Tras un 2012 muy difícil, El Mani celebra su 25 aniversario en la música con una gira que mañana hará parada en Sanlúcar la Mayor, donde hará un repaso a su carrera “con más fuerzas que el primer día”
José Antonio Muñoz
Le dieron su primera oportunidad en el Coro de la Hermandad del Rocío de Gines, aunque el éxito le llegaría con “Candela, Candela”, tema incluido en su segundo álbum que alcanzó, en ventas, el disco de platino. Ahora, con 50 años, José Manuel Rodríguez, “El Mani”, celebra su cuarto de siglo en la música tras pasar por un mal momento de salud el pasado verano de 2012. Con mucha fuerza y optimismo, arropado por amigos y familia, repasa los muchos éxitos de su carrera en una serie de conciertos que este viernes lo llevarán a Sanlúcar tras reunir a miles de personas en importantes espacios como el Auditorio de Fibes.
-¿Cómo está siendo esta siendo este 25 aniversario?
-Muy especial. El 6 de abril pude celebrarlo en Fibes en una noche mágica a la que asistieron más de 1500 personas como público y donde me acompañaron amigos como José Manuel Soto, Manuel Orta, Soles, Ecos del Rocío o Joana Jiménez. Este viernes vuelvo a subirme a un escenario en Sanlúcar la Mayor, a las diez de la noche, donde estará conmigo Yolanda Rodríguez, finalista del concurso “La Voz” como artista invitada.
-¿Se habría presentado usted a un concurso de este tipo cuando empezaba?
-Hubieran tenido que buscar talentos en las sevillanas, que es lo que a mí me gustaba, pero aún así yo era muy reacio a participar en los concursos de la época. Era muy cortado, todo me daba vergüenza y no era una persona de las que tiran para adelante. Siempre salía escondidillo entre los compañeros o el último. Ahora apechugo con lo que me toque pero menos mal que pude empezar mi andadura arropado por los otros miembros del Coro de Gines…
-Pero ha sabido meterse al público en el bolsillo… ¿Cómo lo hace?
-Siempre le he caído bien a la gente por mi forma de ser y por mi forma oronda (risas). Soy consciente de que hay expresiones divertidas en torno a mí como la de “te cabe “El Mani” empanao” (risas). Mas allá, sé que es muy complicado recibir el cariño de todo el mundo pero la experiencia y la madurez me han indicado el camino correcto para conseguirlo. No todo en un artista son la voz o sus canciones.
-Cuando mira hacia atrás, ¿qué balance hace?
-Doy gracias a la vida porque me ha dado todo lo que yo quería. Aún quedan personas que se sienten afortunadas y yo soy uno de ellos. Empecé con una casa discográfica y en esa misma me realicé, gané experiencias. Nunca digo eso de “si hubiera sabido esto hace unos años…” porque siempre estuve contento con lo que tenía y con dónde estaba en cada momento.
-Es el título de su gira, pero… ¿de verdad tiene ahora más fuerza que nunca?
-Es un eslogan bastante bonito que ya puse antes de lo que me ocurrió pero sigo pensando lo mismo. Los tiempos son malos para todo el mundo. Si tú te quejas y yo me quejo esto se va al garete. Si antes cobrabas siete mil euros por una gala ahora a lo mejor cobras dos mil, pero hay que adaptarse a los nuevos tiempos.
-Entonces, cuando escucha algo como “pobrecito”, por lo que le ha pasado, ¿qué opina?
-Sufrí una amputación y lo he pasado mal, muy mal, pero eso ya lo tengo olvidado. He corrido un tupido velo y he mirado hacia adelante con optimismo. Antes pensaba: “ahora ¿qué va a ser de mí?”, pero con estas cosas te cambia la mentalidad y yo soy un tío fuerte. Lo he pasado y pasado está. Ya camino bien, y gracias a los adelantos en ortopedia sigo en la lucha acompañado del apoyo de amigos y la familia. Como dicen los jóvenes: lo importante es estar en la “pomada”.
-¿Son sus hijos su principal apoyo?
-Los mellizos tienen diez años y María, la niña, catorce y los llamo para saber de ellos todos los días. Mi pasión son los niños. A esa edad no hay maldad ni envidias. Son la esencia del ser humano. Si nos quedáramos a esa edad seriamos más buenos todos aunque sabiendo lo que ya sabemos…