La sevillana cantará a Saramago el próximo martes en la presentación de su disco “Mi voz en tu palabra”

Josan Muñoz (@josan_ms)

Poseedora de una de las voces más bonitas, flamencas y reconocibles del actual panorama del cante, Esperanza pone su arte al servicio de los poemas del Nobel de Literatura José Saramago en un álbum al que ha llamado “Mi voz en tu palabra”. Diez joyas convertidas en bulerías, malagueñas, abandolaos o tangos que el próximo martes sonarán por primera vez en el Lope de Vega, junto a la maestría musical de Dorantes y el baile de Pastora Galván.

Fotografía: Javier Caró

-¿Por qué eligió a Saramago entre los poetas?

-No fue planeado. Surgió porque vi su película en el Teatro de la Maestranza y me cautivó. Sabía que era novelista pero me sorprendió su faceta como poeta y empecé a investigar. Fue entonces cuando comprobé que Luis Pastor ya había grabado un disco basado en su libro de poesía…

-¿Fue muy difícil poner música a esos poemas?

–Cuando me puse en contacto con su mujer, Pilar, para que me cediera los derechos dudó que el disco se pudiera realizar ya que Saramago no hizo su obra para que fuese cantada. No tenían métrica que encajara con algún palo del flamenco por lo que escogí los que me atraían y emocionaban. Cuando empezó a escuchar las maquetas me dijo que a José le habría encantado como estaba quedando. Ella entiende de flamenco porque es andaluza y ha quedado muy emocionada e ilusionada.

-¿Se enfrenta con poesía a los malos momentos de la vida?

–Y con mucha fuerza. No se puede flaquear, sino aprovechar los baches para desarrollar la creatividad, con la cabeza todo el día dando vueltas creando cosas que puedan funcionar. Todo trae algo bueno y ahora los españoles estamos más unidos.

-Parece una mujer fuerte… ¿también tiene sus momentos de debilidad?

–He sido una niña luchadora porque tenía muy claro desde siempre lo que quería, pero al ser muy tímida la vida ha hecho que sea fuerte, más aún desde que tuve a mis niños. Nuestra raza tiene un carácter fuerte, de tirar hacia adelante por intuición, luchador… pero soy una mujer diferente arriba y abajo del escenario. Cuando actúo es algo mágico que me transforma y me da unas fuerzas impresionantes. Algo inexplicable.

-¿Qué siente cuando escucha que es de las mejores voces del flamenco?

-Es muy gratificante que la gente reconozca el esfuerzo de tantos años. No ha sido nada fácil estar donde estoy ahora y que la gente lo vea es algo que me halaga. Llego a casa con una satisfacción increíble. Ha habido muy buenos y muchos referentes con una voz increíble. Antonio Mairena, Fernando y Bernarda, Enrique Morente, Camarón de la Isla… son pilares importantes de los que todo buen flamenco debe beber pero para después crear una personalidad propia.

-Imparte clases en una escuela, pero… ¿el flamenco se puede aprender o hay que nacer?

-Se nace y se hace. Para bailar, cantar o tocar tienes que tener unas facultades que, además de nacer con ellas, hay que trabajarlas. Llega gente de fuera que son enamorados del flamenco y sin facultades, pero quieren tener unos conocimientos de como funciona y meterse en la raíz. Pueden aprender a escuchar, cómo escuchar y a quién.

-¿Es el género más difícil?

-Es la carrera más larga a la que te puedes encontrar y tienes que ser muy aficionado. Te lo tienes que tomar muy en serio porque es muy difícil escuchar a los grandes, son voces muy difíciles de entender, pero una vez que te metes en ese mundo es lo más. No quiero confusión entre el flamenco tradicional y el flamenquito, que no es nada criticable pero es otra cosa.

– Lo suyo viene desde la cuna… ¿Lo han heredado también sus hijos?

-Si, pero no se si se van a dedicar  o no. Lo llevan en la sangre pero tienen otra dedicación que es el futbol y sus estudios. Miguelito toca la percusión de forma autodidacta y tiene un compás impresionante. David toca las palmas y tienen una afirmación increíble. No es su meta ser artista como si que yo lo tenía claro de niña. Mi vida es el flamenco desde niña.

-¿Qué valores les enseña?

-Vienen a los conciertos y el flamenco se los inculco solo con verme, pero mis padres no me exigieron nada y mis hijos serán lo que ellos quieran y los apoyare siempre. La educación de mis hijos es la que ven en mí en el día a día, donde el respeto hacia los demás es primordial y eso lo ven también en su papá, sus abuelos… Son esponjas del amor que ven en casa.

-¿Cómo será el concierto del próximo martes?

–Estaré acompañada por dos grandes profesionales. Dorantes ha sido el productor de mi disco y tenía que estar. Pastora Galván es una persona muy racial y me acompañará en dos temas que siempre tuve muy claro que quería contar con ella. Además “Los Mellis”, Miguel Ángel Cortes, un coro… personas con una energía muy positiva.

-¿Cómo ira vestida?

-Mis seguidores saben que no soy tradicional flamenca. Llevaré algunos vestidos con los que me siento más cómoda que con lunares o volantes que no van con mi estética más moderna. Por mi corte de cara y el color de mi piel busco lo que más me favorezca. Me gustan los trajes muy estilizados.

-¿Es una mujer coqueta?

 -Ya la mujer, de por sí, es coqueta, pero para la que trabaja en el mundo del espectáculo es imprescindible. Somos personas públicas y tenemos que estar perfectas sobre el escenario. En la calle soy más de vaqueros y camisetas, pero siempre intentando ir a la moda.

-¿Cómo se cuida?

-Estoy todo el día en activo, desde las 7 de la mañana que me levanto con mis hijos, doy clases, hago las cosas de mi casa. Eso de que los flamencos solo funcionan por la noche y se levantan tarde es muy pasado. No voy al gimnasio porque no tengo tiempo, pero me cuido, me pongo mis cremas por la mañana y por la noche, como sano…