En solo dos semanas, el proyecto liderado por el bailaor sevillano Antonio Montoya, “Hasta la peineta”, ha recibido más de 1.500 fotografías de flamencos de todo el mundo que, bajo esa expresión -la cual, en la situación actual, todos entonamos al unísono-, pretenden dar un toque de atención sobre su arte.

Por Ricardo Castillejo

Ha coincidido, la crisis por el Coronavirus, con la puesta en marcha del proyecto del sevillano Antonio Montoya pero, la verdad, no puede haber sido una decisión más oportuna porque, en muchos sentidos, todos estamos “Hasta la peineta”. Una idea que, bajo el mismo título, se materializará en un espectáculo de baile y una exposición itinerante para la que su promotor ya ha recibido propuestas de muchos puntos de dentro y fuera de nuestras fronteras. Para formar parte de esta muestra, nuestro entrevistado solo pide fotografías artísticas que, desde un móvil, muestren lo que cada creatividad da de sí, siempre con una peina como hilo conductor. Y así, en apenas dos semanas -y gracias a las redes sociales-, ha recibido -en la mayoría de los casos por iniciativa propia-, más de 1.500 imágenes entre las que destacan las de Rafael Amargo, Antonio Canales, Angelita Vargas, Edu Guerrero, el cantaor Rafael de Utrera, Rubén Olmos, director del Ballet Nacional de España y ex director del Ballet Andaluz, y Antonio Najarro, ex director del Ballet Nacional de España. Nombres del flamenco, populares y anónimos, que vienen a reivindicar que, el suyo, es un arte que no siempre se cuida como se debería.

-¿Cómo se te ocurrió la idea de “Hasta la peineta”?

-Todo partió de una puesta en escena y una exposición. Así, de algo más encaminado a mi entorno cercano -mi compañero y familiares-, con las redes sociales empezó a crecer y mucha gente empezó a mandarme sus fotos con objetos fabricados por ellos mismos. El título es una reivindicación del flamenco, a través de esa expresión tan nuestra, que yo tenía pensada desde mucho antes de que sucediera todo esto que está pasando. Claro que, como ahora tenemos más tiempo libre, todo el mundo ha podido desarrollar mucho más su creatividad. 

-El caso es que te han enviado propuestas muchos personajes y desde muchas partes del planeta…

-Pues mira, desde Estados Unidos, de Turquía, Australia, Brasil… Más allá, el mundo de la danza se ha volcado y, la verdad, faltan muy pocos. Yo ya no soy quien pido las fotografías. Me las mandan bailaores, cantaores, presentadores… Es increíble la respuesta que hemos recibido. Al final, la unión hace la fuerza.

-¿Qué destacarías del espíritu de quienes se han puesto en contacto contigo? 

-No tengo palabras para agradecer tanta implicación. Dos compañeros me están ayudando a llevar las redes sociales, que no paran, y a seleccionar el material que tenga mejor calidad porque, como es normal, hay algunas imágenes que, por ejemplo al estar bailando, no nos sirven. También hacemos directos en Instagram con muchos artistas y comentamos sobre la situación actual del flamenco porque, lo que pretende denunciar “Hasta la peineta” es que siempre somos los últimos en todo. No tiene nada que ver con el Gobierno, ni con el Coronavirus, ni con nada de eso, aunque también en ese sentido estemos cansados.

-¿Alguna imagen te ha hecho especialmente ilusión?

-La de Angelita Vargas, que es muy mayor y un referente del baile. Y la de Rubén Olmos, director del Ballet Nacional de España. Y las tres esculturas y las cinco pinturas que nos han hecho llegar.

-¿Tuya no hay?

-No… Yo seré el último en hacérmela…