José Manuel Soto está ofreciendo, ayer y hoy, dos conciertos en el Teatro Lope de Vega donde repasa parte de una trayectoria discográfica en la que puede presumir de ser profeta en su tierra

Ricardo Castillejo

Más de mil conciertos, 18 discos grabados, más de un millón de álbumes vendidos, más de 500 canciones, más de 25 años sobre los escenarios… La mezcla del talento y la constancia ha sido la clave del éxito para José Manuel Soto quien, de vuelta de muchas batallas, ha ganado la guerra al paso del tiempo y a las modas. Así, el que es uno de los intérpretes andaluces más queridos, disfruta de un buen momento dentro de una trayectoria que comenzó en el Coro de la Hermandad del Rocío de Triana en 1979 (para la que, entre otras piezas, compuso una misa rociera) y en la que ha habido lugar para multitud de éxitos como “Por ella”, “Quiéreme” o “Déjate querer”.

-No todo el mundo puede presumir de un cuarto de siglo como artista…

-Bueno, la mayoría de los profesionales de algo suelen estar más de ese tiempo ejerciendo. No tiene un mérito especial aunque, eso sí, de vez en cuando hay que celebrar algo. Sí es cierto que esto mío es complicado porque uno está en los vaivenes de las modas y a veces se siente la tentación de dejarlo todo. Yo he pasado por ahí pero, en la actualidad, me siento en plenitud. Me veo joven, con ganas, con vitalidad y la gente me está respondiendo.

-Es que hay una nueva generación que ha llegado a José Manuel Soto, ¿no?

-Ésa es la clave. Me di cuenta de que había jóvenes que se acercaban a escucharme cantar y había que darles algo. Para mí es un estímulo importantísimo.

-¿Y compartir dúo con su hijo Marco? Eso también estimulará…

-Claro. Está intentando encontrar su sitio. Ya es un hombre con veintitantos años y, el consejo que suelo darle, es que se lo tome en serio. Esto parece desde fuera muy divertido y lo es pero no siempre. Hay que disfrutar porque, lo que tengas dentro, es lo que das al público. Si estás en tensión, se nota.

-¿Cuál es el balance que hace de su carrera?

-Los errores del pasado no tienen arreglo y yo he cometido muchos. He ido aprendiendo y la conclusión es que estamos aquí y que hay que ser feliz con lo que se tiene. He llegado a una edad en la que quiero sentirme bien conmigo mismo y no torturarme más con esas cuestiones porque he tenido grandes conflictos internos a cuenta de lo que podía o no podía haber hecho. He trabajado como un león, he estado en sitios estupendos, en otros no tanto, he ganado dinero, lo he perdido… Todo con la honradez como bandera porque es el camino más arduo, largo y complicado pero es el más seguro. Hay que mirar al futuro sabiendo que, lo que tienes entre manos, merece la pena.

-¿Le perjudicó apostar por su tierra y no salir fuera?

-Sí. Decidí quedarme en Andalucía y estar con los míos, que mis hijos fueran sevillanos y tuvieran una vida familiar. Lo mismo tendría que haber viajado más a Madrid o a América pero, al final, es una elección. Las cosas siempre son por algo.

-Hablemos de “Por ella”… ¿Qué le ha dado y qué le ha quitado esa canción?

-Me dio todo. Me abrió las puertas de la música y emocionó –y sigue emocionando- a muchas personas. Lo malo fue que eclipsó a muchas melodías que compuse como “Tú serás mi amanecer” o “Volver a verte” que, fíjate, ahora es cuando más me están pidiendo.

-¿Cómo se lleva con el paso del tiempo?

-Hombre, lo malo debe ser cuando sabes que se te acaba. A mí me queda mucho bonito por hacer y, aunque no me preocupe, entiendo que llegará un punto en el que sí lo haga. Intento reírme todo lo que puedo de mí mismo.