El Festival de las Naciones acoge esta noche a las diez el concierto del grupo jerezano “Navajita Plateá” dentro de un ciclo de espectáculos que, hasta el dos de noviembre, estará llevando a importantes artistas nacionales al recinto situado en el Prado de San Sebastián.
Con origen en el flamenco barrio de Santiago de Jerez, pone la voz a unas letras compuestas por él para esta formación en la que, junto a su amigo y guitarrista Curro Carrasco, ha alcanzado grandes momentos de popularidad gracias a éxitos como “Noches de Bohemia” o “Esta vida está de lujo”, con los que conquistaron un mercado discográfico del que se muestran más distantes, afirmando que es ahora cuando hacen lo que realmente sienten y que, en directos como el de hoy, es donde realmente se puede disfrutarse su esencia.
-¿Cómo es un concierto vuestro?
-La música no se explica, hay que verla, sentirla. Para nosotros (y nuestra perspectiva como artistas) es siempre diferente dependiendo de nuestro momento vital. Hay épocas en las que te diviertes, otras en las que disfrutas, otras donde todo el público tarareaba porque eran temas que sonaban mucho y, precisamente por eso, no podíamos dejar de cantarlas… Actualmente hacemos lo que sentimos.
-Porque… ¿vuestro estilo se puede definir?
-Somos “Navajita plateá” y, a partir de ahí, que cada uno reciba lo que hacemos a su forma y lo llame como quiera. Lo importante es que llegue. No todo lo que hacemos es flamenco, ni es “blues”, ni es pop ni rock pero si hay de todo eso en unos porcentajes equilibrados. Para mí no existe diferencia.
-¿Os han copiado otros que llegaron después?
-No me siento referente de nada ni que estemos por delante ni por detrás de nadie. Venimos desde el flamenco y lo hemos “mamado” desde pequeños, pero no me gusta llamar fusión a lo nuestro. Creemos que es un medio de interiorización. La influencia de los más grandes siempre ha estado ahí. Toda la gente que hace algo que merece la pena escuchar, enseña. Te puede decir algo el que menos te imaginas. Aún así hay unas bases como “Terremoto”, “Sordera”, “Agujetas” o “Camarón” y en guitarra Paco de Lucía, “Moraíto” o “Jimmy Hendrix”.
-Con la industria discográfica os habéis llevado regular, ¿no?
-Nunca ha sido fácil. Si no cumples exactamente lo que ellos quieren es difícil que vayan contigo. Por eso llevamos muchos años sin sacar álbum nuevo. Tenemos un concierto fraguado a partir de canciones que no se han grabado porque las compañías le dan la espalda, buscando otras melodías que suenen más en “radiofórmulas”. No somos artistas para eso. –
-Pero lo fueron y ahí esta el exitoso “Noches de bohemia”…
-Entonces no querían temas con palmas en las cadenas de radio y, como mucho, entraban Niña Pastori o José “El francés”. Con “Frío sin ti” tuvimos los primeros “número “1 en “Los 40 principales”, los premios de la música… Luego la industria ve un filón en ti, encauzan el camino y explotan solo la parte que les interesa para que vendas mucho. El éxito no era solo mío sino de un equipo que se marcaba eso como objetivo. Éramos un producto. Ahora consigo menos premios pero estoy mucho más cómodo y disfruto infinitamente más de lo que hago. Con eso me conformo.
-¿Creen, cómo dice su letra, que “Esta vida esta de lujo”?
-Cada persona la vive, individualmente, de una manera. Para mí el secreto está en dejarla venir, con tranquilidad y “despacito”, pero de lujo para nada. Quizás mejor que en el pasado, prosperando, pero con mucho por hacer todavía.
-Ese tema sirvió para un anuncio sobre productos andaluces. ¿Se sienten profetas en su tierra?
-Profetas en su tierra no hay ni uno. Jerez es nuestro sitio para vivir y quizás lo preferimos así, con lo poquito o lo mucho que cuentan con nosotros. Somos totalmente andaluces. Personas que nunca hemos tenido que decir de donde venimos porque nuestra música ya nos define… Puede que hayamos tenido que explicarlo alguna vez en México o Estados Unidos, poco más.
-¿No tiene la sensación de que los artistas flamencos se parecen cada vez más entre sí?
-Siempre ha sido así porque están dentro de un mundo tradicionalista y se interpreta según el estilo imperante en ese momento. Cuando Manolo Caracol muchos cantaban “acaracolao” y con Camarón, “acamaronao”. El flamenco tiene cientos de escuelas en cada pueblo de Andalucía y también se deja llevar por modas, aunque más lento.
