La gallega protagoniza su primer editorial de moda flamenca después de un año en el que ha presentado “Celebrity Bake off”, concurso culinario de famosos que, en Amazon Prime Vídeo, ha supuesto su regreso televisivo 

Solo se había puesto un traje de flamenca hace 25 años para Eurovisión y por eso estaba tan emocionada con la sesión para “Sevilla Magazine”, pues pudo probar diversos estilos de una moda que, como todos sabemos, se actualiza en paralelo a la moda urbana. Una nueva aventura compartida en nuestra revista con Paula Vázquez, a la que siempre es un placer regresar para contagiarse de un optimismo y vitalidad a prueba de bombas. A sus 47 años, la que es una de las presentadoras más icónicas de la historia de la televisión disfruta de un presente tranquilo, en el que afronta los proyectos que le apetecen desde una madurez de mujer independiente y con las ideas más claras que nunca.

“Me parece injusto que no pueda opinar como presentadores homónimos, a los que no les sacan titulares ni les analizan tanto. Sus haters no tienen nada que ver con los de una mujer”

-Dicen que el nuestro es un traje que feminiza pero, tú que eres tan feminista, ¿cómo contemplas esta cuestión? ¿Aceptarías de buen grado un piropo en la Feria?

-Es que son dos conceptos que no están reñidos. Cuando las feministas hablamos del tema de los piropos nos referimos al momento de ir sola por la calle y que dos o tres tipos desconocidos te digan lo que sea. Quizás con mi edad no sería un problema, pero una chica de veinte años sí se puede sentir intimidada. Diferente es que te vayas a un lugar de fiesta en el que sí te agrada que te piropeen (y tú piropear).

-¿Y en el amor? ¿Qué lugar te gusta ocupar? ¿Tienes más rol masculino?

-Depende de la pareja. Siempre he sido muy travesti. Me he dado cuenta de que la mayor parte de quienes sigo en redes son transexuales. Es una feminidad más luchada que la nuestra pues es buscar la identidad en un mundo difícil. El feminismo también habla de quitarle el hombre algún peso, como el de ser el proveedor, el “macho alfa”. Me considero una “hembra alfa” y puedo estar con un “macho alfa” pero también con un chico sensible. Aprecio mucho a los hombres que lloran, que exteriorizan su sensibilidad por sentirme identificada con ello.

-Tus declaraciones son con frecuencia polémicas. ¿Has pagado un precio por eso?

-Sí, lo he pagado. Desde que le diagnosticaron cáncer a mi padre hace dos años, paré. Estaba en un bar compartiendo una opinión y un tipo casi le pegó un puñetazo y entonces me cuestioné si perjudicaba a mi familia y me retiré. Me parece injusto que no pueda opinar como presentadores homónimos, a los que no les sacan titulares ni les analizan tanto. Sus haters no tienen nada que ver con los de una mujer.

-¿Qué consejo le darías en este sentido a una compañera más joven que, como tú, también se dedique a la televisión?

-Es que cuando yo empecé casi no había hueco para nosotras en entretenimiento. Todo era muy contado y aún hay cadenas en las que no cuentan con mujeres en esa área. Fui pionera en programas de aventuras y a mí no me mandaban ni peluquería, ni estilismo… Hoy día la tele no es el centro de la comunicación y ha pasado a ser algo que da contenido a las redes sociales. Cualquiera que se proponga tener un canal, y tenga algo que contar, lo puede hacer. Se es mucho más libre y la televisión es un reducto, siendo las plataformas el lugar donde va la gente joven. En todo caso que digan más lo que piensan para que no nos hagan pagar tanto a las que sí lo hacemos…

-¿Cuál es tu lugar entonces en este mundo actual de la comunicación?

-El de espectadora. Sigo mucho historias humanas, como las de transexuales… Es que lo mío creo que se ha quedado un poco antiguo. La mayoría de los concursos no necesitan tanto un presentador y no me veo ni con la fuerza porque son muchas horas. No tengo edad para eso porque es un curro grande lo de grabarte, montar, el sonido…

-¿Qué hace una presentadora cuando no presenta?

-Vive (risas). Me fui a Madrid con 17 años y empecé con 15 en la moda en Barcelona. Han pasado más de treinta años y ahora me he dado cuenta de que hay muchos capítulos de mi vida por hacer, aunque algunos ya pasaron. Hubo un tiempo en el que el trabajo era lo único para mí y no pude tener ni una relación estable. Estoy construyendo mi vida, arreglando mi casa en la aldea porque quiero volver a Galicia… Con proyectos profesionales y no tanto personales. Eso sí, he tenido la oportunidad de participar en “Celebrity Bake off”, que es un placer porque no compites contra nadie, ni contra audiencias ni nada. Solo es hacer un buen producto que queda en la plataforma como puede ser una película, que te pones cuando quieres. Son producciones muy diferentes hasta en presupuesto, pues vienen con presupuestos americanos con iluminación de sobra, guion de sobra, cámaras de sobra… Sea como sea, todavía creo en el entretenimiento blanco y familiar.

“Desde pequeñita mi vida era un casting en directo. Mis “cagadas” se veían a nivel nacional y vivir tanto por los demás me hizo caer en una depresión de la que no era consciente”

-¿No te verías en un “Sálvame” o en un “Supervivientes”?

-Paolo me ofreció hacer “Supervivientes” con Jorge Javier pero no me vería ahí porque es algo en lo que no creo. Sería un fracaso.

-¿Cómo te llevas con el ego?

-Pues son diez años de terapia para intentar aumentar el ego. Puedo tener algo de vanidad pero tendría que haber sido más egocéntrica. Todo me hubiera ido mejor. El psicoanálisis ha hecho que me conozca más y me ha ayudado a quitarme de gente tóxica que había por ahí y que no sabía que no me convenían. Durante estos años creía que yo era la de los titulares y me describía por los ojos de los demás. Es la primera vez que me veo por mis propios ojos.

-¿Y qué ves?

-Me gusta lo que veo, la verdad. No estoy tan sometida a un juicio público. Desde pequeñita mi vida era un casting en directo. Mis “cagadas” se veían a nivel nacional y vivir tanto por los demás me hizo caer en una depresión de la que no era consciente. Ahí es cuando me doy cuenta de que tengo que tomar las riendas de mi vida y que tengo que cuidar de los míos y de mis padres, que me necesitan. Ahora me alegro de haber empezado tan pronto.

-Entonces ,¿qué haces en tu día a día?

-Viajar. Soy muy disfrutona de lo nuevo, lo fresco. Lo hago mucho sola porque nunca estás sola. Además, acabo de tener un sobrino…

-¿La maternidad es una deuda pendiente?

-Ahí está. No sé si podré hacerlo finalmente…

-El amor, como la televisión, también ha cambiado…

-Y yo estoy deseando tener Tinder o alguna aplicación de contacto. No me atrevo a abrir una. Me hice una en Praga y allí estuvo bien pero cuando volví a España me di cuenta de que no me entraban a mí sino a Paula Vázquez. Por eso no me atrae tanto…

-Si alguien quiere conocerte de verdad, ¿qué debe saber de la Paula real (y no la de la televisión)?

-No lo sé. Siempre he pensado que soy la misma… Sí que no me gusta salir por la noche, ni bebo alcohol. No me sienta bien. En los sitios con muchas personas me agobio, y prefiero un lugar tranquilo, sentarme de espaldas para que no nos molesten mucho… Una vida tranquila y sin demasiados sobresaltos.