La periodista madrileña, que actualmente presenta la primera edición de “Noticias Cuatro”, ha publicado “Te regalaré el mundo”, una novela donde juega con pasado y presente; realidad y ficción, ciencia y fantasía para construir una historia en la que nos reta a ir más allá de lo que vemos o percibimos.
Comenzó su andadura en Telemadrid para después pasar por CNN+ (donde fue compañera de Letizia Ortíz), Televisión Española, Telecinco o Cuatro, cadena en la que ahora presenta los informativos convertida en todo un referente. Sin embargo, su faceta como escritora es más reciente ya que “Te regalaré el mundo” es su primer libro, con el que convierte dos historias separadas por casi tres siglos en un juego de engranajes con dos tramas que se unen finalmente de una forma tan inesperada como profunda.
– ¿Cuál es el mensaje que pretende transmitir en la novela?
– Creemos que somos los mejores, pero nuestros dolores, temores y miserias son los mismos que los de aquellos hombres de hace trescientos años, esos que dejan heridas en el corazón y que probablemente la inteligencia no puede curar.
– ¿Ha dejado mucho de usted en el libro?
– Claro. Reflejo mis placeres y las cosas que me apasionan, como es la fascinación por la ópera y la historia, y en concreto, por la época de la Ilustración, tanto en España como en Portugal, un período donde apenas hubo lugar para la guerra y mucho espacio para el fomento de la cultura.
– El periodismo está presente también en su obra, ¿cómo se encuentra la profesión?
– Desde los tiempos de Mariano José de Larra siempre ha vivido en una crisis constante, y que se ha agravado por nuestra propia infidelidad. Muchas veces se ha supeditado el periodismo al interés de aquellos que han intentado apoderarse de él y adulterarlo. Sólo podremos salir de esta situación afrontándola con profesionalidad porque hay lectores, espectadores y oyentes que lo reclaman.
– Ha tocado muchos palos en esto del periodismo… ¿Ha sacado provecho de cada uno de ellos?
– Hay que aprender hasta de lo malo. Por casualidad he tenido la oportunidad de probar suerte en el mundo de los deportes, del entretenimiento, de la noticias… y de todos ellos he sabido sacar provecho.
-¿Qué noticia de los últimos meses le ha indignado más?
– Hay sitio para bastante indignación, pero, por destacar alguna, resulta muy chocante que al virus del ébola no se le haya dado importancia hasta que no ha traspasado nuestras fronteras. Ahora que ya lo tenemos en casa, es primera plana y fundamental erradicarlo, cuando en Liberia la gente muere en la calle por la enfermedad, como sucedía en la Europa de principios del siglo XVIII y relató el escritor Daniel Defoe en su libro “Diario del Año de la Peste”.
– ¿Es usted tan seria como aparece en los informativos?
– Que va, soy muy partidaria de la ironía, la broma, la risa… Lo que pasa es que las noticias que contamos hoy día apenas nos dejan hueco para una leve sonrisa.
– ¿Qué le parece la prensa del corazón? ¿Le interesa?
– No me interesa esta forma de periodismo, siempre me he considerado una persona muy ajena a este mundo. Yo me quedé en la duquesa de Alba (risas). Hace algunas temporadas, cuando sustituía a Ana Rosa Quintana, tuve que apoyarme mucho en mis compañeros de programa para poder sobrellevar la sección. Sin embargo, pienso que es un área muy complicada porque exige una atención constante y exhaustiva.
– ¿Hay algún personaje de la “papel couché” que la cause admiración?
– La verdad es que siempre me ha llamado la atención la baronesa Thyssen, porque es una persona que va más allá de las revistas o los programas de este tipo. Muchos años atrás tuve la oportunidad de conversar durante una hora con el barón, y pude comprobar la trascendencia del personaje que conforma su mujer. Sin duda, podría ser protagonista de una novela y ella, además, lo sabe.
– Comparte ciertas similitudes profesionales con la reina Letizia, ¿se pondría en su lugar?
– Para nada (risas). Coincidimos en CNN+, éramos muy jóvenes aunque con una importante experiencia. Letizia es una persona fantástica, muy preparada y minuciosa que ha sabido trasladar su profesión a su papel como reina con total naturalidad.
