En su quinto álbum, “Gente”, el compositor sevillano Hugo Salazar se mira en el espejo de los otros para hablar de experiencias y emociones comunes en todas las vidas, incluida la suya.

Josan Muñoz (@josan_ms)

Fue siendo finalista en la segunda edición de “Operación Triunfo” cuando, este sevillano de 35 años, dio el salto al gran público vendiendo más de 200 mil copias de su primer “single”. Ahora, una década después, lanza su quinto disco, “Gente”, donde, desde el optimismo y la esperanza, deja aflorar sus sentimientos más sinceros. Simpático, educado y muy cariñoso, el cantante confiesa querer huir de prejuicios como el de “prepotente” y duda de los beneficios que le otorga el gran poder de atracción que tiene gracias a su físico. Hoy, este seductor nato deja atrás las apariencias permitiéndonos entrar en su vida a partir de los títulos de las canciones de su nuevo álbum que hemos querido convertir en preguntas… ¿Te atreves a conocerlo de verdad?

-¿Cómo es la Sevilla de Hugo?

-Una ciudad que sigo mirando con los mismos ojos que hace unos años. Ahora que viajo tanto afirmo eso de “¡qué bien se vive en Sevilla!”. Aquí están mis raíces, mi gente, mi vida, mi hogar… Me transmite embrujo, pureza, tradición… pero pienso que no está bien tratada por los políticos. En ese tema prefiero hacerme el tonto y no implicarme porque, estén los que estén, no han sabido ponernos en el lugar que nos merecemos. Hay cosas que aquí nunca cambian.

-¿Es usted tradicional?

-Provengo de una familia que lo es, pero yo soy moderno, independiente y necesito mi espacio. Reconozco que no podemos vivir sin los demás, soy muy familiar, muy italiano en ese sentido, pero en la pareja es diferente. Dejo respirar y sobre todo necesito que me dejen respirar también a mí.

-¿Se le puede conocer más a través de este álbum?

-Hablo desde lo más profundo de mí y aflora en forma de sentimientos, de letras. Ahora me apetece llevar optimismo y esperanza. Creo que el futuro es aún bastante oscuro pero todo cambiará. Me preocupa más la crisis cultural más que la económica. La falta de educación, de interés, de valores está aumentando.

-¿Cuándo se siente más “Libre”?

-Cuando hago lo que me gusta. A veces me han impuesto algo y no me ha quedado más remedio que pasar por el aro, pero no lo soporto. Mi profesión me encanta pero no todo es color de rosa como pueden llegar a pensar. Se sufre mucho y está llena de incertidumbres. No soy un rebelde, me dejo guiar, pero no a la fuerza.

-Cuando escuchas “No sin ti”… ¿En qué persona piensas?

-Siempre que he estado enamorado he creído que era para siempre, que no podría estar sin ella. Nunca he empezado una relación por probar a ver que ocurre. Mi ímpetu era estar con esa chica hasta el fin. Soy un romántico pero hay que ir olvidándose de eso, está pasando de moda.

-¿Es su principal arma para ligar?

-Soy un seductor, eso lo llevo de serie, pero tanto con una mujer como con un hombre. Por ejemplo, entro en un hotel y, ya sea chico o chica, mayor o joven, la persona que me atiende yo soy educado y caballeroso con ellos. No es que busque algo más allá pero sí que vean un atractivo en mí. Eso es Salazar, Salazar.

-¿Es celoso?

-No. Me gusta hacerme el tonto y pensar bien porque es más cómodo, te llevas menos disgustos. Si se aprovechan de que soy bastante confiado y me llevo un chasco “a otra cosa mariposa”…

-¿No le afectan las rupturas?

-Llevo bien el desamor, no soy tremendista. Me ha tocado dejar y que me dejen y claro, lo segundo duele más pero, tras un tiempo de luto, he entendido que esa relación no era para mí. Si me pinchan sangro, pero cicatrizo pronto. Mañana será otro día con otras oportunidades.

-¿Qué le hace “Gritar”?

-Me enfada la mala educación y cuando se trata a alguien injustamente. De mí, sin saber, dicen que soy un prepotente y un chulo. No puedo pretender que todos me conozcan pero, quienes se molestan en hacerlo, saben que soy un tío sencillo.

-¿Á que puede deberse esa imagen que proyecta?

-Mi físico a veces me ha favorecido y otras me ha puesto trabas. Prefiero que se fijen en mis canciones a que lo hagan en mi cara. Sé que no soy feo pero tampoco tan guapo como la gente dice… y ya son 35 años. Entro en la peor mitad de los treinta, cuando la belleza comienza a decaer.

-¿Prefieres “Somos” o soy?

-Depende. Me gusta componer o ver un partido solo. Hacer deporte mejor con otros porque soy muy competitivo. Es cierto que mi profesión requiere mucho el “soy”. Hay mucha soledad en viajes o noches de hotel, también buscándose uno mismo… pero por supuesto que prefiero estar en pareja, se está mucho mejor (risas).

-¿Ha cambiado lo que busca en una pareja?

-Los diez años en esta profesión se notan y ahora soy más exigente. Soy desequilibrado, extremadamente despistado y bastante lunático por eso quiero alguien que me estabilice, me haga reír, me ayude a evadirme. Es hermoso tener alguien con quien viajar o poder llevarle el desayuno a la cama.

-¿Eres un “Sinvergüenza”?

-Si, pero “light”, descafeinado, sin maldad. Soy tímido al principio pero desde que puedo me lanzo al ataque y sale mi lado canalla. Me considero buen tío. Se me para pronto los pies.

-Resumiendo un poco, ¿qué es la “Gente”?

-Antes hablaba todo el rato de mí y ahora me gusta escuchar a los demás, porque la vida es lo que la gente cuenta que es la vida. Tenía un “ego” increíble pero estoy intentando socializarlo. Todos tenemos un espejo en el que mirarnos y son los otros, con sus historias y su problemas, que son los mismos.