Con un físico diferente, ya que el pasado día 3 se sometió a una lipoescultura de manos del doctor Manuel Tafalla y su equipo, el artista actuará el próximo jueves en el Colegio San Ignacio de Loyola, de su distrito natal de San Pablo en Sevilla, para recaudar dinero en una buena causa a favor de un niño con problemas.
Antonio Cortés, Erika Leiva, Frank Sánchez y Patricia Vela acompañarán en el concierto benéfico del próximo 3 de julio a esta fuerza de la naturaleza que en otoño marchará a América, donde es un auténtico ídolo. Pero, más allá de su garganta privilegiada, Falete ha sufrido desde siempre un sobrepeso que, si bien no le ha impedido un día a día normal, él sabe que, a la larga, puede resultar muy perjudicial para su salud. Por eso, a sus 36 años, el artista se ha puesto manos a la obra y ha decidido intentarlo, una vez más, a través de una propuesta profesional que hasta le ha animado a pasar por el quirófano.
-¿Cómo surgió esta decisión?
-Mi amiga Patricia Donoso, novia del doctor Tafalla, vino a verme a Madrid, cuando inauguré el “Corral de la Pacheca”. Allí me ofrecieron un proyecto, NIC, del que querían que fuera la imagen. Me lo explicó: había que seguir una dieta, cambiar hábitos de vida, someterme a una lipoescultura… Yo le dije: “¡Dormirme deprisa y darme morfina!” (risas).
-Porque sus kilos de más… ¿Son de siempre?
-Sí. Nací con casi seis kilos. He probado todas las dietas (la de la proteína, la de la alcachofa, la de la “coquina”…), hipnosis… Lo que pasa es que eso está en el paciente y, esta idea que me propusieron, me gustó. Primero, por salud y luego porque a nadie le gusta estar gordo. Esto es una inversión en futuro y en salud. No se tira la toalla.
-¿Cuánto pesa en la actualidad?
-126. Llevo unos años pesando eso. Llegué a quedarme en 80 y los volví a coger.
-Porque, su relación con la comida, ¿cuál es?
-Como todo lo que me da la gana y más. Me gusta aunque, más allá, lo que hago es malcomer. No sigo pautas ni horarios. Si son las cuatro de la mañana y me apetece un plato de menudo, me lo como.
-Eso unido a mucho sedentarismo, ¿no?
-Claro. Fíjate que ahora estoy tirado en el sofá…
-Lo mismo le mandan deporte…
-Lo haría. Ten en cuenta que del quirófano salí con doce kilos menos y eso ya te anima. El primer impulso, que es el peor, me lo he quitado. La ansiedad, los temblores… Aparte, cuento con un equipo de psicólogos y profesionales fantástico. Ayudan a quienes no son capaces de mentalizarse de unos hábitos de vida buenos. Su lema me encanta: “La salud también es belleza
-¿Pero complejos tiene?
-Ninguno. Soy gorda al igual que “mariquita”. Las limitaciones nos las ponemos nosotros, no existen. Por temores, inseguridades, complejos, pierdes muchas oportunidades. Nada te destruye. La vida es una guerra en la que tienes que intentar ganar todas las batallas…
-¿Ni siquiera en el amor le ha condicionado su aspecto?
-Siempre hay un roto para un descosido. Otra cosa es que se me hayan acercado “cabrones”… No he vivido para la sociedad de la imagen y soy feliz con todo, pero consecuente. Ganaré en calidad de vida aunque el tabaco no tengo intención de dejarlo. Muerto de molestias… ¿no me voy a fumar un cigarro?
-¿Y al contrario? ¿Le ha llamado el físico de los hombres?
-Tampoco. Me he fijado en la persona. En que me haya hecho reír y que me lo haga pasar muy bien, que es lo verdaderamente esencial… No me he guiado por los cánones de belleza porque no tengo prototipo. Prefiero la armonía, el “buen rollo”…
-¿Cómo es su salud actual?
-Parece increíble pero no tengo nada. Me han mirado el estómago, me han hecho una colonoscopia, analíticas… Y nada. Me sobraban cuarenta kilos y no tenía ni grasa en el hígado. Es más, los glóbulos rojos los tengo por encima de lo normal.
-¿Propuestas televisivos pendientes?
-De momento, no. Todos los años, en cada edición, me ofrecen ir a “Supervivientes” pero no lo haría jamás en la vida. No es el “reality” que me agrade ni tengo necesidad de ello.
-A su amiga Isabel Pantoja sí la quisieron llevar, ¿no?
-Sí, pero pidió mucho para no ir. La única condición era que le pagaran siete millones de euros –que la cadena no podía pagar- y que fuera en una isla desierta con “Las Mellis” y conmigo.
-¿Y así se hubiera decidido?
-Sí porque son gente que me quiere y a la que quiero. Además era solo una semana… Lo del carnet de conducir me gustó mucho y, lo de las piscinas, también. Hay una gran diferencia entre el “Splash” de Antena 3 y lo de la otra cadena (aunque sea respetable).
-¿Teme a algo?
-¡A nada! Es la verdad… No me da miedo nada en este mundo. Todos nacemos para amar, para sufrir… La vida hay que afrontarla como viene. Hay quien dice que no podría vivir sin cantar pero eso es una tontería. Si se acaba la voz habrá que buscar otro medio (que no sea robar como hace el Gobierno) para seguir adelante.
-¿Piensa que a Falete aún no se le conoce del todo?
-Cuando la gente te quiere de veras, se interesa en saber. Quien no te conozca es porque no quiere hacerlo. En mi caso, lo que ves es lo que hay. Debiéramos acostumbrarnos a vivir sin doble moral. La autenticidad perdura siempre.
