El martes y miércoles de la próxima semana el Teatro Quintero acogerá al sevillano Falete que, con su espectáculo “Mi voz y un Piano”, recordará a los más grandes del flamenco y la canción española desde uno de los estilos más personales del panorama actual.
Transmite autenticidad en cada una de sus palabras, sean dichas o cantadas. Por eso no es inconveniente, sino todo lo contrario, la desnudez de un simple piano para que este sevillano ahonde en su estilo inconfundible, de controlada desmesura y total entrega, ante un público que, durante dos días, podrá contemplar en el Teatro Quintero la genialidad de alguien que ya traía la copla y el flamenco en los genes.
-¿Cómo acaba tras un espectáculo una persona que se da tanto?
-Soy un artista de directos. Es donde disfruto y me entrego al cien por cien absolutamente siempre. Termino con ganas de volver a empezar. El público me da vitaminas y un subidón de energía tal que sería capaz de dar dos conciertos seguidos… o diez (risas). Entiendo a Raphael cuando ofrece “shows” de tres horas.
-Es difícil describirle… ¿Cómo lo haría usted mismo?
-Tomo las palabras de un gran sabio, Jesús Quintero, cuando dijo: “Falete es una persona que vive por y para el arte, que sueña y piensa como un artista”. No es solo tener una voz. Hacen falta una puesta en escena cuidada, un buen vestuario, una mirada, un abrir y cerrar un abanico… un cúmulo de cosas que traes ya en tu genética y vas puliendo con el tiempo. Los demás son obreros del arte, aunque todo el mundo tiene derecho a vivir y a un huequecito propio.
-¿Es tan valiente cuando baja del escenario?
-No le tengo miedo a nada. Respeto, a muchas cosas. Demasiada gente vive en esa horrible condena de sentirse diferente por culpa de una sociedad que les cohíbe y no les permite confesar, por ejemplo, su inclinación sexual. Hay ideales políticos y religiosos tan extremos que solo llevan a destruir vidas de otros que se convierten en ogros, que siempre están a la defensiva y acaban haciendo daño a los demás. Yo me río de los complejos. El que está a mi lado es porque me quiere y le gusta como soy.
-¿En qué ha cambiado desde que empezó esta andadura?
-Sigo siendo cercano, de “a pie”, porque las “estrellas” están en el cielo y las divas no existen. Mientras más grandes son los intérpretes, más cercanos. Los comparo con los santos que tanto se veneran y que eran seres humanos normales mezclados con el pueblo. No soporto las excentricidades de los que se creen más que el resto.
-Pero las vivencias le habrán hecho evolucionar, ¿no?
-Yo soy racial, de impulsos y, donde mandan los sentimientos, los pensamientos tienen poco que hacer. A veces se acierta y otras te equivocas. He pedido perdón todas las veces necesarias y la gente me ha sabido perdonar. Cuando he dado mis “cojetadas” me han ayudado a levantarme y me han advertido: “Te has tropezado, no tires más por ahí”. Tampoco me arrepiento de nada porque es de cobardes. Hay que tener los “cojones” bien puestos para aprender de lo malo y no volver a caer mientras disfrutas de lo bueno.
-¿Guarda rencor?
-El que diga que no es algo rencoroso está echando el embuste más grande del mundo. No soporto la mentira cuando se trata de cosas mayores y ésas las guardo en un rincón del alma hasta que llega el momento de sacarlas para quitártelas de encima. No es bueno vivir con odio porque no trae más que tristezas e incluso enfermedades.
-Se encuentra en un buen momento profesional y sentimental, se le nota…
-Me siento divino. Trabajo el doble y gano la mitad pero como todos los españoles que aún tienen un empleo. Yo no canto para llenarme los bolsillos sino el estómago. Mi madre me ha enseñado a ser conformista, a vivir con poco y afrontar los problemas en la economía, el amor o la salud con dignidad. También opino que, cuando tienes dinero, puedes y debes gastarlo en lo que te dé la gana.
-¿Puede uno enamorarse locamente cuando ya ha sufrido?
-Al amor no se le puede decir que no. Si el sentimiento fluye no debes quedarte anclado en las malas experiencias. Sería una estupidez negar la evidencia de que estoy enamorado porque, cuando eres feliz, se nota. Ni hay que ir ocultando ni tampoco dando pie a que se especule. Invéntense lo que quieran pero solo yo sé lo que tengo de puertas para adentro. Es maravilloso contar con un compañero que te apoya, te da tu espacio, tu sitio… y no quiere decir que vaya a ser para siempre. Tampoco tiene que ser el anónimo el que juegue la mala pasada al famoso. Todos somos humanos y hacemos las mismas cosas.
-¿Es el amor una necesidad vital?
-Necesitamos a alguien al lado, llámese amor, amigo, parejita, compañero, chulo, amante o confidente. Puedes tener una familia y amigos estupendos pero de noche te quedas solo y sentir el calor humano en una cama es muy importante.
-Por cierto, ¿qué tal en su nueva faceta como actor?
-El participar en “Torrente 5”, que se estrenará en octubre, ha sido una gran experiencia. He aprendido con profesionales como Josema Yuste, Anna Simón o Santiago Segura, con los que comparto escena. He ido de manera humilde, preguntando todo para no meter la pata y repitiendo cada escena cien veces aunque esté bien.
