La concursante de “La Voz” triunfa con su primer disco “Érase un sueño”, que acaba de presentar en Sevilla

José Antonio Múñoz

No llegó a la final del concurso televisivo “La voz” pero su carrera fue la primera en despegar. Acompañada de su ukelele sorprendió primero a su coach, Melendi, y más tarde a todo el país con un primer single, “Sólo tú”, dedicado a su hermano pequeño y que se alzó con el número uno de ventas en iTunes dos semanas consecutivas. Ahora ha pasado por Sevilla presentando su primer disco, “Érase un sueño”, donde, a modo de diario, canta a personas cercanas historias reales de una chica de 22 años con las que pueden sentirse identificadas todas las jóvenes de su edad. Dulce, y de naturaleza tímida, reconoce enfadarse con determinadas cosas y se muestra firme en unos valores de tolerancia, inculcados por sus padres a quienes reconoce como sus mejores amigos.

-¿Es la vida del artista como imaginaba?

-Es más duro de lo que pensaba pero sabe bien porque disfruto cada entrevista y cada nueva cosa que hago. Hago doce horas de promoción y llegó con la misma sonrisa que salí por la mañana pero puedo entender a los artistas que se quejan. Es muy sacrificado. El público nos conoce por “La Voz”, hemos salido por la tele y nos tiene como “famosos” aunque quiero que me conozcan como artista.

-¿Le ha cambiado la vida?

-En lo profesional ha cambiado radicalmente y en lo personal nada. Compro el pan en el mismo sitio, voy al mismo bar que antes, hago las mismas cosas con la misma gente que me siguen tratando igual. He pasado de universitaria a cantante y lo único que no me gusta es que ahora no puedo hacer planes. Puedo creer que tengo unos días libres y de repente ya no lo son. El trabajo es lo primero.

-Aunque no ganó el concurso ha causado gran expectación… ¿Se debe a que es diferente?

-Fui la primera en todo: en sacar un single, hacer un videoclip, lanzar un disco… ¡Eso es una responsabilidad! Tampoco creo hayan salido muchos tocando el ukelele en televisión. Quiero aportar un aire fresco, innovador, pensar y cantar historias de mi vida, pero como soy una chica normal de 22 años son situaciones cotidianas que pueden ocurrirles a muchos chicos como yo.

-¿A qué le canta?

-A personas en concreto. En el disco todas las canciones van dirigidas a alguien y detrás de cada persona hay situaciones personales que pueden ocurrirle a cualquiera. Mis mejores amigos son gays y compuse una canción a un amigo que tenía que verse con el novio a escondidas, por miedo al que dirán, en pleno siglo XXI. Nadie se había parado tampoco a escribir a un hermano pequeño, como hago yo en mi primer single, y eso que es el único amor que nunca se rompe. Luego está el otro amor. Si no tienes a alguien al lado con quien compartir lo bueno que me esta pasando no tiene mucho sentido conseguir nada.

-La chica dulce que tengo delante… ¿También se enfada?

-Si quieres dedicarte a esto no debes hablar de política, ni de religión, ni de fútbol pero la intolerancia va contra mis principios. No soporto que se te juzgue sin saber, sin conocerte y sin querer conocerte que es aun peor. Es algo que me ha pasado muchas veces porque desde niña tuve gente que fue muy injusta conmigo por no ser tan “guay” como ellos, lo que te convierte en lo opuesto a “guay”. No saben que hay grises, no todo es blanco o negro.

-¿Han querido conocerle ahora?

-Si no quieren conocerte no lo harán nunca igual que si quieren hacerte daño te lo terminarán haciendo. No suelo pensar mal de nadie y me llevo muchos palos por eso, pero me gusta ser así. Tengo una niña dentro y ojalá dure para siempre. Al escuchar mi disco me conoces a mí perfectamente porque es como un diario con las anécdotas y experiencias que me han marcado.

-Cuéntenos lo que le gusta más allá de la música…

-Ver películas de no pensar y salir del cine arrepintiéndonos de haberlas elegido, estar de terraza en terraza y sobre todo pasar tiempo con mi familia. Mis padres son mis mejores amigos. Lo hicieron muy bien, no me privaron de nada, solo me inculcaban valores y yo los aplicaba. Me decían que tenía que volver a casa como mucho a las 3 y yo llegaba a las 12. Creo que mientras más te prohíben, más rebelde te vuelves. De todos modos, siempre fui estudiosa y responsable, una niña buena.

-¿Qué importancia le da a su imagen?

-Soy una chica de vaqueros y camiseta, o vestidos de verano con botas de “cowboy”. Si llevo más escote de la cuenta estoy intranquila. No creo que un artista deba ser esclavo de su imagen.