Más de un millón de espectadores –que siguen incrementándose cada semana-, confirman el éxito de “Torrente 5: Operación Eurovegas”, la nueva entrega de una saga que ha convertido a Santiago Segura en uno de los personajes más populares de nuestro país
Desprende cercanía al instante de saludarlo. Santiago Segura, polémico “showman” en cualquiera de las facetas que cultive, ha vuelto a las salas de cine y lo ha hecho entrando por la puerta grande puesto que, con la quinta entrega de “Torrente”, los resultados económicos no pueden haber sido mejores. Así, con la inclusión de famosos como Jesulín de Ubrique, Angy o nuestro paisano, el sevillano Falete, la película demuestra que, guste más o menos a la crítica, el público tiene ganas de reír con las historias de este detective muy alejado de la imagen de seductores profesionales del gremio como James Bond pero con un “carisma” personal al que es difícil no sucumbir.
-Visto lo visto, estará contento con los resultados de su estreno…
-Claro que sí. Intento es que la gente me considere como alguien que se toma muy en serio la risa. Me gustaría seguir mucho en esto y no dar “duros a pesetas”. Quiero que los inversores recuperen su dinero y, hasta ahora, no me puedo quejar. Claro que me afectan las críticas porque habría que hacerlas conforme al sentir de los espectadores. Mi gran alegría es ver sus caras cuando salen de las salas. Si tienen una sonrisa de oreja a oreja, está bien. Que te secuestre la historia y no te acuerdes de lo de fuera.
-Respecto a los comentarios sobre su obra, los hay de todo tipo… ¿Le dan igual?
-Hombre, me escurre lo que no aporta nada. Si me dicen: “Tus “pelis” son una mierda” es un insulto. Si es un seguidor que me comenta algo concreto, es diferente. Luego, en internet hay quien odia profesionalmente pero contra eso no se puede hacer nada.
-En twitter supera los 2.200.000 seguidores… ¿Cómo gestiona eso?
-Usando cada momento libre. Me siento responsable porque un gran poder es una responsabilidad. Sin ser futbolista, ni guapo, soy de los que más seguidores tienen en España y eso sí que tiene mérito. Intento ser moderado pero, si no puedes expresar tu opinión, apaga y vámonos.
-¿Cuál es su relación con Torrente?
-De jefe a empleado. Lo uso cada cuatro años para que muestre las miserias de nuestro país. Me cae muy bien y, a pesar de que lo meto en muchos líos, me ha dado muchos momentos de alegría. Es como Mr. Bean o Homer Simpson. Son mezquinos y miserables y nadie los quiere como vecinos pero yo me “descojono”.
-Pero habrá quien piense que usted es como él…
-Eso me preocupaba al principio y mucho pero después de tanto tiempo he llegado a la conclusión que la persona que piense así no me interesa. Caerle bien a todo el mundo es imposible, una ilusión. Cuantos más te quieren, más te odian con lo que, ¿qué problema hay cuando te odian cien mil si te aman dos millones?
-También existen muchos prejuicios hacia su trabajo, ¿no?
-Eso es muy español. “No pienso ver esa porquería” o argumentos así son pobres. “Torrente” no es la actitud ante la vida. Incluso cuando me dieron el Goya aclaré que pensar que una película es machista o xenófoba porque lo sea su protagonista es muy simple.
-¿Qué criterios usa para elegir a sus “estrellas invitadas”?
-Artísticos y comerciales. Es séptimo arte y forma parte de una industria. Si gastas ocho millones de euros en algo no es una obra de caridad. Jesulín, por ejemplo, tiene más morbo que otros y es divertido pero mi “cobaya” soy yo. Si me parto de risa con algo, igual les sucederá a los demás. Es lo mismo que me sucedió con Kiko Rivera.
-¿De qué forma los convence?
-Soy muy lanzado. Las cosas se logran intentándolo. Con José Luis Moreno me advirtieron que no querría, pero me recibió y aceptó. Que el “megavillano” fuera él era un reto. Igual me apetecía tener a MariCarmen en esta entrega como mujer de Fernando Esteso. O Falete, que es fantástico y lo borda. Es de esas ideas “marcianas” que se me ocurren. Tengo bastante intuición y me he equivocado pocas veces.
-Durante años buscó la fama a través de diferentes participaciones televisivas… ¿Con qué objetivo?
-“Torrente”. A mí no se me conocía tanto como a otros pero era un papel para mí. Por eso tuve que convencer porque incluso me llegaron a considerar que el producto no interesaba.
-En la actualidad están muy de moda las heroínas… ¿No se ha planteado como próximo proyecto construir un “alter ego” femenino de “Torrente”?
-Pues mira, el primero que me lo avanzó fue Fernando Trueba hace seis años. Aparecí en “El programa de la semana” vestido de chica y se le ocurrió la idea. En el fondo de mi cabeza está porque hay otros cómicos que, en sus propias películas, han interpretado muchos roles diferentes pero me da un poco de vergüenza.
-Sea como sea, Santiago Segura también es, por sí solo, muy personaje, ¿verdad?
-Bastante aunque, al final, después de tanto, se me va conociendo. Sí me reservo parcelas íntimas pero, en general, se sabe cómo soy. Para el humor sí que exageras. Siempre me ha gustado el sexo pero me hago más salido de lo que estoy (aunque de eso nunca tengas bastante) (risas).
