El cantante dominicano vuelve a poner a bailar a medio mundo con su versión de ‘El tiburón’, cuyo videoclip han visto dos millones y medio de personas en solo tres semanas
José Antonio Muñoz
Compositor, productor y cantante, Henry Méndez ha conquistado las listas de ventas de decenas de países con temas como “Mi reina” o “Quiero rayos de sol” (ésta última con más de 20 millones de visitas en YouTube). Consciente de que el “reggaeton” es acusado por muchos de machista, se alejó de la tendencia mayoritaria para optar por unas letras sencillas, amables y con piropos a la mujer, demostrando que no era la necesaria la provocación para triunfar en las pistas de baile. Ahora regresa con “El tiburón”, una versión de una canción de 1998 que, con más de un millón de reproducciones en tan sólo 72 horas, ya bate récords.
-¿Puede ser la suya la canción de este verano?
-Nunca me ha gustado ese término. Prefiero ser la canción de 2013 y que esté sonando todo un año. Antes una canción duraba mucho y aún hoy siguen sonando temas de artistas como Julio Iglesias o José Luis Perales que tienen varias décadas. Ahora es más complicado entrar en las radios. Hay que arremangarse y hacer mucha promoción. Las televisiones se interesan más por las vidas de los otros y los cotilleos. Es lo que está de moda pero las modas pasan y la música siempre será música.
-¿Como surgió versionar un tema de otros si usted es compositor?
-La idea era crecer versionando un éxito de Proyecto 1, que además son paisanos míos y entiendo el mensaje que ellos querían transmitir, defendiendo la idea. Nos atrevimos y está siendo un éxito tremendo porque conseguimos el récord, con creces, del video más visto en tan sólo tres días en España, con más de un millón de visitas. Esto no es algo nuevo en mi carrera. Afortunadamente “Rayos de sol” tiene 20 millones de visitas y “Mi reina” ya va por 12 millones en sólo 4 meses.
-¿Qué opina cuando escucha que el “reggaeton” es machista?
-Que te peguen esa etiqueta no me gusta pero es cierto que casi todas las letras lo eran. Hubo un tiempo en que todos se permitían decir cosas muy fuertes y, como el público lo demandaba, yo tenía algunos matices picantes en mis canciones. No me sentía bien con eso y por eso opté por un “dance” más comercial donde la mujer es la reina, la “mamita” bella. Letras sencillas pero en eso está la dificultad, en transmitir sin buscar complicaciones.
-“El tiburón” sí que es algo picarón…
-La he dulcificado un poco, cambiando frases algo bruscas por otras que ya aparecen en anteriores éxitos míos. El público actual busca letras agradables para evadirse, bailar y dejar de pensar en problemas y calentarnos la cabeza. Hay que intentar ver la luz aunque sea sólo el tiempo que dura una canción. Es mejor que la gente te tache de risueño o feliz que de machista o provocador.
-¿Conecta mejor con el público andaluz que el del norte?
-Aquí la gente es más cercana, las puertas de las casas están abiertas, viene el vecino y te dice “déjame sal para el puchero” con lo que se parece más al dominicano y por eso es donde más trabajo tengo. En Galicia, por ejemplo, hay una euforia más contenida. Sin embargo, en el País Vasco también me demandan mucho. Los catalanes son muy suyos y les gusta hacer patria, por lo que el hecho de que sepa catalán me abre puertas.
-Lleva en España desde el año 92… ¿Cómo no ha perdido el acento?
-Perdería mi “flow”, mi esencia. Un buen andaluz cuando se va fuera sigue diciendo “quillo” y eso es bonito, aunque sabiéndose adaptar a la ciudad que lo acoge.
-¿Qué hace cuando está solo?
-Escucho música de Ricardo Arjona, Ismael Serrano, Serrat o Sabina que, en principio, nada tienen que ver con mi estilo. También me gustan Cali&Dandee, que llevan mensaje, porque prefiero canciones con contenido. Leo mucho, sobre todo de noche mientras tomo una infusión. Es muy importante para los creadores porque ganas fluidez verbal con lo que hay que leer aunque sean revistas del corazón para tener la mente abierta a palabras nuevas.
-¿Cómo es con su familia?
-Soy súper protector. Tengo dos hijos de once y cuatro años y, al pasar tantos meses fuera, solo quiero estar con ellos y mi mujer. Cuando estoy de vacaciones dejo los teléfonos en casa y cuido mucho esos momentos porque mi familia son mi gran éxito y mi inspiración. La gente desea que llegue el fin de semana y yo todo lo contrario, loco porque pase para estar con ellos.
-Parece una persona muy tranquila ¿Le gusta la fiesta?
-Vivo en ella y me tiene que gustar, pero de manera sana. No soy un ligón, nada mujeriego. Todas mis parejas han sido largas y las he respetado. La noche tiene mala fama por las acciones de algunos. La noche no te confunde, confunden el alcohol y las drogas que hacen que una persona pierda el norte.