Hoy sábado se producirá el esperado enlace religioso entre el torero Fran Rivera y la diseñadora Lourdes Montes quienes, tras obtener la nulidad de la primera boda del hijo de Carmina Ordóñez con Eugenia Martínez de Irujo, unirán sus vidas para siempre en la Capilla de la Esperanza de Triana
Que la Feria de Abril es el escenario ideal para comenzar un romance, es de todos bien conocido y, en el caso que nos ocupa, no podía ser de otra manera. Amantes de las tradiciones de la capital hispalense (como la Semana Santa o El Rocío), Fran Rivera y Lourdes Montes se conocieron en 2011 por mediación del tío de ella, el cantante José Manuel Soto que, sin saberlo, se convirtió en su inesperado “Celestino”. Allí, entre “rebujitos” y jamón serrano surgió una amistad que, al poco, desembocó en un amor tan sólido que la abogada dejó a su novio de toda la vida (al que le unían inmediatos planes de boda) para iniciar una relación con el torero que, con el tiempo, desembocaría en el matrimonio del que todos fuimos testigos el pasado mes de septiembre.
Antes tuvo lugar la romántica pedida que Fran hizo en la azotea de su mujer donde, “compinchado” con su suegra y su cuñada, Sibi, organizó una pequeña “encerrona” en la que, sin que su prometida lo supiera, la esperó en una mesa cargada de candelabros y pétalos de rosas para declararle su intención de volver a pasar por el altar junto a ella. “Me encanta su forma de ser y de pensar. Tiene una clase excepcional y una educación exquisita, además de ser muy simpática y graciosa”, confesaba el matador cuando era preguntado por los detalles que le habían enamorado de su chica. No teniendo la nulidad aún de la Iglesia (respecto al primer enlace del primogénito de “Paquirri” y Carmina Ordóñez con Eugenia Martínez de Irujo, el 23 de octubre de 1998 en la Catedral de Sevilla y ante más de 1400 asistentes), la pareja decidió dar un primer paso civil en septiembre del año pasado, organizando una concurrida ceremonia en la localidad malagueña de Ronda.
Hoy, ya con la separación eclesiástica firmada, el que es uno de los diestros más mediáticos de la actualidad, acudirá frente a su Esperanza de Triana para dar el “sí quiero” a quien con cariño ha sabido, tal y como demostró ante el Tribunal de Rota, ganar su corazón. “He asumido mi culpa, lo que he hecho bien y lo que he hecho mal… Ya no soy aquel niñato”, aseguraba con intención de que las autoridades de la Iglesia vieran con buenos ojos este paso.
Una ceremonia a la que acudirán menos invitados –alrededor de 200- que la anterior ocasión y que contará con los mismos padrinos, Cayetana, hija del diestro, y Curro, hermano de la novia. Sin invitaciones físicas (se ha llamado por teléfono personalmente a los asistentes), serán Cayetano y Kiko Rivera los más esperados (Julián Contreras JR. ha advertido que tiene compromisos laborales) en un convite que tendrá lugar en la Hacienda Saltillo-Lasso, cercana al aeropuerto y propiedad de una amiga íntima de Lourdes.
En cuanto al traje, aún permanece en incógnita cómo será el modelo que la contrayente habrá creado para ella misma en su incipiente taller de diseño aunque sí ha trascendido, según sus palabras, que tiene intención de que sea mucho más nupcial y pomposo que el anterior. Además, Montes se encargará del vestuario de su madre y de su hermana (que acudirá con su novio, el empresario relojero, Roberto Sanchís), no así de su hijastra, “Tana”, que repetirá (igual que en la mencionada Ronda) con Roberto Diz.
Es el más firme compromiso de quien, durante mucho tiempo, ha sido perseguido por la “prensa rosa” gracias a romances como los que ha mantenido con modelos como Elisabeth Reyes, Blanca Martínez de Irujo (prima de su ex, Eugenia) o la bailaora Cecilia Gómez la cual, durante una época, dio la sensación de ser la definitiva. Premiado, no sin polémica, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el pasado 3 de enero cumplió 40 años, estupenda edad a la que ha logrado el equilibrio personal y emocional gracias a una sevillana nacida el 21 también de enero pero de 1984. Una década que no supone inconveniente alguno (la diferencia de edad no se les nota) para emprender un camino conjunto en el que, los hijos, no tardarán en llegar. Pero eso será el relato de una próxima crónica, seguro, con un final tan feliz como éste…
