A sus cincuenta años, el actor y humorista, popular por sus intervenciones televisivas, estará desde hoy y hasta al domingo en el Lope de Vega, con una función, “El baile”, que plantea el original argumento de un trío amoroso que, cara al espectador, se presenta en tres escenarios y tres actos distintos
Amante de la filosofía y del arte dramático, sus dos carreras, este logroñés comenzó su carrera profesional con exitosas apariciones televisivas como las del “Un, dos, tres”, a principios de la década de los 90. A partir de ahí fue forjando una sólida trayectoria en la que siempre ha estado muy presente el humor bien en la pequeña pantalla, con series como “Aída”, o en el cine, donde ha interpretado papeles como el de “Filemón”, la inolvidable pareja detectivesca de “Mortadelo”. Ahora, de regreso a las tablas gracias a “El baile”, el que también es un prolífico escritor y poeta, muestra otra faceta más de un abanico de registros que no conoce límites.
-¿Era posible un trío amoroso en 1952?
-Es lo que más me sorprendió… Cómo pudo Neville, el autor, ser tan atrevido. Logró burlar la censura a través del sentido del humor y la inteligencia, por eso funcionó. Fue la comedia más vista de esos años. Debemos vivir como queramos siempre que no se moleste a nadie.
-¿Ahora se entiende mejor o peor que entonces?
-Es una adaptación a nuestra época, pero sin una sola alusión al plano sexual. Está referida a algo que va más allá de lo carnal y habla de la posibilidad de construirnos como seres humanos a través de relaciones profundas. El otro tema es el paso del tiempo, que puede con todo menos con el amor y la amistad. En la vida, como en el teatro, la tragedia y la comedia están indisolublemente unidas.
-Usted es actor, sobre todo, de escenario… ¿De qué forma sobreviven ahora?
-El teatro es la madre del cine y la televisión. No hay que esperar audiencias y compartes emoción cuya respuesta es inmediata. Cuando a uno le gusta su profesión todos los impedimentos son alicientes. Nada va a poder con nosotros por mucho que lo estén maltratando. Es un arte que está por encima de los políticos, porque es una necesidad social donde se comparten pensamientos, ideales y emociones.
-¿Qué queda del Pepe Viyuela payaso del “Un, dos, tres…”?
-Todo. No puedo vivir sin ese personaje con el que empecé en televisión, por eso lo saco del baúl a veces y me alimenta. Estamos en una sociedad donde se valora el éxito y el fracaso se oculta pero de eso vive el payaso, que representa al excluido, marginado o estrafalario, al que se equivoca… Para mí es el mayor de los elogios. No soy tan patoso como el personaje pero estoy orgulloso de lo que no me sale bien porque de ahí se sacan las mayores enseñanzas.
-¿Es España tan “chapucera” como se muestra en “Mortadelo y Filemón”?
-Todo el planeta está hecho una chapuza. Se ponen muchos remiendos donde debería haber puntos de inflexión y comenzar de nuevo. Las élites mandan y no les interesa luchar contra el hambre de África o Asia, el racismo, la xenofobia… Yo lucho, pero una persona sola no puede hacer grandes cambios. Cuando tenía 18 años pensaba que el planeta se podía arreglar dándole a una palanquita.
-En su faceta activista se asemeja a Chema, su personaje en Aida…
-Me gustaría parecerme más porque él no se rinde nunca. Tener su ánimo para superarme y levantarme siempre que me caigo. Eso Chema lo hace mejor. Siempre cosechando fracasos pero sin rendirse. Una muy buena persona incapaz de hacer nada malo a nadie. Yo no soy tan bueno…
-¿Cómo lleva la retirada de la serie?
-Con tristeza porque siempre cuesta cerrar momentos felices y en “Aída” lo he sido durante casi diez años. Desde el primer día se sabe que las cosas se acaban pero ahora se abren nuevas posibilidades y tengo más tiempo para funciones teatrales que, de momento, será mi única actividad. Si la serie se hubiera mantenido yo no me hubiera marchado nunca. Estaba cada día más contento e ilusionado, viendo como se prolongaba y seguía interesando a la gente.
-Muchos años junto a Paco León, sevillano que triunfa como director con “Carmina y Amén”. ¿También se parece a su famoso personaje?
-No tienen nada que ver. Paco es muy listo, yo diría que es un genio, un artista integral con gran capacidad para comunicar, vender lo que hace y conseguir que la gente se apasione. No tiene límites. Nos ha sorprendido a todos como director e incluso él mismo no sabe de lo que es capaz. Luisma, sin embargo, es muy cortito…
