La cantante lanza “Mis amigos”, después de “Soy como soy”, como adelantos del disco “20 conmigo” que, en breve, celebrará sus dos décadas con la música, una de sus pasiones junto al amor de su vida, su hija Ambika
A sus 47 años viene de vuelta de muchas guerras y todas, de una forma u otra, las ha superado. Atrás quedan relaciones como la que mantuvo con el fallecido Alex Casademunt o, más recientemente, Arturo Requejo. O estafas como la sufrida por un administrador que casi le lleva a la ruina. Eso por no hablar de los grandes triunfos de dos décadas como solista femenina de las que hace balance ahora en un disco, “20 conmigo”, que está presentando adelantos como “Mis amigos”, tema recién salido y un auténtico canto a la vida con todo ese optimismo que siempre nos ha regalado la gaditana. Con un 2022 lleno de proyectos -y ganas de subirse al escenario todo lo que, durante la pandemia, no ha podido-, Merche se sincera, una vez más, para los lectores de nuestra revista.
-Tu nuevo álbum va a ser una celebración sobre todo, ¿verdad?
-Desde luego. Nunca imaginé estar veinte años en la música y no porque no soñase alto -que siempre he fantaseado mucho-, sino porque me gusta vivir el presente. Sin embargo, ha pasado esta etapa de muchas emociones, de muchas alegrías, de algún que otro tropiezo, pero feliz de haber llegado hasta aquí y de recibir tantas muestras de cariño como las que sigo recibiendo.
-Dime algunas palabras sueltas que definan profesionalmente estas dos décadas…
-“Trabajo”, “Preparación”, “Esfuerzo”, “Gloria”, “Amor” y, la palabra mayor -y en mayúsculas-, “AGRADECIMIENTO”.
-¿Y a nivel personal?
-Algo maravilloso. Ten en cuenta que vengo de una familia en la que nadie se dedicaba a esto. Era una utopía más que otra cosa…
-¿Para qué más te ha servido todo lo recorrido?
-Para aprender, que las experiencias no se queden en saco roto. Lo que sí siempre he tenido claro, y he querido gritar a los cuatro vientos, es que, como en mi canción, “Soy como soy”. ¡Qué bonitas las diferencias que tenemos con los otros! Si todos fuéramos iguales, como clones, sería un coñazo. A mi me gusta el que está fuera de onda. Odio los borregos y la gente que sigue el mismo rollo. Que cada uno haga lo que le dé la gana, como quiera, donde quiera, sin faltar el respeto. Viva la tolerancia y la inclusión y la libertad y, si no te gusta como soy, date la vuelta que yo seguiré mi camino.
-La Merche de hoy día, ¿es muy diferente de la que conocimos al principio?
-Pues hijo, por desgracia soy la misma (risas). Claro que espero haber aprendido porque, cuando era veinteañera, no pensaba lo mismo de ciertos asuntos. Evolucionas y creces, aunque sí que tengo las mismas ilusiones… Incluso puede que más. Me parece mentira que en las estaciones continúen esperándome “Merchitos” para saludarme dos minutos e irse tan contentos. Sigo siendo la misma niña que soñaba con cantar y contar historias.
