El actor porno ha pedido que se separe a su familia de su caso mientras espera, en libertad condicional, reacciones en relación a su implicación en la muerte del fotógrafo José Luis Abad.
Por Ricardo Castillejo
Fue en “Espejo público” donde Nacho Vidal confesó ayer que está acostumbrado a que se hable “mierda” sobre él. Más allá, lo que sí le importa al actor porno es cómo, todo esto que le está pasando, afecte a su madre y a sus hijos porque, confiando en la justicia, según nuestro protagonista, “Hay cosas que no son ciertas”.
Así, el diario “El Español” ha tenido acceso a pruebas judiciales -un vídeo de móvil de 22 minutos y 30 segundos- en las que se observa cómo el fotógrafo José Luis Abad, durante el rito satánico del “sapo bufo” -experiencia cercana a la muerte que hay quien usa para desengancharse de la heroína- del que parte todo lo sucedido, fuma “la molécula de Dios” algo tras lo que cayó desplomado al suelo. En ese momento se suspendió el ritual y el afectado recibió, por parte de Vidal, un intento de reanimación cardiopulmonar tras el que, el grupo presente, decidió llamar a Emergencias sanitarias.
Era el 28 de julio del año pasado, aunque no fue hasta febrero de este 2020 cuando, con la grabación del móvil aportada por la hermana del fallecido, se imputó por los hechos a Nacho Vidal -del que se habla que podría haber cobrado 150 euros por su intervención-, su prima segunda y su amigo. De hecho, Ignacio Jordá, auténtico nombre del intérprete de películas X, es detenido por la Guardia Civil, el día 3 de este mes, por un posible delito de homicidio imprudente tras la investigación, por parte de la policía judicial de Játiva, de una siniestra actuación que ha supuesto la retirada del pasaporte, ante el riesgo de fuga, y la obligación, para los tres sospechosos, de presentarse a diario en los juzgados.
Tranquilo y confiando en que la ley esté de su parte, Nacho está en el punto de mira de la actualidad dando vida a un nuevo capítulo de una biografía que cae cada vez más en picado.