La que ha sido artista revelación de este año llega mañana a los Jardines de la Buhaira para cantar en directo, donde mejor se defiende, los temas de su primer álbum, ‘Con derecho a…’, que ha conseguido que se rindan a sus pies figuras indiscutibles de la música como Luz Casal o Joaquin Sabina
Puede parecer que lo suyo ha sido llegar y besar el santo si tenemos en cuenta que ya con su primera canción, “80 veces”, esta albaceteña de veintiocho años empezó a sonar con fuerza en unas radioformulas donde cada vez es más dificil entrar, haciéndose conocida para el gran público y para otros artistas o líderes de opinión que no dudaban en mencionarla como un gran talento emergente. Y es así, pero no por suerte. Desde niña ha cantado, compuesto y tocado instrumentos como la guitarra, aficiones secundarias mientras se centraba en unos estudios, psicología, que ahora son solo el complemento de una carrera revelación como esa cantautora que mañana recalará en Sevilla en un directo junto a una intérprete de lengua de signos que ha conseguido que su música sea muy seguida también por un público con deficiencias auditivas.
-¿Creía que la vida podía cambiarle tan rápido?
-Para nada. Llegué a Madrid con la guitarra a cuestas y he pasado muchas horas de autobús para cantar en sitios donde después me encontraba con diez espectadores. Nunca había deseado triunfar, por lo que la toalla estaba tirada desde el principio. Pero las señales me hicieron ver que tenía que seguir ese camino. Ahora estoy en un sueño porque vivir de un “hobby” es lo mejor que te puede pasar, con conciertos cada vez mas numerosos y en sitios mas grandes. Tengo que ir siempre arreglada por si me piden una foto aunque en lo demás sigo igual.
-¿Teme que el éxito le cambie?
-Tengo mis raíces bien asentadas y mi familia me recuerda constantemente el tema de la humildad. De repente soy alguien que importa y debo aprovechar la ola, pero sin olvidar que mañana puedo volver a bajar y no ser nadie. Le tengo dicho a mis amigos que no me dejen levantar los pies del suelo ni cambiar.
-Cuenta con verdaderos referentes entre sus fans…
-Soy yo la que tendria que hablar de esos maestros y que sea al revés, impacta. Joaquín Sabina está encaprichado en mí. Luz Casal, Carmen Paris o Jorge Drexler han tenido palabra muy bonitas. Dani Martín me ha ofrecido su escenario, Rosana, Estopa… Lo de sonar en las radios es más dificil aún y, a partir de ahí, vinieron los premios. Que me pongan tanto en las emisoras es algo a lo que no me acostumbro. No creo que haga nada que no hayan hecho otros pero sí traigo frescura, optimismo y sensibilidad.
-¿Está siendo todo tan fácil como parece?
-No. Hay críticas constructivas pero también destructivas que hablan hasta de como soy físicamente (algo que no debería importar cuando lo que hago es cantar). Entiendo a los artistas que deciden retirarse un tiempo. Desde el palco se veía todo sencillo pero, cuando entras a torear, la cosa cambia.
-¿Y es tan “chula” en el amor como en alguno de sus temas?
-Sí, y bastante orgullosa, aunque luego lo pase mal cuando nadie me ve. Soy práctica, doy importancia a las cosas que lo tienen y no pierdo el tiempo. No creo en “amores de mi vida” ni en “no hay ninguna como tú”. El romanticismo está bien pero sin que se pierda el sentido común. Falta comunicacion y honestidad en las relaciones, además de controlar un poquito las pasiones.
-¿Cuál es su estado actual en ese sentido?
-Tengo pareja y antes tuve una relación de tres años, a la que le dedico un tema. Es posible la amistad tras romper si esa persona es importante para ti. La soledad también está muy bien si sabes llevarla, pero cuando estás con alguien para compartir y llevar a cabo proyectos en común es maravilloso. Necesito que sean maestros para mí en diferentes materias y que sean divertidos.
-¿Utiliza a menudo sus estudios en psicología?
-La gente está muy necesitada de unos oídos que la escuche. Soy alegre, por lo que en mis días de bajón parece que tengo depresión de caballo. Hay que disfrutar de las tristezas para valorar etapas felices. De las crisis salen cosas muy buenas porque te obligan a cambiar. Las vidas de color de rosa son aburridísimas.
-¿La política le motiva?
-Los ideales que tenia están en “standby” y no sé muy bien donde “poner el huevo”. Creo que leyendo mis letras se sabe mi ideología, como a la mayoría de los que trabajan para la cultura, y sé a quién no votaría nunca. Lo que no sé es, viendo el panorama, a quién sí.
