La periodista malagueña celebra mañana 80 años. Bueno, no sabemos si lo celebrará mucho o no porque, para empezar, junto a Isabel Gemio dejó claro que, el tema de la edad, no le hace mucha gracia. Sea como sea, María Teresa Campos llega a las ocho décadas en un momento convulso de su vida: sin programa de televisión, sin pareja y en mitad de unos últimos tiempos de bastantes polémicas, como la que ha protagonizado con Jorge Javier Vázquez, en Telecinco, o la de la mencionada Isabel Gemio, para el canal de Youtube de ésta.

Hasta tal punto está la imagen de Teresa en momentos bajos, que la revista “Más” ha lanzado un titular demoledor: “De la gloria al olvido”, incidiendo en cómo se encuentra más alejada que nunca del foco mediático. Con su última aventura, “La Campos móvil”, suspendida, lo último que hemos sabido de ella es su reacción a la docuserie de Rocío Carrasco, “Rocío, contar la verdad para seguir viva”, además de la amenaza de que Edmundo Arrocet podría conceder las declaraciones más esperadas a su regreso a España, este verano.

Sin haber podido vender aún su casa, sus hijas, Carmen y Terelu sí sacan la cara por su madre, intentándole evitar cualquier disgusto y protegiendo a la, en otros tiempos, conductora de recordados espacios como “Pasa la vida”, “Día a día” o “¡Qué tiempo tan feliz!”. Nacida en Tánger el 18 de junio de 1941, de su vida lo conocemos casi todo. Sus éxitos en la radio y su posterior salto a la televisión, su fallido primer matrimonio, relaciones como las de Félix Arechavaleta, su rivalidad con Ana Rosa Quintana… Premios como la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, varios Ondas, Hija Adoptiva de la Provincia de Málaga y hasta el Premio Favoritos de nuestra revista, Sevilla Magazine…


Superó el cáncer y un ictus y el gran desengaño de Bigote. Y ahí sigue. Como la gran sobreviviente que es y que, pese a quien le pese, aún tiene guerra que dar. Lo veremos…
