En un “showroom” muy especial en la calle Álvarez Quintero, la diseñadora María José Blay avanza mañana jueves la colección que el próximo 5 de febrero presentará en Simof
“Morena mía” es el título bajo el que ampara los veinte modelos que presentará el 5 de febrero en Simof inspirados en la luz, el romanticismo y hasta en la parte “salvaje” del Parque de María Luisa. Así define María José Blay una colección en la que engloba la feria de mañana, tarde, noche, el Rocío y hasta la novia y que su creadora dirige a una mujer “segura de sí misma, que es independiente y madura”. Es el concepto de esta coriana amante del traje de flamenca que, en 2009, dio su salto profesional a un sector que le apasiona y en el que no debutó, cara al público, hasta el año pasado.
-¿Por qué le atrae tanto la flamenca?
-Es que en mi familia hay mucha tradición rociera. La “flamencura” es algo natural en mí. También he tenido la imaginación muy desarrollada…
-¿Cómo definiría su estilo?
-De “Flamenca Style”. La esencia de la flamenca la adapto a la moda actual, en patrones, en colores… Este año, por ejemplo, llevo uno “superestudiado”, con mucho drapeado y cortes distintos.
-¿Qué ha sido lo más complicado de su salto al diseño?
-La parte empresarial. No la conocía y por eso me he visto en la obligación de aprender a base de errores. Luego está la cara creativa, que me encanta.
-¿Le condiciona la competencia?
-No, no, no. Procuro fijarme en los grandes, no en los mediocres. Gente como Valentino o Dior, que llevan tanto tiempo en esto y se reinventan continuamente. En todo caso la competencia sería conmigo. Soy perfeccionista y exigente sin faltarme humildad.
-¿Cuál es su balance laboral?
-Bueno, la temporada pasada vendí mi colección entera pero aún me queda camino por recorrer. Lo que sí estoy es muy satisfecha de mi evolución. Antes no podía hacer lo que tenía en mi cabeza, no lo sabía transmitir. Ahora se nota que trabajo la Alta Costura.
-Dígame algo imprescindible en un traje de gitana…
-Volantes, escote y un cuerpo ceñido, pero flamenca es la actitud de la persona. Con un mantón y una flor ya se puede ser flamenca.
-¿Fue importante Simof para usted?
-Mucho. Ha supuesto un lanzamiento profesional que te abre a los medios y te da prestigio en el sector. Es la primera pasarela que hay y eso hace que te exijas tú más. Yo, hasta que no me sentí segura de mi trabajo, no desfilé.
-¿Nerviosa?
-Sí… Hace un rato me he tomado dos valerianas (risas). Son muchas cosas. Estilismos, imagen, entrevistas… Todo es presión y presión pero merece la pena.
