La artista, a sus 28 años recién cumplidos, se viste por vez primera de flamenca en una sesión exclusiva para ‘Sevilla Magazine’ donde, más allá, descubrimos a una mujer de sólidos valores y gran corazón.
Edurne García Almagro. Nacida en Madrid un 22 de diciembre de 1985. Elegida por varias veces “la mujer más sexy” de España. Una joven vinculada a la música desde pequeña que, en 2005, dio su salto a la fama como concursante de la cuarta edición del programa Operación Triunfo. A partir de ahí, cinco discos –el más reciente, Clímax, publicado en 2013-, el musical Grease y otros espacios televisivos como ¡Más que baile! o, en la actualidad, Tu cara me suena, donde se perfila como la gran favorita de la temporada. Además, Edurne ha sido elegida como imagen de multitud de firmas que la reclaman por su impresionante físico y ha participado como actriz en series tan afamadas como Hospital Central y Ana y los siete. Más allá, en su vida personal, la intérprete inició hace tres años una sólida relación con el jugador David de Gea, de 23 años, también madrileño y jugador del Manchester United. Sobre él, sobre su trayectoria y sobre sí misma, la protagonista de la portada de enero de Sevilla Magazine conversa durante una sesión de fotos en la que lució creaciones de firmas como Javier García, Ángeles Verano, Soniquetes y Tarantas y Carmen Acedo. Sorprendida con la belleza de nuestro traje típico, la artista promete que pronto lo lucirá en alguna feria de abril a la que, quién sabe, tal vez venga acompañada de ese amor que ha conquistado su corazón.
-Acaba de celebrar su cumpleaños… ¿Qué tal se siente en su piel actual?
-Muy bien. Ya voy camino de los treinta… En realidad, no he hecho nada diferente. Parte lo he pasado en Manchester y parte aquí, con mis dos familias.
-Se dedica a una profesión donde, a veces, los años son un enemigo… ¿Lo siente así?
-No. Yo no soy de obsesionarme con la edad. Lo importante es cómo estás tú y yo me encuentro fenomenal. Tengo todo lo que pueda hacerme feliz. Cuanto más años, más experiencia. A lo mejor con cuarenta no opino lo mismo… (risas). No uso cien cremas ni soy esclava de mi imagen. Si se me olvida ponerme una hidratante, no importa.
-¿Ha pasado por el quirófano para algo o aún no?
-De momento, no. Las agujas me dan pánico aunque, si se necesita para algún complejo, estoy a favor. Cuesta estar contento con uno mismo. Lo que sí me hago son tratamientos. Limpiezas, peelings,… Con el trabajo estoy a tope pero, en el poco tiempo que me queda, sí me cuido. En casa, por ejemplo, me trato el pelo y, la cara, muy de vez en cuando.
-¿De qué parte de su físico se siente más orgullosa?
-Soy muy crítica y me disimulo los defectos. Quizás la mirada… Se pueden decir muchas cosas sin hablar.
-¿Cambiaría algo?
-Supongo que muchas cosas pero, si lo digo, van a fijarse más aún en ellas… (risas).
-Sea como sea, se la ha considerado la mujer más sexy de España… ¿Cómo asume eso?
-Me sorprende. No me considero la más sexy. Hay mujeres con “cuerpazo” pero se agradece. Eso te anima aunque sigo haciendo una vida normal. Es una anécdota. De siempre me ha gustado ir arreglada. Tengo mi estilo y depende de cada ocasión.
-¿No cree que esa fuerza de su atractivo físico puede dejar su talento artístico en un segundo plano?
-Ya. Es un tema que he comentado mucho y realmente he tenido el problema de que muchos han pensado que soy solo imagen cuando es un componente más de mi carrera. Puedo bailar, cantar, actuar… y eso es un complemento. Empecé a los seis años y a los nueve hice giras y grabé discos con un grupo de tres chicos y tres chicas que se llamaba “Trastos”. Lo primordial en mí es la música y eso es lo que quiero. Cuando hice Grease, parte de los que venían a verme creían que era una niña mona que no podía cantar.
-En este sentido, ‘Tu cara me suena’ le está viniendo muy bien para conocerla mejor y valorarla más, ¿verdad?
-Sí. Es una experiencia maravillosa. Incluso yo misma me estoy conociendo mejor metiéndome en la piel de otros artistas y cantando y bailando de otra manera. Es un programa divertido, familiar, benéfico…
-¿A quién le ha gustado más imitar?
