A sus 33 años, el jerezano afirma haber encontrado el amor de su vida en Sonia, una periodista que le llena el corazón y que es su principal apoyo en una carrera a la que, tras su disco “Infinito”, suma el ser el primer español en actuar, el próximo día 15, en la sala londinense “The night Soflon”
Juan Peña ha logrado ser aquello que siempre soñó: una buena persona que canta. Y es que, este tímido rubio de ojos azules, puede presumir de contar con unos valores como ser humano que, a pesar de los peligros de la noche y las fiestas, ha sabido mantener intactos. Solicitado por infinidad de famosos, nacionales e internacionales, para animar sus celebraciones privadas, es en acciones solidarias de las que apenas nadie sabe nada donde más feliz se siente.
“Me llamaron para actuar ante Ashton Kutcher y Demi Moore pero no llegamos a un acuerdo económico”
-En el videoclip del “single” de su nuevo disco, “No será fácil”, está muy bien rodeado…
-Sí. Participan Anita García Obregón, Marta González y Estefanía Luyk. Ana me dijo que le gustaba mucho la idea porque, a pesar de haber hecho películas y televisión, nunca había grabado un video musical. Me gusta estar siempre cerca de amigos. De hecho, la banda que me acompaña es la misma que cuando empecé en esto, con catorce o quince años.
-¿Es artista de vocación?
-Desde pequeño. Con seis o siete años me escapé del colegio y me fui a Onda Jerez para decir que quería cantar. Luego mis tíos alquilaban localizaciones para el rodaje en mi tierra escenas de “El imperio del Sol” y me apuntaron al “casting”, y me eligieron de “extra”. No se me olvidará cuando le cogí la escaleta a Spielberg…
-Es que ha vivido grandes momentos… ¿Con cuál se queda?
-Con muchos. Ése que te cuento es uno. Y ver sentados delante de mí en el suelo a Denzel Washinton y Lennie Kravitz. O cuando me contrataron en un yate en Cerdeña cinco días de vacaciones solo por hacer mi versión de “Amiga mía”, de Alejandro Sanz. O la escena de la infanta Margarita cogiéndome la mano mientras interpretaba “Esa cobardía”…
-¿Le ha dicho a alguien que “no”?
-No… Bueno, una vez me llamaron para un evento con Ashton Kutcher en Jerez pero tenía un compromiso previo y, aparte, no llegamos a un acuerdo económico. Algo parecido me sucedió con Demi Moore. Contactaron con la compañía porque querían un “sarao” íntimo pero tampoco se cerró nada.
-¿Vale más por lo que dice, o por lo que calla?
-Mira, me ofrecen “realities” y exclusivas constantemente pero nunca he hecho nada de eso. No podría morder la mano que me da de comer. Estoy donde estoy porque al principio me contrató mucha gente de la alta sociedad pero jamás contaré nada porque todo lo que he logrado se perdería en un minuto. Si hablase, se me cerrarían todas las puertas pues he entrado en muchas casas por mi discreción total.
-Su talante suele ser bastante afable… ¿No se enfada?
-No. No me he enfadado nunca. Todo me lo tomo a risa y me encanta implicarme en causas solidarias sin que esto trascienda. Es una buena forma de conocer la realidad. No mato por ir a una fiesta porque, aún formando parte de mi trabajo, no es algo real del todo.
-Cambiando de tema, ¿está enamorado?
-Estoy muy feliz. Llevo casi un año con Sonia y me siento muy tranquilo. He llegado al punto de asentar la cabeza. Es la novia perfecta y está enamorada de Juan, no del artista. Es hija del empresario Dámaso González y es periodista. La conocí en un programa mientras me entrevistaba y, al terminar, pedí su teléfono y la llamé. Empezamos como amigos hasta que un día la invité a escucharme una saeta en una iglesia… y ahí arrancó la relación. Vi en sus ojos que sabía que sería para mí y a ella le sucedió igual. Me gusta que descubran mis sentimientos a través de la mirada. Es mayor que yo y ha recorrido mucho mundo pero es muy discreta y muy culta. Necesitaba alguien así, que me comprendiera (a pesar de que no le guste mi profesión). Le pedí que se olvidara de mi pasado. Antes me había encaprichado de otras chicas, pero no era igual que ahora. Pocas veces se me ha erizado la piel con el roce de una mano…
-Esto suena a boda…
-El sueño de cualquier pareja es ése. Soy muy católico y me encantaría casarme por la iglesia y, especialmente, formar una familia y tener hijos. Lo que pasa es que para eso tengo que trabajar mucho porque reconozco que soy cómodo y querría darles a los míos una buena educación y lo mejor.
