Jesús Cimarro vuelve a enfrentarse a otra nueva edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida, la número 67, que se inaugurará el viernes de la semana que viene y de la que su responsable nos habla hoy con la alegría de poder retomar su duración completa de dos meses

Un año más Mérida demuestra no solo que la cultura es segura, sino que, más allá, hay muchas ganas de ella pues, desde que las entradas del Festival de Teatro Clásico se pusieron a la venta, se ha disparado el número de personas interesadas en ellas y, cómo no, las reservas de hoteles en la ciudad. No es para menos. El cartel confeccionado por Jesús Cimarro, director de esta cita -y responsable de Pentación Producciones-, incluye títulos tan atractivos como “Cleopatra”, “Edipo” o “Golfus de Roma” y cabezas de cartel de la talla de Ana Belén, Alejo Sauras o Carlos Latre. Eso sin olvidar muchísimas actividades y exposiciones paralelas que convierten a este evento en un referente que, este año, alcanza ya su edición número 67. Y las que quedan…

-Volvemos a la carga tras celebrar, el año pasado, posiblemente el Festival más complicado de la historia del certamen, ¿verdad?

-Fue muy difícil y nos convertimos en los primeros de la pandemia en salir a la palestra, cumpliendo todas las medidas de seguridad y sanidad. El balance, a nivel artístico y de gestión, resultó bastante bueno y, en esta ocasión, hemos recuperado el original de dos meses con una programación muy amplia, diversa y variada. Solo estará limitado el aforo al 75 por ciento.

-¿Se ve la luz del final del túnel?

-Hombre, yo espero que, este verano, las mascarillas -con las que hemos aprendido a convivir-, se podrán eliminar al aire libre. Distinto son los espacios cerrados, en los que se mantendrá por lo menos hasta el próximo enero. Ojalá que, a partir de septiembre, volvamos, al menos en localidades, al cien por cien.

-¿Has pensado en algún momento, ante tantas dificultades, tirar la toalla?

-Es que ha sido todo tan complejo… El concurso para la empresa adjudicataria se ha retrasado (y eso nos ha obligado a trabajar a contrarreloj), pero los problemas prefiero dejarlos en la trastienda. A la gente hay que llevarle lo positivo y el Festival tiene mucho de eso.

-La recompensa para un actor es, sobre todo, el aplauso… ¿Cuál es la de un productor?

-Que venga el público. Para eso me dedico a este oficio… ¿Qué sentido tiene producir algo que no ve nadie? Ninguno. Mi mayor satisfacción es que, nuestras puestas en escena, se vean.

-Entre las estrellas de este verano tenemos a Ana Belén, tras cumplir 70 años recientemente, se convertirá en Cleopatra…

-¡Y nos la creeremos! Es una clásica -en el amplio sentido de la palabra-, que ha venido al Festival como siete u ocho veces.

-¿Notas mucha diferencia entre estas grandes divas, como Ana Belén o Concha Velasco, y las nuevas generaciones de artistas?

-Bueno, son diferentes en la manera de actuar y de contemplar la profesión, pero imagino que esto mismo les pasaría a una Amparo Rivelles o Mary Carrillo con las que llegaron después. Hay que aceptar cada instante y qué bueno que podamos disfrutarlos…

-Otro fichaje destacado es el de Carlos Latre, el imitador más famoso de nuestro país…

-Él tiene muchas ganas de dar el salto a la interpretación, aunque ya cuenta con grandes espectáculos en su camino. Es una apuesta importantísima que a Carlos le da mucha alegría. En el escenario es donde se ve a los grandes actores y actrices. Y más, en uno como el del Teatro Romano de Mérida.

“El teatro es cabeza, corazón y vida y a mí me queda mucho por delante. He producido más de 200 espectáculos y espero producir otros 200 más por lo menos…”

-No quiero olvidar a Mina El Hammani, muy popular por series como “Élite” y con más de seis millones de seguidores en Instagram…

-Procede del mundo audiovisual y se lo ha currado mucho, pero tiene mucho potencial y me apetece mucho verla. No la conocía en persona y el otro día, en un almuerzo, hablábamos de su “Edipo”, que será una apuesta interracial y de una lectura más contemporánea. Queremos atraer a los jóvenes para que también asistan a los clásicos.

-¿Nunca te han ofrecido contar todo lo que, seguro por tu experiencia, conoces y guardas?

-Me han ofrecido escribir mi biografía, autorizada y no, y me han llamado de programas de televisión para contar cosas, pero siempre digo que “no”. Es una información que tiene que estar donde tiene que estar. Yo respeto mucho a quienes se enfrentan a un público, ya sea más pequeño o multitudinario. Para eso hay que tener mucho valor.

-¿Algún título que no te gustaría quedarte sin montar?

-Todos. El teatro es cabeza, corazón y vida y a mí me queda mucho por delante. He producido más de 200 espectáculos y espero producir otros 200 más por lo menos…