Dos años de trabajo han desembocado en “Mantis religiosa”, la primera novela de Angelita la perversa, una de las travestis de referencia de nuestro país desde hace más de dos décadas

A punto de cumplir los 44 años, Angelita la perversa se ha aventurado en el mundo editorial con una novela para la que hoy se cierra el ciclo de días de “crowdfunding” que Fran -el sevillano que da vida a esta travesti-, decidió abrir para subvencionar los gastos de impresión de su proyecto. Sorprendentemente, sus seguidores se han volcado con la idea y, gracias a su apoyo, en enero verá la luz “Mantis religiosa”, una historia de terror y ciencia ficción con muchos puntos de humor ácido propios de Angelita, travesti que nació hace más de veinte años y que cuenta en su currículum desde canciones hasta haber formado parte del “Circo de los horrores”, del que fue protagonista en uno de sus espectáculos girados por todo el mundo. Solo le falta formar parte del elenco de “Drag Race”, la adaptación española del programa de la mítica Rupaul…

-Angelita la perversa vuelve a ser pionera con esta novela porque, que yo sepa, no hay muchas travestis escritoras…

-Bueno, alguna hay pero sí es cierto que no es frecuente pero solo he hecho lo que han hecho mis antecesoras. No descubrí la pólvora por hacer canciones ni soy un “premio Planeta” por hacer un libro, lo que no quita que la literatura esté menos ligada a nuestro mundo. A mí me apetecía mucho explorar en este sentido y, por lo que me ha gustado, tengo intención de seguir en ese camino. De hecho, “Mantis” es una bilogía y ya estoy con la segunda parte. Eso sí, jamás pensé que iba a pasar tanto escribiendo…

–¿Cómo es Angelita? ¿Qué diferencias tiene con Fran?

-Muchas. Soy ácida y tengo un humor bastante oscuro, características mías que están muy presentes en “Mantis religiosa”. Además, suelo mantenerme alejada de la gente que no conozco, mientras que Fran es bastante más cercano. La sociedad está como está y mi distancia se debe a una cuestión práctica: decido con quién quiero o no quiero hablar.

-¿Cuánto hay de realidad en el libro? ¿No hubiera superado la ficción escribir de ti?

-Es que tampoco me lo planteé. No estoy aún en esa tesitura… (risas). Los encuentros sexuales sí son reales… Y localizaciones, algunos personajes… Pero en general es un setenta por ciento de ficción.

–En estos años hemos pasado de ver a las travestis en bares a, en la actualidad, en grandes auditorios y teatros con las promociones de “Drag Race”… ¿Cómo vives esto?

-Cualquier opción de visibilidad para el transformismo y el travestismo siempre es bienvenido, aunque siempre hemos estado ahí. El fenómeno actual me parece genial porque supone más trabajo para todas, pero no existe ningún país en el mundo, desde principios del siglo XX, donde no haya habido una travesti actuando.

-¿Se ha dado a la profesión un plus de profesionalización? Las travestis actuales hacen de todo y todo lo hacen bien: cosen, componen, cantan, actúan, bailan…

-Para dedicarse a esto son necesarias ciertas actitudes como saber expresarte y tener un nivel de conversación hasta saber moverte sobre un escenario. Sí es cierto que ahora es más fácil porque, por 200 euros, te puedes hacer un look completo en Aliexpress…

-¿Te veremos en el concurso que mencionaba, en “Drag Race”?

-No creo. Lo he intentado en las tres ediciones y no ha podido ser y no lo veo necesario para seguir trabajando.