El guitarrista y compositor ofrece esta noche, a partir de las 12, un concierto en la feria de Gines donde demostrará que sigue siendo uno de los mejores en fusionar el flamenco con otros estilos como el “blues” o el rock y donde no faltarán los éxitos que lo hicieron famoso en grupos como “Veneno” o “Pata Negra”
Siendo aún un niño, el sevillano ya recorría las calles de la ciudad tocando la guitarra para conseguir unas monedas, experiencia que lo llevó a trabajar en un tablao donde conocíó a Camarón de la Isla, con quien grabó “La leyenda del tiempo”. Tras un período en formaciones donde la fusión era su seña de identidad, decidió iniciar carrera en solitario con un primer disco en el 95, “Gerundina”, en el que participaron B.B. King y Andrés Calamaro. Desde entonces, una trayectoria de éxitos que no ha conseguido cambiar al niño de origen sencillo del barrio de las “Tres Mil Viviendas”
-¿Cómo será su espectáculo de esta noche?
-No hay dos iguales. Sabemos los “clips” que no pueden faltar, como “Qué gustito pa’ mis orejas”, pero me gusta cambiar. Modifico los solos de guitarra o improviso cosas que nunca he hecho. Siempre con predominio del “blues”, el flamenco y el rock latino.
-Hoy día hay mucho “blues” pero… ¿fue usted el primero?
-Está de moda y muchos se están montando al barco. Cuando nosotros empezamos nos llevamos muchas “bullas” por parte de los puristas. Mi propio padre me decía que estaba loco, que era flamenco lo que llevabamos en la sangre. Ya después pude comprobar que estaba muy orgulloso de mí.
-¿No le hizo dudar el ver a tanta gente en contra?
-Nunca me ha dado miedo nada. Lo que me gustaba, lo hacía. Ahora todo el mundo quiere imitar lo que yo llevo haciendo 35 años como mínimo. Incluso hay gente que lo ha criticado y después lo han intentado pero no les ha salido bien porque no lo sienten. Esto es una forma de vida.
-¿Cómo ve la música en la actualidad?
-Está la crisis y después está la música. Hay nivel pero muy mal gusto porque se está educando mal a la gente culturalmente a través de los medios de comunicación y por intereses económicos. Tengo buen gusto musical, eso seguro, sin embargo, triunfan los que pienso que son horribles.
-¿Le costó aprender?
-Me tuve que tirar al barro y salir a a la calle a aprender. He pasado muchas fatigas, poniendo el platillo para poder ganar algun dinero, pero siempre he tenido mil duros en el bolsillo. Si queria tocar como mis amigos lo hacían, tenía que hacer lo mismo que ellos.
-¿Se puede vivir de su profesión?
-Vivo como un marqués pero me lo he currado bastante. Hubo un tiempo en el que tenía fama de “golfillo” y de no cumplir con el trabajo y luego, aunque vuelvas a estar bien, la gente no se lo cree. Sin embargo Romero San Juan me dio la oportunidad y me metió de bajista. Le dijeron que iba a durar una semana y estuve siete años como su mano derecha.
-¿Es feliz?
-Todo el mundo tiene sus altos y sus bajos pero ahora puedo decir que sí. Me va muy bien desde que tengo carrera en solitario, me acompañan mis hijos en mis espectáculos y, aunque el público me reconoce, puedo ir a comprar en la Plaza de Abastos sin tener que mandar a nadie. El dinero te da comodidades pero la felicidad está en otros detalles. Vivo genial.
-¿Llegó a pasar necesidades?
-Nunca. No eramos ricos y vivía en una chabola de Triana, pero mi padre era el guitarrista del famoso programa “Conozca usted a su vecino”. Los locutores, Rafael Santiesteban y Conchita Niño, fueron los padrinos de mi hermano Rafael en un bautizo donde estuvieron hasta “Los amigos de Gines”. No teníamos grandes lujos pero no hemos pasado hambre.
-¿Ha cambiado mucho desde esa infancia?
-Antes vivía en “Las Tres Mil” y ahora vivo en una casa más buena, pero mi corazón es el mismo, con más edad. En el “coco” soy muy joven todavía porque no pierdo la ilusión, la alegría. Mi barrio ya no es el que yo dejé y todo el que ha podido huir, ha huído. Antes eramos una gran familia, estábamos todos los que echaron de las chabolas y los patios de vecinos de Triana. No teníamos ni llaves en las casas. Había delincuencia pero mucho respeto, se buscaban la vida por fuera, no por dentro. Luego llegaron las drogas… En cuanto a la cultura y a la música, de ahí ha salido siempre lo mejor, igual que antes en Triana.
-Para finalizar… ¿Que significa para Raimundo su guitarra?
-No puedo despegarme de ella. Cuando estoy en algun sitio la necesito y, si no está, lo paso mal. He probado todo pero la droga más grande que hay es la música. Es lo único con lo que llego al éxtasis.