Junto a Miriam Díaz-Aroca y la cantante Beth, el actor protagoniza “Las Ranas”, donde recrea al dios Baco en una comedia que lleva a la 60 edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida una situación de crisis que resulta de rabiosa actualidad a pesar de estar escrita hace más de dos mil quinientos años
Junto a una casi “irreconocible” Miriam Díaz Aroca, Pepe Viyuela protagoniza “Las Ranas”. Foto Jero Morales
Confirmado como uno de los mejores actores de la escena actual, este popular intérprete comenzó su carrera profesional con exitosas apariciones televisivas como las del “Un, dos, tres”, a principio de la década de los 90. Amante de la filosofía y del arte dramático, el logroñés se hizo especialista en provocarnos carcajadas tanto en el cine, con “Filemón” -la inolvidable pareja detectivesca de “Mortadelo”-, como en la televisión, donde ha estado casi una década encarnando a Chema en la serie “Aida”. Ahora, en la que es su quinta vez en el Teatro Romano de Mérida, se convierte en un Dios burlesco que recorre un camino lleno de grotescas dificultades con tal de poner fin a una difícil situación.
-¿Puede el teatro clásico parecer que se ha escrito para nuestro momento?
-Lamentablemente sí porque somos incapaces de superar los errores del pasado. Hoy día, como entonces, hay necesidad de regeneración, de búsqueda de la virtud y de alguien que nos haga volver a lo bueno que hemos perdido. La lección que sacas es que si quieres algo tienes que perseguirlo hasta el fondo. Baco, a pesar de ser un Dios, no manda a nadie, sino que es capaz de ir él mismo al infierno para buscar al dramaturgo que le interesa. Nosotros, los ciudadanos, deberíamos remangarnos y luchar “a saco” por lo que deseamos. Hay que mojarse y tomar partido.
-Usted es comprometido con las causas en las que cree…
-Debería serlo más… Pero a uno le gusta vivir tranquilo y descansado, mirar para otro lado. Luego el compromiso te llama y tienes que salir a la palestra y dar la cara, unos más que otros. La vida contemplativa es muy atractiva aunque, cuantos menos se dediquen a ella, mejor. Hay que ser reflexivo pero actuar.
-Los dioses deben tener mano en esto… Si pudiera, ¿cuál le gustaría ser?
-Ellos tenían distintas carteras, como los ministros… (risas). Éste es el más adecuado a mi oficio y también a mis gustos. El dios del vino, de la fertilidad, alegre y divertido. El de la orgía y el teatro. Baco es una deidad muy particular, muy humanizada y con muy poca omnipotencia, más bien impotencia, sin capacidad para sacar adelante su cometido. A la vez es muy decidido, se enfrenta a las adversidades y es capaz de vencer su miedo y todos los límites que tiene con tal de conseguir lo que quiere. Eso lo hace un personaje precioso.
-Volvemos a ver pinceladas de ese Pepe Viyuela patoso que conocimos en “Un, dos, tres…”, ¿no?
-No puedo vivir sin ese personaje con el que empecé en televisión, por eso lo saco del baúl a veces y me alimenta. Estamos en una sociedad donde se valora el éxito y el fracaso se oculta pero de eso vive el payaso, que representa al excluido, marginado o estrafalario, al que se equivoca… Para mí es el mayor de los elogios. No soy tan catastrófico como el personaje pero estoy orgulloso de lo que no me sale bien porque de ahí se sacan las mayores enseñanzas.
Foto Jero Morales
-¿Eso es porque somos tan “chapuceros” como se muestra en “Mortadelo y Filemón”?
-Todo el planeta está hecho una chapuza. Se ponen muchos remiendos donde debería haber puntos de inflexión y comenzar de nuevo. Las élites mandan y no les interesa luchar contra el hambre de África o Asia, el racismo, la xenofobia… Una persona sola no puede hacer grandes cambios. Cuando tenía 18 años pensaba que el planeta se podía arreglar dándole a una “palanquita”.
-¿Hay que volver a la “tele” de vez en cuando para que sigan recordándole?
-Le debo a la televisión más allá que el que me reconozcan. Los nueve años y medio de “Aída” han sido una escuela muy importante para mí. La primera semana , tras finalizar, soñé todas las noches con la serie, con que volvíamos. Probablemente nunca trabajaré durante tanto en un mismo proyecto y el publico me asociará de por vida a Chema, como ocurrió con “El de la silla” (y hace veinticinco años). Prefiero que me reconozcan por mis personajes que por mi vida personal y privada que a nadie le interesa un pimiento.
-A pesar de haber estado en tanto tiempo en nuestras casas, poco se sabe de los actores de “Aida”… ¿Por qué?
-Teníamos claro que no teníamos que ocultar nuestra intimidad pero sí mantenerla protegida. No se debe ni comerciar ni airear a los cuatro vientos. Todo el mundo habla de todo el mundo pero nadie sabe en realidad. Si estás casado, tienes hijos o tienes amantes pertenece al fuero interno de cada uno.
Foto Jero Morales
