La Reina Letizia celebra mañana su cuarenta y dos cumpleaños -el primero desde que accediera al trono-, sin ningún tipo de celebración oficial pero acaparando la atención de unos medios de comunicación que la han encumbrado como un referente de moda y belleza.
No se distribuirán fotografías con motivo de esta ocasión ni se ha confirmado que haya ningún tipo de celebración oficial más allá de que la reina Letizia disfrutará con su familia una jornada en la que también cumplirá su, ahora más que nunca, apretada agenda asistiendo a una entrega de premios en el senado. Será ahí cuando la prensa aprovechará para felicitarle e intentar obtener unas declaraciones de quien se ha convertido en un auténtico foco de atención en cuanto a su imagen, su vestuario y la repercusión de sus afirmaciones. Una mujer que, aunque parece haber nacido para brillar entre la nobleza, tuvo una infancia y juventud que en nada se parecen a su realidad actual.
Hija de un periodista y de una enfermera, Letizia Ortiz Rocasolano vino al mundo en Oviedo, donde creció junto a sus dos hermanas menores: Telma y la desaparecida Erika. A los 15 años se trasladó con toda la familia a Madrid para más tarde matricularse en la Universidad Complutense siguiendo los pasos de su padre en el estudio de periodismo a la vez que colaboraba en ABC y la Agencia EFE. En 1998 contrajo matrimonio civil en Almendralejo (Badajoz) con el profesor de Literatura Alonso Guerrero, novio de casi una década del que se divorció tan solo un año más tarde. Unos tiempos en los que la asturiana comenzó a trabajar en televisión, primero en las noticias de CNN+ y luego en la cadena estadounidense Bloomberg, especializándose en economía, finanzas y mercados. Pero pronto dio el salto a Televisión Española, haciéndose cargo allí de la conducción de “Informe Semanal” y, posteriormente, de diferentes ediciones del Telediario. Después fue enviada especial en lejanos puntos de todo el planeta para cubrir acontecimientos de actualidad como los atentados de las Torres Gemelas o la invasión de Irak, esto último cuando ya mantenía un romance secreto con el entonces príncipe de Asturias. De hecho, meses antes del anuncio de su compromiso comenzó a copresentar el informativo con más audiencia de la cadena pública, probablemente para que su rostro fuera haciéndose más conocido aún cara a los españoles. Sin embargo, la relación pilló por sorpresa a la opinión pública cuando la Casa Real la anunció el 1 de noviembre de 2003, coincidiendo con un acto de petición de mano en el que, la que estaba llamada a convertirse en reina de España, dejó patente su fuerte personalidad.
La boda se celebró el 22 de mayo del año siguiente en la catedral de la Almudena pero la recién proclamada princesa ocupaba portadas desde hacía meses, intentándose desvelar su pasado con investigaciones que sacaron a la luz imágenes en las que, cigarro en mano, se mostraba a favor del aborto y hacía otras afirmaciones “chocantes” para una representante de una institución conservadora. Por eso desde aquel instante, sabiéndose examinada, ha comparecido tensa y muy pendiente de lo que pudiera decirse sobre ella, encontrándose en el punto de mira de infinidad de detractores, algunos muy influyentes, que no le han dejado pasar ni una.
Igual ha sucedido con su vestuario, terreno en el que ha tardado en encontrar un equilibrio y el cual, desde el principio, ha sido analizado en tertulias televisivas y revistas. Muy a favor de la costura nacional y aficionada al “low cost”, tiene como diseñadores de cabecera a Lorenzo Caprile y a Felipe Varela, en quienes confía para actos oficiales, mientras que apuesta cada vez más por prendas de Mango y algunas marcas del grupo Inditex en su día a día. Y es que, a pesar de que doña Sofía debía ser su referente, su sucesora ha optado por un “look” más “working girl”, atemporal y clásico, sin miedo a repetir “modelito” (en ocasiones conjuntos enteros), en diferentes actos. Una realidad muy criticada por algunos pero que la ha acercado al pueblo y que le ha valido la consideración, según un reciente ranking de “Vanity Fair”, como la “mujer mejor vestida del mundo”.
Madre ejemplar de la princesa Leonor y la infanta Sofía, Letizia Ortiz también ha evolucionado físicamente a partir de múltiples “retoques” estéticos. Así, según el doctor Charms, “cirujano de las estrellas”, la monarca se habría sometido a una operación de nariz (que mejoró la armonía de su cara), una “dulcificación” de la barbilla y una eliminación de bolsas en los ojos, más allá de múltiples rellenos de ácido hialurónico y el uso frecuente de botox para atenuar las arrugas.
Menos comentado en los foros, pero igualmente destacado, es que la consorte del jefe de estado es una señora muy “leída”, intelectual, con una gran capacidad de trabajo y un enorme gusto por conocer cosas nuevas, algo a lo que el rey Felipe le acompaña en cada vez más ocasiones. ¿Será con motivo de su 42 aniversario la ocasión perfecta para correr juntos la pequeña “aventura” de acudir a algún teatro o concierto? ¿Cuáles serán los regalos que le aguarden a tan feliz cumpleañera? De seguro que, en breve, todos esto misterios serán desvelados…
