La cantante ofrecerá el viernes un espectáculo en el Teatro Riberas del Guadaira titulado “Copla, Flamenco y Navidad” donde hará un repaso a temas populares relacionados con estas fiestas que se aproximan
Hace ya seis años que Laura Gallego obtuvo la victoria en el programa “Se llama copla” programa desde el que, su vida, ha cambiado casi por completo. Y es que, de ser una niña anónima del pueblo gaditano de Algar se convirtió en una artista que puede sentirse orgullosa no solo de no haber parado de trabajar sino incluso de haber lanzado un disco al mercado como “Castillos de sal” a través del que marcó un estilo juvenil y fresco. Sin embargo, la intérprete no olvida sus raíces y continúa haciendo guiños a géneros como la canción española, el flamenco o los villancicos, eje del espectáculo que ofrecerá el próximo viernes en el Teatro Riberas del Guadaira.
-¿Qué ofrecerá en este nuevo montaje?
-Pues tendrá tres partes y, en cada una, iré con trajes de Pilar Rubio y alguna chaquetilla de Salvador Egea, que me encanta. Los villancicos los haré de pie, el flamenco sentada y la copla, a piano. Será como pasar una Navidad en una casa en el Rocío…
-¿Tiene algún villancico favorito?
-“Los campanilleros”. Cada vez que lo escuchaba de pequeña, para mí había llegado la Navidad. Ahora estoy como una niña “chica”. ¡Fui a la iluminación del centro en Sevilla y chillaba con el árbol de colores! (risas). La verdad es que tengo a mi niña interior muy exteriorizada y ésta es para mí la época más bonita del año. Engloba muchas cosas que me gustan: la familia, las luces, la brillantina, las comidas en exceso…
-¿Cómo las celebra?
-Mientras estén mis padres me he planteado que no haré ningún plan especial. En Nochebuena iré con mi tía y mis primas y, en Nochevieja, estaremos también todos juntos. Aún no me falta nadie que eche de menos porque mis abuelos fallecieron pronto pero no tengo recuerdos de ellos.
-¿Algún regalo que le quiera pedir a los Reyes Magos?
-Salud. Nada más. Como he pasado una rachilla regular en este sentido (por gente alrededor que ha estado fastidiada) es lo que les pido a Sus Majestades y a la Virgen del Rocío. La noche de Reyes no dormimos ni mi hermano, ni yo y, ya por la mañana, encontramos las zapatillas con caramelos. Fíjate, a mí que me hace ilusión un papel pintado… Soy la que se encarga de comprar todos los regalos porque, gracias a mi trabajo, tengo más tiempo libre entre semana. Lo que pasa es que esta vez me ha “cogido el toro”…
-¿Cuál es el balance de 2014?
-Buenísimo. En lo profesional y en lo personal me han venido muchas sorpresas. He compartido mucho con los míos, he encontrado el amor sin esperarlo…
-¿De qué forma se conquista a Laura Gallego?
-Lo más importante es que sepan “aguantarme” (risas). Las folklóricas somos muy complicadas. Luego me tengo que reír… Lo bonito o lo feo me da igual. De eso no se come. Aparte, si me hace una buena comida, me caso con él (risas).
-¿Y usted? ¿Qué da?
-Soy muy cariñosa. En pareja me considero muy generosa en todos los aspectos. El “yo” y el “tú” desaparecen para convertirse en “nosotros”. Dejando claro que lo laboral es lo primero…
-¿Piensa que la fórmula de “Se llama copla” ha terminado?
-No. Le sigue alegrando la vida a muchas personas: a abuelitos, a madres que no consienten perdérselo… A mí no me hace tanta gracia porque supone que aparece más competencia (risas). Es broma. No desearía que quitaran el programa. Me perjudicaría.
-¿Dónde piensa que radica la clave de su éxito? Porque sin salir en las revistas, ni tener un novio famoso, ni apenas salir en la tele, no para…
-Supongo que fui yo misma y la gente lo percibió. Igual que cuando actúo lo doy todo de mí me gané el cariño de muchas personas que siguen acompañándome. Mi suerte es ser tal como soy. Éste es un mundo muy inestable pero para eso estamos inventando continuamente. Hoy puedes estar en la “tele” y con conciertos y mañana se olvidan de ti. Sea como sea, me considero un poco rara porque, aunque soy feliz con lo mío, mi vida de antes –con mis perros, mis amigos…- era bonita. Si en algún instante tuviera que dejar de actuar no me causaría un gran trauma. La voz no es eterna.
-¿Nunca ha sentido, como le ha pasado a Pastora Soler, miedo escénico?
-No. La escena es mi casa. Si me diera miedo estar en mi hogar, ¿qué haría? Cuando estoy sobre el escenario soy la mejor, la que mando. Mi sensación ahí es de poder. De hecho, fuera tengo más temor que dentro (risas). En la vida no le tengo miedo a nada ni a nadie.
