Un mensaje a Alejandro Sanz por Twitter cambió su vida pues, gracias a la intervención del artista –y a su talento propio, por supuesto-, Salvador Beltrán, a sus 21 años, es una de las promesas discográficas de la temporada
Ricardo Castillejo
En las fotografías de su disco, “Cambio de planes”, parece más joven aún de lo es algo que a Salvador Beltrán no parece importarle porque, sea como sea, tiene todo el futuro por delante. Así, este catalán nacido en Barcelona –pero con vínculos familiares que le unen a Andalucía (su padre es italiano pero su madre es de Jerez)-, ha visitado esta semana Sevilla dentro de una extensa campaña de promoción para la que le abrió las puertas un mensaje que le envió a Alejandro Sanz por Twitter y donde mostraba a su ídolo una canción que, a las pruebas nos remitimos, es un antes y un después en su vida. “Si vieras esto, me harías grande”, le pidió Salva a Alejandro. Dicho y hecho.
-¿Puede explicarnos un poco mejor el comienzo de su historia?
-Bueno, empecé en la música con once años en un grupo donde tocaba la guitarra. Primero hacía flamenco y, a medida que pasó el tiempo, empecé con otros estilos. Luego, a los quince años monté una banda y después un grupo donde mezclaba flamenco con bossanova. El caso es que le mandé un mensaje por twiter a Alejandro Sanz y me quiso ayudar. Entré en contacto con Miguel Ángel Arenas, “Capi” y, a través suya, con el director artístico de Sony Music que, nada más conocerlo, me propuso firmar mi primer contrato en una servilleta. Decía: “Este artista se compromete con esta compañía”. “En mi mente” se ha convertido en un vídeo millonario en visitas y ahora estamos con “Fingiendo felicidad”.
-¿Ha llegado a conocer a Alejandro Sanz?
-Sí, claro. Me llamaron para el especial de Navidad y también me ha ayudado en programas como el de Julia Otero. Aparte voy con él de telonero en esta gira en tres fechas: Madrid, Barcelona y Sevilla. Me da un poco de apuro contar esto pero me ha puesto un par de correos muy bonitos en los que me comenta que le gusto mucho como artista.
-Porque antes de todo esto, ¿cómo era su vida?
-Pues vengo de una familia muy humilde, de seis hermanos, y, con 16 años, me puse a trabajar de todo. He sido contracolador, he hecho pollos asados, he estado en el Burger King, en obras, en el aeropuerto vigilando las obras… Los míos están muy orgullosos aunque, al haberme trasladado a Madrid, me echan de menos. Llevo cuatro meses en la capital y, como allí muchos son de fuera, no me siento extranjero.
-¿Algún amor que le acompañe?
-No. De momento estoy muy concentrado en lo profesional y en mi familia. Me gustaría por lo menos un perro pero tampoco puedo…
-¿Qué tipo de chica suele atraerle?
-Una mujer sensible que no se pinte mucho. Me gusta alguien sencillo pero solo he tenido una relación seria de cuatro años. Sigo buscando el amor de mi vida.
-Pero habrá algo más que música en su día a día, ¿no?
-Me encanta la capoeira y, no sé, salir a correr, el fútbol, pasar un buen rato con mis amigos…
-¿Es muy diferente la música desde dentro a como se ve desde fuera?
-Bueno, yo la gente que he conocido a nivel laboral es buena. Tengo mucha suerte con el equipo que me rodea y por cómo he empezado esta etapa. Lo que sí antes era un sueño y ahora es esfuerzo. Los artistas no vienen de Marte pero no me he desilusionado con eso. Al contrario…