La artista se aventura en el mundo literario con “Verdades a medias”, un primer libro de poemas y prosa, con ilustraciones creada por ella misma a lo largo de diferentes momentos de su vida
Ricardo Castillejo
En un momento muy complicado para el mundo del espectáculo -uno de los más afectados por la pandemia-, India Martínez se convierte en autora gracias a “Verdades a medias”, primer libro de la cordobesa. Así, a sus impresionantes 35 años, Jenny, su auténtico nombre, refleja en estos textos la misma calidad que en las letras de unas canciones que, desde siempre, han destacado por su delicadeza y su profundidad. Por si fuera poco, nuestra entrevistada -poseedora de cuatro discos de Platino, varias candidaturas a los Grammy y un Goya- también ha querido compartir algunas ilustraciones reflejo de un mundo interior que, como ella misma suele afirmar, nace de una “gran verdad”. Enamorada de Ismael Vázquez desde hace más de una década, la artista ha encontrado en su pareja -actor e instructor de capoeira al que conoció en el gimnasio-, el compañero perfecto para lograr un envidiable equilibrio vital y un cálido refugio al que regresar siempre.
-Desde siempre te ha gustado ilustrar y escribir, pero, ¿en la música eres más India y en la literatura más Jenny?
-India tiene unos temas inspirados en la vivencia de la persona y, si eso no fuera así, India, salvo las versiones que he hecho -que también están adaptadas a mí misma-, no tendría nada que cantar. Lo que no estoy acostumbrada es a contar lo que se queda fuera de las canciones. Era algo que me costaba mucho porque tengo mucho respeto a la escritura, a la filosofía… De hecho, tampoco he leído lo suficiente como para escribir un libro, aunque nadie conoce mejor que yo para plasmar en un texto mis experiencias, mis relatos o mis cuentos.
-¿Te ha dado algo la escritura que no hayas tenido en tu faceta como intérprete?
-Sí, ahondar detrás de lo que hay en un pensamiento o una anécdota o experiencias que me han marcado y que están ahí o quiero desmarcarme de ellas. También los dibujos representan bastante de lo que soy y me enorgullece mucho -con todo mi respeto a los especialistas en Bellas Artes-, el haber podido plasmarlos en una publicación.
-¿Ha nacido una autora llamada India Martínez?
-No sé. De momento ha nacido mi libro, aunque ya no puedo dejar de escribir. Se me ha quedado mucho en el tintero y eso es buena señal. Sí que estoy deseando saber cómo me mira la gente cuando me lea. Empecé para mí misma pues, si llego a pensar que escribía para ser leída, ciertas cosas no las hubiera contado. Cuando recibí el primer ejemplar tuve la misma sensación que al tener en mis manos mi primer álbum.
-¿Tu pareja es el primer filtro?
-Depende de lo que sea. En general, sí. Tenemos mucha complicidad y él tiene mucha visión artística y me orienta. También a algunas amigas, porque son críticas, y, por supuesto, a mis padres y a mi familia.
-Debes ser consciente de tu atractivo físico, aunque, en ocasiones, la belleza se castigue socialmente… ¿Has tenido la sensación de que tu aspecto vaya en tu contra?
-Te encuentras muchos prejuicios en el camino, pero también ha habido quien, al principio, me valoraba por mi voz sin conocer mi apariencia. Lo prefiero, aunque no significa que no me guste cuidarme y sentirme bonita. Es lógico, pero prefiero gustar por mi arte que por mi aspecto. Sí que la imagen es parte de ti y, por desgracia, muchas veces, cuenta y, si no, no te ponen en ciertos sitios (aunque cada vez existan menos prejuicios sobre eso).
-Sea como sea, las curvas están de moda y, si no, ahí están nombres como Nathy Peluso o Rosalía…
-O las Kardashian, voluminosas y con curvas, que demuestran que no pasa nada con la celulitis. Es muy bonita la diversidad y abre los caminos a que las mujeres no se sientan presas de un estereotipo.
-¿Te sientes una mujer empoderada?
-Sí. Me agrada ser autosuficiente y sentir que tengo los mismos derechos y las mismas oportunidades que un hombre. Seríamos más felices si no intentáramos agachar a unos u otros.
-¿Has fantaseado la idea de haber sido hombre?
-No me hubiera gustado serlo, pero sí que he imaginado qué sucedería si lo hubiera sido. Alguna vez he intentado entablar una amistad con algún compañero y he pensado que, si hubiera sido hombre, me habría mirado con otros ojos.
-Llevas mucho sin actuar con normalidad… ¿Cómo lo llevas?
-He vuelto a hacer algunas galas y ha sido una emoción muy intensa. El escenario es mi hábitat natural, me alimenta, me da la vida y esta situación me ha privado de ello. Claro que, cada vez que tengo una ocasión de regresar a los escenarios, lo he disfrutado más. A veces nos tenemos que ver en situaciones así para valorar lo que nos motiva y nos da felicidad. Sea como sea, la cultura ha sufrido un palo muy grande que nos va a costar superar. Ojalá esto sirviera para que no seamos tan individualistas y nos respetásemos más.
-¿Crees que el Coronavirus nos va a cambiar?
-Todo se nos olvida pronto. Ha sacado lo mejor de las mejores personas y lo peor de quienes son de otra forma.
-En Estados Unidos los artistas son mucho más activos políticamente que aquí… ¿Apoyarías a un partido si te pidiera ser uno de sus rostros públicos?
-No creo. Eso es un negocio más, con muchos intereses, muchas promesas y pocos cumplidos. Salvo que viniera un justiciero, no me veo ahí, aunque nunca se sabe…