Mañana jueves se cumplirán once años del fallecimiento de Carmina Ordóñez y cuatro del de Amy Winehouse, dos mujeres protagonistas de la crónica social con una vida compleja y un final desgraciado.
Las dos tuvieron una vida marcada por las drogas y las dos encontraron un mismo final desgraciado. Así, la “divina” y Amy Winehouse fallecieron un 23 de julio como mañana aunque con siete años de diferencia, siendo Carmina Ordóñez, en 2004, la primera en irse. Hija de Antonio Ordóñez y Carmen González Lucas, fue su boda con “Paquirri” en 1973 la que marcó su salto a las revistas del “corazón” de las que, con posterioridad, pasó a los programas de crónica social, donde llegó a convertirse en una de las más habituales y de las más perseguidas. Madre de Francisco y Cayetano Rivera y de Julián Contreras Ordóñez, Carmina –cuya vida llegó a inspirar hasta una serie de televisión-, también contrajo matrimonio con Julián Conteras y con Ernesto Neyra, a quien acusó de malos tratos y que supuso uno de los más sonados capítulos de su biografía. Así, tras un accidente en la bañera, causa de una “necrosis miocárdica” –según estimó la autopsia-, fue incinerada para, con posterioridad, ser sus cenizas repartidas en su amada aldea almonteña de El Rocío. Tenía 56 años y, al final, cumplió esa “profecía” que siempre había sentido de que moriría antes de cumplir los sesenta…
Todo lo contrario que Amy Winehouse la cual no pudo fallar más cuando, al ser preguntada en una ocasión, consideraba que no creía que llegaría a ser famosa. Nacida en Londres el 14 de septiembre de 1983 (tenía 27 años cuando se marchó), Amy Jade Winehouse poseía una voz que desde el principio llamaba la atención, siendo consideraba entre las “100 mejores mujeres de la música”. Eso, unido a una escandalosa intimidad -bajo la que padeció depresiones y trastornos alimentarios que le llevaron a una fuerte drogodependencia-, le hizo ocupar páginas de sociedad casi a diario, convirtiéndose en un mito del mundo del espectáculo que, al irse, dejó un hueco insustituible.
Por eso no extraña la producción “Amy”, documental estrenado recientemente y donde se exponen matices de su trayectoria con los que su familia parece no haber estado de acuerdo del todo. Es más, su padre, Mitch Winehouse, acaba de anunciar que prepara un rodaje alternativo sobre su hija para contrarrestar el otro que, según él, tiene fallos importantes en su guión. “Está mal montado y no relata la verdad”, ha explicado sobre la obra del director Asif Kapadia. “Si yo fuera a ver esta película y no supiera lo que ocurrió, tendría una pobre imagen de mí. Esa tontería de que dejamos a Amy sola los tres últimos años de su vida es insultante para los familiares de cualquier persona que esté luchando contra una adicción en Inglaterra. Lo pusimos todo a disposición de mi niña: tratamiento, psicoanálisis, salidas y entradas de terapias… Eso sí, los primeros 45 minutos son un retrato increíblemente bello suyo”. Más allá, en la versión alternativa se contará con Reg Traviss, ex novio de la cantante, y con las mismas personas de la citada cinta. “Vamos a invitar a todos los que han hablado en la otra película pero no vamos a editarlo”.
Hallada en su piso de Londres víctima de una intoxicación etílica y tras una larga batalla contra las drogas y el alcohol, Amy Winehouse no deja de generar titulares, siendo la destrucción de un material inédito grabado uno de ellos. Y es que la discográfica Universal Reino Unido, a la que ella pertenecía, acaba de dar a conocer que el material inédito que grabó, aparte de sus dos discos publicados, jamás verá la luz ya que, por una “cuestión de moral”, se ha destruido.
Maquetas de una docena de temas que se archivaron en el último lustro de su camino y que nunca vieron la luz pues, aunque ella no llegara a terminar ningún trabajo al completo, sí que visitaba los estudios para realizar unas piezas que, según los comentarios que circulan al respecto, no tienen suficiente calidad. “La gente no era consciente de que escribía sus propias letras”, ha llegado a comentar David Joseph, presidente de una gran multinacional que, doce meses después de la desaparición de la solista, ingresó 1,7 millones de euros de los dos únicos álbumes que Amy tenía multiplicando por veinte, además, las ventas digitales solo en Estados Unidos. Dos mujeres, dos “negocios redondos” cuyo recuerdo continúa aún dando beneficios…
