El artista, que firmará su nuevo disco, “Confieso que he sentido”, el próximo martes en El Corte Inglés de Nervión, celebra sus diez años en la música con el claro mensaje de su primer single: “No dejes de soñar”
Ricardo Castillejo
Tiene 32 años y, en la actualidad, está soltero… y sin compromiso. Manuel Carrasco, más sincero que nunca, se muestra “a corazón abierto” en una entrevista donde hemos podido reflexionar con el cantante sobre algunas de las cuestiones de la vida que más le importan. Contento con el resultado de su nuevo trabajo, “Confieso que he sentido”, el onubense tiene por delante una promoción que se prevé intensa y a través de la que dará a conocer unas canciones tan emocionantes como “No dejes de soñar”, su primer sencillo y todo un canto a esa esperanza que, hoy más que nunca, tanto necesitamos y que podremos escuchar el 28 de diciembre en el teatro de la Maestranza de Sevilla.
-¿Qué le están preguntando más en estos primeros días de entrevistas?
-Que si han merecido la pena estos diez años…
-¿Y cuál es su respuesta?
-Por supuesto que sí. Han sido muchas vivencias, muy intensas todas. He podido aprender mucho y de las caídas me he levantado bien. En la balanza pesa más lo positivo que lo negativo. Lo de ser constante y trabajar mucho, me venía de fábrica pero estoy enseñándole al mundo mi música y por eso merece la pena.
-¿Le emociona todavía la respuesta del público?
-Claro. Son increíbles los comentarios que me hacen. Que les ayudan mis canciones, que les acompañan en los momentos buenos, malos y regulares… Era imposible que imaginara esa comunión con la gente. Me sorprende como el primer día. Fíjate que, últimamente, a través de la canción “Mujer de las 1000 batallas”, que compuse por el cáncer de mama, me dan las gracias cuando, quien se siente un privilegiado, soy yo.
-Porque, antes de empezar en esto, ¿cómo lo veía desde fuera?
-Creo que no me atrevía a soñar con tanto. Mis sueños eran más ciegos. Fui valiente y luché por eso que sentía y que es lo que mejor sé hacer. Centré todas mis fuerzas en eso.
-¿Todo lo que uno desea, poniendo empeño, se logra?
-Si lo trabajas, estás más cerca de conseguirlo. Hay que creer en las cosas. Suena un poco raro para quienes tienen problemas pero, en general, sí pasa. Son las 24 horas del día dedicado a un ideal y, a pesar de todo, no depende totalmente de ti.
-¿Echa de menos algo?
-La naturalidad de los demás para conmigo. Y a lo mejor hasta la mía propia. Con los medios, por decirte algo, me gustaría tener menos tensión para mostrarme tal y como soy.
-¿Eso dificulta el que pueda mantener una relación sentimental “normal”? ¿Se desconfía de que se le vea más como personaje que como persona?
-Pues sí. Es difícil confiar a la primera. Hay que tomarse un tiempo para descubrir por qué, quien te importa, viene hacia ti. Ojalá no sintiera eso pero supongo que es una autodefensa hasta sin querer.
-¿Y qué pasa con eso?
-Va en la profesión y se acepta. Uno tiene que aceptar lo que te viene en la vida. Si lo haces, estás más cerca de la felicidad. Debes aceptarte tú, tu pareja… Y tampoco hay que entender todo. En ocasiones piensas en algo que sucedió hace dos años y de lo que, sin marcha atrás, hay que aprender.
-¿Cómo es Manuel Carrasco en la parcela sentimental?
-Como en el resto. Con mucha pasión, intensidad, profundidad… Soy así. Alegre, positivo… Vivo la vida de una forma romántica. Me gusta la belleza en el entorno pero eso no significa que vaya regalando rosas rojas. Hay que ir más allá.
-¿Cuáles son las claves para conquistarle?
-La naturalidad, el sentido del humor, la verdad, la personalidad y el corazón. Alguien que sea “buena gente”.
-¿Le han querido más o ha querido más?
-Mitad y mitad (risas). Vamos a dejarlo en tablas.
-Hábleme de la mujer y el hombre… ¿Somos tan distintos?
-No soy erudito pero sé que, la mezcla de la forma de ser con los sentimientos, hace combustión (risas). Los hombres debiéramos aprender a comunicarnos más y explicar lo que pensamos. En eso somos más básicos y ellas debieran saberlo y ser más permisivas…
-Pero ellas son complicadas… Son capaces de decir “no” cuando es “sí”…
-Ya. Es parte del juego y, si te interesa, debes entrar en él (risas).
-¿Tiene pareja?
-No, no tengo pero, en cuanto la tenga, lo diré sin problemas. Lo que no pienso es entrar en otros temas en los que otros compañeros entran pero que a mí no me parece que tenga que contar.
-¿Dejaría la música por algo?
-En principio, no. Es mi lenguaje y da sentido a mi existencia. La música y el amor mantienen despierto el niño que llevo dentro.
-Bueno, cumplió su sueño… ¿Le quedan muchos por hacer realidad?
-No se cumple porque es un proyecto para siempre. Cada disco es un nuevo sueño. Subirse a un escenario, dejarse llevar…
-¿Y a otros niveles?
-Hombre, me encantaría formar una familia y aún creo que tengo tiempo para hacerlo (risas).
-A sus 32 años, ¿ha cambiado su perspectiva de ver las cosas?
-Mucho. Lo veo todo más nítido, más amplio, más agradecido. Soy más consciente y estoy más sereno. Entre todos podemos hacer un mundo mejor. Aún me siento muy inocente pero también es verdad que tengo menos miedo. Ése es uno de mis grandes logros.
-Pues tenemos que darnos prisa para el cambio del que habla porque la realidad invita poco a la tranquilidad, ¿no?
-Me entristece. Mis hermanos son pintores de “brocha gorda”; mi madre, trabajando en el campo ha criado a cinco hijos; mi padre, hasta hace poco en la mar; mis amigos, en la construcción… No pierdo el contacto con la realidad. Es una vergüenza que, por la insensatez y la avaricia de unos pocos (los políticos), estemos así. Han sido ellos los culpables y es injusto.