Con seis álbumes musicales y una trayectoria como rapero de más de quince años, ha sido con “Los viajes inmóviles” cuando el alicantino Nach ha conseguido su primer número 1 en ventas a partir del “Slam”, un género basado en la poesía oral interpretada como vehículo para llegar al alma.
Consciente de que es más difícil llegar al gran público con su estilo, este artista de la palabra ha logrado acercar la lírica a unos jóvenes a los que defiende de la misma forma con que usa su oratoria para criticar todo aquello con lo que no está de acuerdo.
-¿Está en la poesía el remedio para muchos males?
-Toca fibras imposibles de alcanzar de otra forma gracias a un recorrido muy amplio. Con el rap ya conseguía una cosa parecida pero me apetecía algo más calmado, como anestésico, ya que estamos alterados y, en ocasiones, la música nos pone aún más nerviosos. Hay que cuidar la lírica y leer mucho más, te abre la mente y se refleja en lo que haces.
-Y justo cuando hace algo diferente alcanza el “número 1” de ventas…
-Pero es el resultado de mucho esfuerzo y de años colocando trabajos en el “top ten”. Aunque mi siguiente álbum volverá a ser rapero, tenía cerca a personas preparadas que me podrían ayudar en buscar nuevos caminos y energías. Había que aprovecharlo. Liderar la lista con unos temas no comerciales significa que la gente agradece lo diferente, con mensaje y algo más. Son muchos los que van más allá del ritmillo fácil. Hay que celebrarlo porque descubres que el sacrificio te puede llevar a sitios que no te esperas. Las ganas mueven montañas y la constancia es lo que más vale. En la música hay quien va en Ferrari pero yo voy en bicicleta y, el adelantarlos, da mucho orgullo.
-¿Le han impuesto alguna vez cómo hacer su trabajo?
-Muchos discos están pensados en su consumidor. Yo, al revés. He querido acercar al público a mi terreno. A nivel discográfico si me encuentro quien me diga lo que tengo que hacer le diré “no”. Ser rapero y ser sumiso es incompatible. Priorizamos ser nosotros mismos a alcanzar éxito o fama. Al que se le ve el plumero se sabe que no es rapero de verdad.
-¿Lo suyo es como una tribu?
-Somos cultura con identidad propia, solo que los medios han querido banalizarlo, llenarlo de tópicos y tergiversar el concepto. Hay quien se sale de él pero existe un espectro más purista que se defenderá. A veces el hip hop se convierte en una payasada.
-¿Qué es lo que más le hace reaccionar?
-Soy rotundo con la desigualdad, la ignorancia y la falta de empatía del que no se da cuenta de otras realidades más allá de la suya. Me hiere descubrir que, en estamentos de más arriba, se creen con potestad de hacer cosas en su favor caiga quien caiga. No puedo con políticos y empresarios que solo piensan en llenarse los bolsillos mientras la gente de a pie se acomoda y acepta cosas injustas, formando parte de la manada y agachando la cabeza. No pido que sean activistas, pero es fácil no pensar y acatar. Yo tengo una herramienta en mi música y la uso. No es entretenimiento lo que encuentran, es más.
-¿Cree que serán esos jóvenes que tanto critican los mayores quienes nos salven?
-Hay adolescentes que sorprenden con su forma de reflexionar. Los jóvenes no son idiotas, todo lo contario. El problema es que están anclados en una educación poco rígida y que solo sabe poner trabas en el momento de menor fuerza de voluntad. Es más difícil ser joven ahora que cuando yo tenía quince años. No hemos pasado por lo mismo y por eso no se les debe juzgar a la ligera.
-Se dice que son un reflejo de lo que se ve por televisión…
-La población necesita un anestésico y sigue ciertos programas para desconectar con los problemas de los otros. Esa violencia, e incluso humillaciones, queda reflejada en el subconsciente de los críos. Hoy día es más importante ser famoso que conseguir una carrera con esfuerzo. La pequeña pantalla esta creando “frikis” cuyo máximo objetivo es salir en “Mujeres y Hombres y Viceversa” mientras que, el que vale la pena, está perdiendo su sitio.
-¿Despierta amores y odios?
-Me han llamado cosas muy exageradas en los dos sentidos. Desde “vendido” o “payaso” hasta “Dios” o “visionario”. Hay quien se aburre y su frustración la focaliza en el que ha logrado algo. Internet es un soporte abierto donde no das la cara, por eso dicen lo que quieren. Como humano no me desnudo al cien por cien porque tengo los mismos miedos e inseguridades que cualquiera y existe el que usa las redes para hacer daño, exagerándolo todo al límite.
