay invitados que me sorprenden, como los políticos (que ahora vienen mucho) ya que contemplo desde qué lado contemplan la vida (y más en esta revolución que tenemos montada). Yo simplemente escucho, no me meto mucho en esos temas.
-La fama implica que la gente hable… ¿Cómo lo lleva?
-Bien. Cuando “Operación Triunfo” pasé de ser desconocida a que todo el mundo quisiera hacerse una foto, pero tardas un segundo, eso no cuesta nada y menos si se es tan cariñoso como lo es conmigo. Lo vivo de forma natural y creo que es lo mejor.
-Pero ahora interesa también a la “prensa rosa”…
-Al empezar con David [De Gea] fue un “boom” y me hacía gracia cómo salían reportajes nuestros. Mientras no inventen o hagan noticias de algo que no existe… pero de momento nada es así. De todas formas no me gusta hablar mucho de mi pareja. Si me preguntan digo que estamos bien porque es verdad, pero sin detalles.
-¿Cómo lleva él que, año tras año, le consideren una de las mujeres mas “sexys”?
-Él me encuentra guapa siempre, claro. Yo no me considero tan “sexy”. Si me vierais recién levantada, no pensaríais lo mismo, pero se agradece (risas). No le presto atención porque considero que hay chicas mucho más atractivas que yo. No soy para nada una esclava de mi cuerpo. Si me apetece una hamburguesa o una pizza me la como sin problemas y ya al día siguiente contrarresto con una ensalada. Ahora que viajo valoro más el disfrutar de la comida de aquí.