La “Estrella de la Ilusión” de la Cabalgata de Reyes se sincera para nuestros lectores en el mismo día en el que su Carroza repartirá felicidad en Sevilla
La suya es casi como una historia de esos cuentos en los que uno no termina de creer hasta que la realidad te demuestra que, cuando algo se desea con todas tus fuerzas, el destino, tarde o temprano, termina poniéndotelo en el camino. Así, a sus 25 años, esta licenciada en Administración y Dirección de Empresas, adjunta al presidente del Grupo Morera y Vallejo, puede sentirse muy orgullosa de convertirse hoy en la “Estrella de la Ilusión” de la Cabalgata de Reyes Magos de 2015. Una realidad que comenzó a forjarse hace ya algún tiempo…
-¿Cómo vive esto de encarnar a la “Estrella de la Ilusión”?
-Imagínate. En 2006, cuando mi padre salió de rey Mago, ya me propusieron (como lo hacen con todos los que salen de reyes), ser “estrella”. Tenía 17 años y pensé que Sevilla era demasiado grande para mí y que esperaría a los 25 como fecha posible porque creo que es importante llevar las cosas a su ritmo. Sin esperarlo, en verano pasado me llamaron y me dieron la noticia. Me marqué un objetivo y la vida me lo brindó.
-¿Y qué sintió comprobando que aquel sueño tomaba forma?
-¡Uf! Me emocioné muchísimo. Estaba cenando con mis padres, con el director del Hotel Alfonso XIII, Carlo Suffredini, y su mujer y comprobé que los sueños se hacen realidad. Todos debemos pensarlo con independencia de la edad. Va con el espíritu de cada uno.
-Porque la ilusión, ¿qué es para usted?
-Está repartida en diferentes sitios. Es el motor que nos ayuda a cambiar el mundo, la fuerza que cada persona tiene para, uniéndonos, lanzar un puente con futuro, la luz que se le ve a la gente cuando compruebas que tiene los ojos brillantes… Es universal y no entiende ni de raza, ni de sexo, ni de edad. Cualquiera puede elegirla porque, además, la “estrella” no es de un instante. Debe permanecer en nuestro interior los 365 días del año.
-Hace mucha incidencia en la chispa de la mirada…
-Es que es fundamental. Me hace feliz la sonrisa de los demás y por eso sé que voy a disfrutar mucho la participación en la Cabalgata. Pero detrás de esa sonrisa está la mirada. A mí no hace falta que me digan nada porque solo con mirar me basta. Ahí puedes descubrir desde la bondad del ser humano a lo que quieras. Eso te acerca a quien tienes delante.
-¿Ha imaginado su recorrido sobre su carroza?
-Claro. Pienso en las caras de los sevillanos con ganas de recibir magia que, en forma de caramelos, cae desde el cielo. Todo será positivo. Estoy segura. Me han advertido si he hecho ejercicio para los brazos, y lo he hecho pero, ante tantas sensaciones positivas, me da la sensación que no me voy a cansar.
-Hay mucha expectación en torno a su traje… ¿Es como el de una novia?
-Sí pero no. En la elegancia y la blancura, sí pero la tela, no. Se me propuso raso y no me parecía porque me parece incompatible con el vestido que me pondré cuando me case. El neopreno elástico era una opción perfecta. Será muy fantasioso y muy sevillano a la vez. En cuanto al maquillaje, me lo haré yo y, el peinado, será un semirecogido.
-¿Nerviosa?
-Más que eso, feliz. Deseo transmitir todo lo que siento. No es subirme a la carroza a tirar caramelos nada más.
-¿Le han dado alguna recomendación en casa?
-Mi madre está muy contenta por ser la “madre de la estrella” y por salir conmigo y mi padre me ha hecho darme cuenta de la suerte que he tenido y me ha incidido en los valores (como la humildad, la solidaridad o el esfuerzo) que, desde pequeña, me han inculcado.
-Si estuviera en su mano conceder un deseo… ¿Cuál sería?
-Serían tres, uno por cada Rey Mago: generosidad, confianza y pasión. Y eso lo puedes aplicar a ti mismo o al entorno.
-¿En qué le gustaría diferenciarse respecto al resto de “estrellas” que le preceden?
-He traído igualdad para las mujeres en esta “nueva era” en el Ateneo. Las “estrellas” no solo brillan sino que tienen voz propia. Hasta ahora, el día de la coronación solo daban un discurso los Reyes Magos pero yo insistí en que, para que la “estrella” marque la dirección a seguir, era necesario que se la escuchara. El próximo año, si Dios quiere, las mujeres tendrán más protagonismo ahí.
