Ha sido en “Sálvame” donde Irene Rosales ha explotado defendiendo a su marido, Kiko Rivera, y acallando los rumores de crisis sobre su matrimonio. “Entiendo el trabajo que hacéis pero aclaro que con mi marido está todo perfecto y que todo lo que ha salido… Mañana me reúno con mis abogados. Ir a un hotel a cenar a tomar una copa donde había una reunión… No pasa nada si hay una chica a su lado”, ha comentado la sevillana, desesperada por el hecho de encontrarse continuamente paparazzi a las puertas de su casa y siguiendo cada paso que da.


“Es la novia del dueño del hotel, he quedado mil veces este verano con ellos”, ha comentado Irene más preocupada por sus hijas que por lo que el tema pueda suponer para ella misma. “Todo tiene un límite, habéis puesto como cebo el sonido de unos ciervos y como persona, me siento afectada”. Segura al cien por cien de su esposo, Rosales insiste en que no puede llamarse “matagatos” a alguien que mató una vez un gato y que, además, cada uno vive su relación como considera. “Lo único que me agobia es su situación familiar”, ha reflexionado la que fuera colaboradora de “Viva la vida” incluso aclarando que sus hermanos quieren a Kiko como un hermano más y que en ningún momento le han pedido que lo deje.

Un momento de tensión que no viene sino a incidir en la tensión general por la que pasan los Pantoja, familia que cada vez se acerca más a un polvorín a punto de estallar.
