La artista ha publicado “conSentido”, un tercer disco donde vuelve a sus raíces flamencas
La toledana presentará su disco el próximo 8 de mayo en el Auditorio Riberas de Guadaira..
Cuando se dio a conocer pocos imaginaban que tras su imagen moderna se escondía una incansable luchadora y estudiosa del flamenco que tenía al piano como forma de acompañar esa voz que sorprendió a las más aclamadas figuras del cante, quienes no dudaron en citarla como un valor en alza dentro de las nuevas generaciones. Ahora, después de tres años de silencio, regresa con un estilo propio, más puro pero más fresco, que ha evolucionado para acercarse a sus verdaderos orígenes con un toque que mezcla lo antiguo y lo moderno para ser más fiel aún a su manera de entender la música.
-¿Es “conSentido” un renacimieto personal?
-Es un sueño cumplido porque siempre quise hacer el disco que he hecho. Parece un tópico pero nunca lo he dicho hasta ahora. Parte del deseo de volver a mis raíces y he tenido que esperar a sentirme preparada para mostrar todo lo que llevaba escondido. Era el momento. He estado psicológicamente triste, no sabía por donde tirar y me busqué. Mirándome al espejo se me ocurrió mi particular homenaje a Paco de Lucía. Además me lancé con la producción, que es más serio de lo que parece porque hay que encontrar los ingredientes idóneos. Creo que me ha salido un discazo, no me canso de escucharlo.
-¿Tenía antes temor por algo?
-Nunca, y menos ahora. No se puede tener miedo a ser auténtico, a sacar lo que nace de ti. Soy una persona libre, sin prejuicios y compongo buscando la verdad pero en este momento he alcanzado además el punto de madurez necesario para saber decir que no a ciertas cosas.
-Como flamenca tiene una imagen atípica, ¿eso ayuda o entorpece?
-No soy de volantes ni lunares pero vestir con minifalda o chaqueta de cuero no significa que sea menos flamenca. Soy del siglo XXI y visto como siento, sin pensar en cómo lo puedan recibir los demás. Al principio tuve comentarios muy malos pero luego tenían que callarse porque me avalaban mis premios y el recorrido por peñas. Manolo Sanlúcar, El Pele o Diego Carrasco hablaban de mí maravillas, Miguel Poveda colaboró en un disco mio… El camino se demuestra andando y las críticas se quedan en el papel pero el mundo continua….
-Y de andaluza (es de Toledo)… ¿Qué tiene?
-Muero con el Sur. Puedo tener esa chispa, el atrevimiento a hablar sin contar hasta diez, opinen lo que opinen los otros. En esta tierra mucha gente tiene algo que los hace ser especiales y algunos ni lo saben. Tengo amor por su folclore, su Semana Santa, El Rocío…
-¿Tiene la impresión de que ha sido la primera en muchas cosas?
-No lo creo aunque entiendo que haya quien lo diga. Es cierto que nunca había salido una flamenca con una faldita corta o que cantara mientras tocaba el piano. Fui también pionera en hacerme un twitter dentro de este sector al que pertenezco, en 2011 (risas). No lo uso para hablar de mi vida personal, de si tengo o no tengo novio pero, si una tortilla de patatas me sale buena, sí que la comparto. A veces he metido la pata pero después nunca borro nada.
-¿Puede estar ahí el secreto del éxito? ¿En ser diferente?
-Eso no lo sabe nadie. Hay gente “exitosa” que no tiene éxito ninguno porque tocan el cielo pero por dentro están vacios igual que hay personas que nadie conoce y se cantan un fandango entre amigos y consiguen el éxito durante unos minutos. Eso del éxito es tan relativo…
-No lo había contemplado nunca desde esa óptica…
-Es que llamamos artistas a los que cantan pero, para artista, mi padre que se levanta a las seis de la mañana y se va a la fábrica con una sonrisa puesta. ¿No es eso un arte? O al que hace el pan con tanto cariño, o al que trabaja en una obra, el que alicata un cuarto de baño… Quizás otros no lo vean pero yo he forjado mi carrera muy poquito a poco, con pico y pala, luchando duro. No creo que nadie sea más que nadie y estoy tranquila de que siempre pensaré así. No me ocurrirá eso de “levantar los pies del suelo”.
-Irradia positividad… ¿Hay algo que le haga perder el control?
-Me hiere la hipocresía y la falta de transparencia. El que vive de cara a la galería preocupado del qué dirán me molesta, el que pasa antes por lo que piensen los demás que lo que siente él mismo. Ahí empieza el fracaso interior, la crisis interna, la ausencia de autencicidad… Ésas son las bases de un gran problema social. ¡Hay que lanzarse a defender lo que creemos!
-¿Qué le enamora?
-Quienes se dejan guiar por la pasión. Tengo una seguidora de Barcelona que va donde haga falta para verme y eso es una motivación. Debe ser un horror hacer algo que no te gusta y por eso me siento tan privilegiada. Hoy día son muchos los que se levantan y se enfrentan a tareas solo por poder subsistir en un camino gris porque no hay ni para comer.
-¿Y qué cree que es lo que fascina de usted?
-Lo mismo que me encandila a mí: el atrevimiento, la pasión… Canto lo que me ha pasado o me ha rozado de cerca y en la mayoría de las veces parto de un desamor profundo que todos hemos experimentado. He sufrido grandes decepciones en mi vida, y sigo sufriéndolas. ¿Quién no ha sentido, por ejemplo, que mientras más buena eres menos te valoran?
