Su participación en la producción “Diez Negritos” –texto de Ágatha Christie que esta semana se ha estrenado oficialmente en el madrileño Teatro Muñoz Seca- es un paso más en una carrera que ha forjado muy poquito a poco pero con pasos seguros.
Lara Dibildos, hija del conocido productor José Luis Dibildos y de la mítica presentadora Laura Valenzuela, ha sido uno de los rostros preferidos de la prensa social, que ha reflejado relaciones como las que ha mantenido con Rafi Camino, Fran Murcia o Álvaro Muñoz Escassi. Tras su intento fallido con el empresario Joaquín Capel, la actriz se ha volcado en la interpretación y en los suyos para rehacer una vida ante la que se muestra siempre sonriente y optimista.
-¿Qué tal se siente haciendo de mala?
-El caso es que me está gustando (risas). Tenía ganas de dar un cambio en la interpretación. Estuve en Miami en Navidad, me enteré de un “casting” y me cogieron para una obra con Guillermo Quintanilla (un actor mexicano muy conocido) y, si no tuviera un niño de siete años, seguiría allí pero me tuve que volver. Pedí trabajo y me llamaron para esta función que además vi hace trece o catorce años con mi madre en este mismo teatro. Entonces pensé: “Lo que daría yo por participar en esta función…”. Y aquí me tienes…
-Lo que pasa es que no es un papel protagonista… ¿Eso le condiciona?
-En absoluto. Es una función muy coral. Está claro que si te dan a elegir, todas queremos ser el personaje principal pero hay que aceptar las cosas como vienen. Trabajar es un lujo y más si es en lo que te gusta.
-¿Tiene la sensación de ser la que tira del cartel de “Diez negritos”?
-Para nada. Ni mucho menos. Somos diez con mucha experiencia teatral. Muchos llevan toda la vida. Se les conoce por series, por otras producciones. De todos modos, si a alguien le anima el que yo sea popular, siempre será poca toda la ayuda que se le preste al teatro.
-Da la sensación de que por ser Lara Dibildos tiene que pedir perdón constantemente cuando su actitud es siempre de humildad…
-Agradezco que me veas así. Quien te da tu sitio es el público y, cuando han seguido tu trayectoria y te respetan, da alegría.
-Acaba de cumplir 43 años… ¿Cuál es su balance de esta edad?
-Estoy feliz. No vuelvo a la juventud y a cometer los mismos errores de entonces. La edad te da seguridad, quererte más, valorarte más, darte cuenta de lo que de veras es importante para ser feliz…. Disfrutas de tus hijos pero teniéndote en cuenta a ti.
-¿Le da miedo hacerse mayor?
-A todos nos asusta un poco eso pero, por ahora, no me condiciona. Lo ideal sería tener la experiencia actual pero con una cara de treinta (risas)…
-Porque, en el amor… ¿Qué ha aprendido?
-Que es muy difícil. Las relaciones son muy complicadas y, conforme pasa el tiempo, más. Te vuelves más independiente, más complicada… No pierdo la esperanza pero, si no aparece nadie, no pasa nada. En mi caso voy con un “pack” completo, que son mis dos niños. Quien me quiera a mí, tiene que quererlos a ellos, ser buena influencia. La pareja es una elección, no una necesidad. Soltera tengo mi mundo, mis amigos, mi gente. Si incorporo a alguien es porque sume, sin idealizar nada.
-¿Cuáles son sus requisitos pensando en esa persona?
-Que respete mi profesión, mi espacio y que sea alguien inteligente, bueno y con sentido del humor, optimista… Y, lo más esencial, que lo admire. El día que dejo de admirar a quien tengo al lado, malo…
-¿Se siente respetada por los medios “del corazón”?
-Sí. Y mi trato con los medios es bueno. Es cierto que si lo que tienes que contar no es agradable te apetece menos pero son “gajes del oficio”. Sea como sea, hace mucho que me retiré de la “prensa rosa” y vivo muy a gusto. No he vuelto a ningún programa de ese tipo porque, si tengo o no tengo novio, ya no tiene el mismo morbo de antes.
-¿Le gustaría, más allá del teatro, participar, por ejemplo, en alguna serie de televisión?
-Claro. He hecho muchos cursos de interpretación audiovisual y tengo ganas pero no me ha salido nada continuado. Como digo en mi blog, “Simplemente Lara”, “no dejes de soñar porque, con fuerza, las ilusiones se cumplen”.
-La encuentro muy mística…
-(Risas) Soy Virgo. Tengo mi parte de brujita… Y, por mucho que nos engañemos a nosotros mismos, no nos equivocamos.
-Da la sensación de estar plena… ¿Es así?
-Me siento bien conmigo misma, es cierto. Todo se va superando y, cuando tienes un entorno que te cuida tanto, eso te da fuerza y es una ayuda incondicional.
-¿Y su madre? ¿Qué tal está?
-Fenomenal. Ella es una “madraza”, una “abuelaza”… Le debo mucho porque, gracias a que me echa una mano, puedo dedicarme al teatro. No tengo hermanos y mi padre murió hace doce años. Mi familia son mis hijos, mi madre y yo.
-¿Ejerce de ama de casa?
-Es que plancho fatal (risas). Cuando lo he tenido que hacer, lo he hecho pero me hace falta una ocupación laboral, mi mundo propio. Incluso si apareciera un millonario que me quisiera retirar, le diría que, sin poder seguir con lo mío, sería imposible.
