“Como si no hubiera un mañana” es la nueva apuesta editorial de la periodista que ha querido rendir su particular homenaje literario al romance que vivieron Luis Miguel Dominguín y Ava Gadner
Una de las mayores “estrellas” de la época dorada de la “meca del cine” y uno de los toreros más afamados de la historia. Ava Gadner y Luis Miguel Dominguín. Dos genios, cada uno en su campo, que la periodista Nieves Herrero ha querido convertir en protagonistas de su nueva novela, “Como si no hubiera un mañana”. Así, la que fuera una de las presentadoras más aclamadas de la “pequeña pantalla” en la década de los 90 (durante la que condujo programas como “De tú a tú” o “Cita con la vida”), se ha transformado en una exitosa escritora que cuenta en su carrera con novelas de éxito como “Esa luna rota”, “Corazón indio” o “Lo que escondían sus ojos”, que se convertirá en una serie para Telecinco.
-¡Estará contenta con su trayectoria escribiendo! ¿Se considera una profesional de éxito?
-Bueno, prefiero la amistad al éxito, la verdad. Éste es fugaz y, además, ¿cómo se mide? Más éxito que los protagonistas de mi libro no tenía nadie y, sin embargo, Ava se sentía infeliz. El éxito me da vértigo, te atontece y, poniéndote entre algodones, no te deja ver la realidad. Prefiero el reconocimiento. Te da más satisfacciones y te hace sentirte viva.
-Pero ha logrado, por ejemplo, que un texto suyo dé forma al guión de una serie… ¿Cómo lo valora?
-Pues me dio una alegría enorme porque si hay algo que me haga ilusión es ver mis historias en otros formatos como la televisión o el cine. Cuando me dijeron que Rubén Cortada y Blanca Suárez iban a estar ahí, me abracé a mis hijas…
-¿Habló con la familia Dominguín-Bosé para dar forma a su historia?
-Con Paola sí. Me presentó la novela y me dijo que reconocía a su padre en cada párrafo. El entorno de Luis Miguel también me confesó que había encontrado la voz de ambos.
-Hábleme del matador…
-Era uno de los más grandes de la época. Un hombre, como le decía Hemingway, a caballo entre Hamlet y Don Juan. Era un intelectual, alguien que leía mucho y que revolucionaba las plazas con sus gestos.
-¿Y Ava Gadner?
-Una adelantada que rompe tres matrimonios y decide no esconderse. Se la catalogaba de borracha y fulana pero era muy libre al estilo de nuestra duquesa de Alba. Encontró en España un oasis porque aquí los periodistas la trataban como a una reina.
-¿Lo suyo fue amor o pasión?
-Empezó como pasión y desembocó en algo importante a pesar de que ellos no quisieran. Eran dos huracanes que confluyeron en España y ese choque no pasó inadvertido. Ella se arrepintió de no haberle dicho “sí” a Luis Miguel pero se acababa de separar y no quería compromisos.
-Los dos se fueron infieles… ¿Cómo valora usted este tipo de comportamientos?
-La infidelidad es un mal del siglo XXI (sobre todo en determinados ambientes). Somos poco consistentes en el amor. Nos unimos sin meditar demasiado y luego nos damos cuenta de que es de otra manera. Tendría que existir una escuela en la que nos enseñaran a amar. La mejor moneda con la que puedes pagar a tu pareja es la fidelidad. Lo otro es un engaño.
-Entonces, ¿en qué tipo de amor cree?
-En el que va de menos a más. Como la hiedra, que cuando quieras darte cuenta lo tienes todo enredado en ti. El amor que recuerdo es el de Guillermo. Entró compartiendo emisora de radio, mirándonos a los ojos y calando con una erosión muy profunda.
-¿En su faceta maternal también le ha ido tan bien? ¿Qué nota se daría como mamá?
-Un aprobado raspado (risas). Para ser una madre de diez hay que dedicarles a tus hijos mucho tiempo y siempre he tenido el cargo de conciencia de no haber estado ahí. Mis niñas tienen 25 y 20 años y ya van a la universidad. Son simpáticas, inteligentes, empáticas con el dolor ajeno… Desde luego que algo bueno habré hecho…
-¿Echa de menos la “tele”?
-Sí, claro. Sobre todo echo de menos la música o un espacio donde promocionar un libro. Hemos convertido la televisión solo en aquello que da audiencia. Nos van empobreciendo.
-¿Presentaría un programa como “Sálvame”?
-Algo solo de corazón me costaría. No me atrae tratar un solo ámbito y no me importaría hablar de Isabel Pantoja si también puedo hacerlo de otras cosas. “Sálvame” está muy bien hecho y admiro a Jorge Javier porque se ha saltado el eje de las cámaras. Sea como sea, me gustaría más si tuviera otros contenidos.
-Lo de las niñas de Alcácer hoy seguro que se vería de otra manera…
-Eso está ahí. Cuando lo recuerdo pienso: “¡Qué pena de chicas!”. Sí preferiría que se acordaran más de cuando sacamos del “corredor de la muerte” a Joaquín José Martínez. Hubo que pelearlo mucho a nivel político. Me alegra mucho que haya rehecho su vida.
