El bailarín y coreógrafo, recientemente casado en terceras nupcias, se sincera para Sevillamagazine con motivo del estreno de su espectáculo, “Cuatro lunas”, dirigido por Pilar Távora
Ricardo Castillejo
A sus 38 años es uno de los bailarines más mediáticos de nuestro país prácticamente desde el comienzo de una carrera en la que no faltan importantes reconocimientos internacionales. Coreógrafo de musicales como “El Zorro” (que estrenó en Londres y con el que fue nominado a los “Lawrence Olivier Awards” como el mejor en esta categoría), su fama fuera ha ido “in crescendo” al tiempo que también ha cosechado triunfos entre nosotros como sus cuatro Premios Max de las Artes Escénicas o el “Mejor espectáculo de la década” en 2002 por “Poeta en Nueva York”. Rafael Amargo es un valor seguro para espectáculos como “Cuatro lunas”, recién estrenado este fin de semana en La Línea de la Concepción –el 5 de marzo estará en el Teatro Central de Sevilla- bajo la dirección de Pilar Távora y con compañeros como Laura Gallego, Arturo Pareja-Obregón y Diego Amador. Con este motivo hemos aprovechado para hablar con este recién casado (el pasado 7 de octubre contrajo matrimonio, en terceras nupcias, con la relaciones públicas Silvia Calvet), padre de dos hijos (de su ex, Yolanda Jiménez), el granadino también participa en el programa de Cuatro, “Expedición Imposible”.
-¿Cómo se le ocurre, con la que está cayendo, casarse?
-Hay que vivir la vida. Estas cosas curten y yo soy muy pasional. Si me gusta una persona, aunque me tenga que comer una “papa” hervida, me la como si así estoy con ella. Me casé un domingo y, al miércoles siguiente, me fui con la madre de mis hijos seis semanas a un “reality”. ¡Qué bonito llegar a ese entendimiento!, ¿verdad? He tenido mucha suerte con mis parejas. Personas muy sanas de cabeza.
-Con usted se da una circunstancia especial porque es artista y personaje mediático… ¿Le gusta hacer ruido?
-La verdad es que si lo hago, no es buscado. Nunca me he propuesto ser mediático. Cuando me casé con Yolanda no era Naomi Campbell, sino una chica normal, bailarina de mi compañía. Se me ha conocido por mi arte y mi obra, no por estar con populares. El conocido he sido yo y, si me lo he ganado, ha sido con mi esfuerzo y mi talento.
-¿No piensa que la televisión, por su trascendencia, es un arma de doble filo?
-Es una manera de entenderlo. A mí me ha servido mucho para llenar espacios. A la gente le gusta un nombre y un apellido. Te ven, conocen a tu familia, a tus hijos… Eres simpatizante de unos y contrario a otros.
-¿Hay un precio para la libertad?
-Acabo de hacer un documental sobre Chavela Vargas, con la última entrevista que dio en vida, donde me cuenta que, quienes son como nosotros, molestamos por la sinceridad de decir lo que queremos. Las “almas libres” son criticadas porque eso es más fácil a reconocer que se es igual. Me interesa la tolerancia, la bondad, la humildad y ayudar. Desde que empecé he dado mucho trabajo al pueblo gitano. Soy un bailaor de fondo, no de moda pero he despertado siempre muchas pasiones encontradas. Triunfé antes de saber bailar y, si he tenido esa suerte, ¿qué hago? ¿Me corto las venas?
-¿Dónde está el límite? Porque le hemos visto hasta desnudo en “Interviú”…
-El límite es cuando hay una segunda persona que no quiere. He tenido muchas relaciones importantes de las que no se sabe nada. Si tú no quieres, jamás te pillan una foto. Cuando se han visto cosas mías, son mías. El desnudo lo volvería a hacer porque me metí en el gimnasio y me quedé estupendo así que, ¡por favor! ¡Que me salga otro! (risas)
-¿Saben sus hijos que tienen un padre tan famoso?
-No sé pero a León le gusta “vacilar” de padre. Acabo de hacer un anuncio para “Disney Channel” y él está encantado con eso. Los dos me han salido futbolistas aunque la suerte que he tenido es la madre, que les habla bien de su padre. Yolanda es un ejemplo de mujer. Por eso he participado en el “reality”. Me pidió hacerlo y, aunque me costó, acepté.