Esta sevillana de la localidad de San Juan de Aznalfarache regresa el próximo domingo al Lope de Vega para cerrar el ciclo “La copla y Sevilla” con la firme intención de seguir reivindicando un estilo al que, desde el principio de su trayectoria, se ha entregado en cuerpo y alma

Josan Muñoz

Ilusionada con ser la encargada de cerrar un ciclo de copla en el mismo escenario en el que ya triunfó con esas grandes del género a las que llamaron “Las 7 magníficas” (y entre las que se encontraba Marifé de Triana o Juanita Reina), Patricia Vela se convierte en la pieza que enlaza la generación anterior con esta “sabia nueva” que está dándole al género tantos momentos álgidos.

Patricia Vela vestida por Mercedes Dobenal. Foto: La Petite Chambrè. Estilismo: Javier Mascareña

-¿Cómo son las grandes vistas desde tan cerca?

-Juanita era el señorío, pero también la humanidad, tan tierna y cariñosa. Me comentaba siempre que cuando ella empezaba ya le decían que la copla estaba dormida con lo que ¡imagínate! Gracia Montes es una señora, con un estilo único. A Paquita es a la primera que conocí porque había sido novia de un tío mío. Marujita es polifacética y poco valorada para la voz que tiene, Macarena del Río nunca ha tenido su sitio pero es una de las esenciales y Marifé merece un capítulo aparte. Ha sido mi madre artística y decía que, hace veinte años, se veía reflejada en mí.

-Y usted, ¿se ha sentido valorada?

-No me han dado mi sitio debido a que tuve un gran parón discográfico porque no llegué a sintonizar con la compañía. Tenía un contrato leonino y, aunque no he parado de trabajar, dejé de salir en televisión, por lo que no llegaba al gran público. Tengo cinco discos en la calle y otro que está por salir.

-¿Tanto pueden influir terceras personas en una carrera profesional?

-Un mal representante puede cargarse la carrera de un artista aún en el mejor momento. Carlos Herrera nos abrió las puertas de Madrid pero el que era mi “manager” no quiso firmar con la multinacional, que tan interesada en mí estaba. Yo confié en su buen criterio pero está claro que se equivocó totalmente.

“Un mal representante puede cargarse la carrera de un artista aún en el mejor momento y a mí no me han dado mi sitio”

-¿Cree que en otro estilo musical habría conseguido más?

-La copla sigue llenando teatros y poniendo a millones de personas delante del televisor pero siempre ha tenido esa cosa de antigua. Es algo que no entiendo porque sus letras siguen estando vigentes. “La Ruiseñora” trata un tema tan actual como la violencia de género, y así con casi todas.

-Lo que sí puede estar orgullosa es de haber dejado una canción para la historia del género…

-Manolo Marvizón me compuso “La copla en mi voz” y es el regalo más bonito que me ha hecho esta profesión. Es un orgullo ser intérprete de la última copla que se ha escrito y que se ha convertido en un himno que hoy día es imprescindible en el repertorio de muchos. Sus creadores vieron que yo defendía este estilo de cantar con tantos reaños que se inspiraron en mí. Cuando me lo pusieron lloré de emoción.

-¿Hay algo que no entienda de las nuevas generaciones copleras?

-Lo más bonito del mundo es que cada uno lo haga con su estilo porque en la variedad está el gusto. Cuando Martirio empezó me chocó porque no la entendimos y parecía que venia a reírse con unas gafas como de carnaval y, sin embargo, lo que ha creado es un sello propio. Me encantan Joana Jiménez, Erika Leiva, Fran Doblas o uno de los mejores para mí, Álvaro Díaz.

-Existe otra tanda intermedia de artistas que empezaron con la copla y ahora volvieron con “Azabache”…

-Esa fue la primera ola, solo que después se arrepintieron todos y no quisieron el género (y lo entiendo). Pastora canta de maravilla pero tuvo que adaptarse al mercado, Manuel Lombo es excepcional y Diana Navarro es de mi época y también le ha costado mucho trabajo arrancar a pesar de ser única.

-¿Y Pasión Vega?

-A ella la cogió mi representante y le quiso poner mi nombre, solo que yo lo tenía registrado. Él me encargó elegir un repertorio para “Mi antología de la copla” y, tras mucho indagar y seleccionarlo, lo usaron para los tres primeros discos de Pasión Vega. Ni me quería dejar libre ni me daba trabajo… No entiendo lo que pretendía conmigo.

-Fue Jurado de “Se Llama Copla” ¿Cómo valora el programa?

-Creo que han empezado la casa por el tejado. Salen en televisión unos meses y, cuando se les acaba la fama, la gente ni se acuerda. No es lo mismo que crearte unos cimientos yendo de pueblo en pueblo. Cuando no eres nadie y de repente todos te admiran, la caída puede ser muy dura. A esta profesión hay que respetarla mucho y amar al público.

Foto: La Petite Chambrè Estilismo: Javier Mascareña