Hoy es el último día para asistir al Festival de las Naciones en el Prado de San Sebastián en una edición que, como nos cuenta su director Sergio Frenkel, ha sido todo un éxito.
Han pasado 26 años y, el Festival de las Naciones, está más vivo que nunca. Los datos que nos ha dejado esta última edición que termina hoy mismo lo abalan. Un año lleno de solidaridad y sostenibilidad, consolidándose un año más como referente en la oferta cultural de otoño en Sevilla. Superando la cifra de 350.000 visitantes, se han vivido jornadas muy emotivas y de lleno total, con más de 120 actuaciones en directo, más de 430 horas de música o más de 400 artistas en escena, contando también con la entrega de los Premios Solidarios en el que se ha distinguido a personas e instituciones de relevante compromiso social y solidario con nuestra ciudad. Este espacio, dirigido por Sergio Frenkel, constituye un crisol de culturas, sabores, productos y, en definitiva, experiencias vitales que disfrutan varias generaciones cada temporada.
-¿Cómo es enfrentarse a organizar el festival después de 26 años?
-Con esta edición que termina hoy se han iniciado los próximos 25 años del Festival, pues ya vivimos su primer ciclo de una manera muy positiva y toca arrancar una nueva etapa, donde la innovación, la sostenibilidad, la solidaridad, la cooperación toman protagonismo. Hay un mundo nuevo en el que los jóvenes nos están enseñando que todo lo que tiene que ver con cuidar nuestro planeta, fomentar el consumo responsable, ser más ecológico… Es una forma de vida. El Festival ha entrado en esa filosofía, haciendo retos solidarios y de sostenibilidad, días temáticos para salvar el planeta, días sociales con asociaciones que se enfrentan a problemas reales como la violencia de género… Que sea una plataforma donde cualquiera pueda expresarse libremente sobre lo que está pasando y que no se quede solo en la fiesta y la diversión.
Es obvio que la parte lúdica y festiva esté, porque es uno de los principales motivos de nuestros visitantes, pero también tenemos que ser responsables en el consumo y tomar consciencia de todo lo que está sucediendo. Por otro lado, la gran novedad que hemos introducido -y que es el camino que vamos a tomar en el futuro-, es convertirnos en una plataforma de lanzamiento de muchos grupos y talentos locales, que son grandes desconocidos y que, aprovechando que hemos estado más de 40 días en el Prado de San Sebastián, hayan podido venir a darse a conocer y de ahí salgan figuras importantes, ya sea de canto, interpretación, danza… En la programación hemos contado con más de diez artistas locales y tributos, más de doce escuelas de baile…
También hemos contado con grandes actuaciones, arrancando con Navajita Plateá, o figuras muy conocidas para esta revista como Hugo Salazar y Verónica Romero, de “Operación Triunfo”, en un concierto acústico muy bonito. Igualmente, una jornada grande de Andalucía, junto con varias peñas flamencas, y un concierto de primerísimo nivel con Falete. Por otro lado, hemos dedicado cuatro días temáticos a nuestro país invitado, México, con la presencia del mítico Coyote Dax, y en el día grande de Sevilla hemos contado con grandes grupos de esta tierra que están pegando fuerte. Más allá, este Halloween lo hemos vivido aprovechando la temática mexicana y su famosa Noche de los Muertos, con una puesta en escena muy llamativa y, como broche de oro, le hemos dedicado unos días a Cuba. Todo ello además de la entrega de los Premios Solidarios, que tuvieron lugar en los Reales Alcázares el pasado 22 de octubre y que fue todo un éxito.
-¿Es muy complicado conformar un cartel como el de esta edición para que guste a todos?
-La verdad es que el Festival tiene su propia dinámica después de tanto tiempo. Vamos recibiendo ofertas y recomendaciones de gente que esté repuntando e intentamos equilibrar entre conocidos y otros por conocer.
-Este año hemos tenido a México como invitado… ¿Cuáles son los criterios para ocupar ese puesto?
-El único requisito es que cada país nos vaya presentando su candidatura, que tenga un compromiso para generar contenido y que participe también activamente en la entrega de los Premios Solidarios. La verdad es que México se ha mostrado muy dispuesto desde el primer momento. Es una cultura muy fuerte, por eso le hemos dedicado cuatro jornadas.
-¿Cuáles son las sensaciones que te gustaría que los visitantes se hayan llevado al salir del Festival?
-Nosotros lo que queremos es que todos, desde el momento que se entrase, se dejasen llevar, como si consistiera en un viaje. Que se dejasen sorprender. Que degustaran platos y bebidas y nuevos sabores que muchas veces no son conocidos, comidas exóticas como las de Australia. Hemos contado con una cerveza de cannabis de Sudáfrica con esencia de marihuana sin ser marihuana, que ha sido interesante probar. Hemos ofrecido más de 150 variedades de cervezas, más de cien tipos de vinos… Toda la gastronomía, con una oferta cada vez más amplia y variada, que estaba realizada por autóctonos de cada zona, buscando siempre la autenticidad y que te recuerdara a donde pertenece cada producto y siendo atendidos en los puestos de alimentación por profesionales del lugar o que hayan vivido allí.
-¿Vives con la misma ilusión cada edición?
-A mi Sevilla siempre me llena de emoción, nos llena a todos de emoción que distintas instituciones de la ciudad, como la Fundación Cajasol o universidades, quieran participar, que el Ayuntamiento siempre nos otorgue su grandísimo apoyo… La ilusión se va renovando cuando te sientes bien acogido, cuando lo que haces tiene repercusión y que los asistentes respondan a lo que le ofrecemos.
-¿Podríamos denominarlo entonces como el Festival de las Emociones?
-Sin duda, de hecho, nuestro eslogan este año ha sido #SienteElMundo y #FeelTheWorld, con lo que hemos dejamos muy claro desde el primer momento que las emociones y sensaciones son un elemento clave, junto con el hashtag #LoQueEmocionaExiste, que es una etiqueta y una filosofía que a nivel tanto personal como profesional me marca mucho y he querido transmitirlo a los valores del Festival.
