Después de haber confesado que padece esta afección autoinmune que ataca tejidos, células y órganos sanos, la cantante decide retirarse de los escenarios
Fue a mediados de 2015 cuando Selena Gómez confesó que padecía “lupus”, una enfermedad autoinmune poco frecuente que, aunque solo la padece menos del siete por ciento de la población mundial, entre quienes la sufren casi el 80 por ciento son mujeres en edad fértil entre los 15 y los 35 años. Al arremeter contra las proteínas del cuerpo, el lupus afecta a la piel, las articulaciones, los riñones, el cerebro, los pulmones, los vasos sanguíneos… Todo, en definitiva, lo que tenga tejido colágeno y que, en los casos más graves, incrementa el riesgo cardíaco y los problemas respiratorios poniendo en peligro la vida misma.
Duro palo el que le ha tocado sufrir a la ex chica Disney que, sin cura, podrá ser tratada con inmunosupresores pero que, de momento, ha decidido hacer una pausa en su carrera para tomarse un tiempo para descansar y recuperarse pues, según ha declarado, esta situación le ha afectado emocional y psicológicamente: “He descubierto que la ansiedad, los ataques de pánico y la depresión son efectos secundarios del lupus y estos pueden representar sus propios desafíos”, declaraba Selena a la revista “People”. “Gracias a todos mis fans por su apoyo. Ya saben lo especiales que son para mí pero necesito hacer frente a esta situación y asegurarme que estoy haciendo todo lo posible para estar y sentirme lo mejor posible. Sé que no estoy sola y compartiendo lo que hago espero que otros se animen a hacer frente a sus propios problemas”, ha manifestado en sus redes sociales cancelando, de momento, su gira “Revival Tour”, que iba a traerla estas próximas semanas por Europa.
A sus 24 años, la artista tiene entre manos una compleja prueba vital que estamos seguro terminará resolviendo. Energía y ganas para ello, no le faltan.