-A Pink. Soy muy fan suya y me resultó una actuación especial. Metí acrobacias e hice de todo. Fue duro porque, con el coreógrafo, solo tuve un día pero, cuando te ves luego, piensas: “¡Qué fuerte!”. En el momento te pones nerviosa y no tienes perspectiva de ti. Me pasó con Axel Rose que fui al servicio y hasta me asusté cuando me miré en el espejo (risas). Soy muy de carnaval y Halloween.
-¿La relación entre participantes es tan buena como parece?
-Todos son fantásticos aunque con quien más afinidad tengo es con Xuso, Flo, Llum y Santi Rodríguez.
-¿Y con Melody? ¿Hay competencia?
-Nada. Es una artistaza. Tiene un vozarrón pero, sin ser amigas, somos compañeras…
-Salir en la tele es un subidón de popularidad… ¿Le agobia?
-Lo llevo bien. Me pasó con “OT”, que fue un golpe duro. Éramos anónimos y, al salir, nos conocía todo el mundo pero desde siempre lo he asumido con naturalidad. Es una muestra de cariño.
-¿Alguna anécdota del fervor de sus ‘fans’ hacia usted?
-Bueno, cuando empiezan a llorar es muy fuerte. Me ha pasado con unos cuantos… También están los que se tatúan mi nombre o hasta mi cara, que me enseñó una vez una chica en el antebrazo y que es algo para toda la vida. Yo llevo dos tatuajes: una clave de sol en la cadera y unas huellas de animal en la muñeca. Son mis dos pasiones, la música y los animales (por eso estudié veterinaria).
-¿Y si le persiguieran los papparazis? ¿También lo aceptaría con deportividad?
-Por ahora no ha habido nada de eso y, si lo ha habido, me ha entrado la risa. No tengo nada que esconder.
-Háblenos de su relación con David de Gea… ¿No pesa la distancia?
-Estamos muy felices a pesar de la distancia. Nos centramos en nuestras profesiones y nos vemos cuando podemos. En realidad, entre semana el tiempo se nos pasa volando y el fin de semana o viene él o voy yo. Peor hubiera sido si estuviera al otro lado del charco…
-¿Entra la boda en sus planes?
-De momento no nos lo planteamos. Somos muy jóvenes. Tengo 28 años… Todo llegará…
-Él es un ‘yogurín’… ¿23?
-Pero es un número solo. Le conoces y es mucho más maduro. Los deportistas, por la responsabilidad, maduran antes. El mundo del deporte, desde dentro, es distinto.
-¿Qué le ha dado que, en otras personas, no haya encontrado?
-Muchas cosas. Me aporta lo que necesito. Me lo paso bien, es buena persona, cariñoso, con un gran sentido del humor… Me complementa.
-¿Los hijos tampoco entran en sus planes?
-¡Uh! No, no. Muy en un futuro lejano (risas). Me gustan los niños pero va para largo (risas). No me lo planteo pero sí, más adelante, me encantaría ser mamá.
-¿Le ha visto David de flamenca?
-No, pero está deseando… Bueno, sí me vio de Carmen Sevilla en el programa. Tengo ganas de enseñarle este reportaje a mi familia porque no me imaginan. Es un traje tan elegante. No son solo lunares blancos y negros… Estoy encantada y entran ganas de ponérselo todos los días.
-Porque Edurne tiene un ‘ramalazo’ andaluz, ¿no?
-Para mí ha sido un descubrimiento. Mi abuela dice que deje el rock y me ponga a hacer copla. Todo vino por una imitación que hice de Conchita Bautista. Me hizo gracia pero en mi casa no hay tradición de canción española ni nada de eso. Alucinaron cuando salí así…
-¿Su familia le ha apoyado en su andadura artística?
-Sí, mucho. Me animaron a seguir mis estudios y, en paralelo, daba clases de canto. Gracias a ellos estoy aquí.
-Es curioso que, con el carácter tan pacífico que tiene, se haya decantado por un sector muy competitivo…
-La competitividad es conmigo y, en general, aquí pasa como en todos lados. Al final hay que mirar por uno mismo. No es necesario ser mala para triunfar. A mí por lo menos me ha ido bien y no pienso cambiar porque así es mi esencia.
-¿Qué hay más allá de la música?
-Pues cine. Soy una apasionada de las películas… Y parques de atracciones de máximo riesgo (risas). Sé que no tengo pinta de eso pero te desahogas y te quedas divinamente (risas). En el fondo soy una rebelde… Será doble personalidad (risas).
-Con su nuevo álbum, ‘Climax’, ha sacado su cara más roquera…
-Sí. Hacía tres años que no grababa nada y, sin ser en absoluto agresiva en mi parcela más íntima, sí he querido volver artísticamente a mis inicios, más potentes y fuertes. He ido probando diferentes estilos y aquí resumo un poco ese recorrido.
